5 mitos sobre la esquizofrenia
La esquizofrenia es uno de los trastornos mentales más complejos, además es también uno de los más incomprendidos y con el que menos se ponen de acuerdo los profesionales de salud mental. Así, las personas diagnosticadas con esquizofrenia sufren en muchas ocasiones la estigmatización y la discriminación de su entorno.
Ser diagnosticado de esquizofrenia supone una gran carga personal a nivel emocional. Ya que estas personas son etiquetadas en base a una serie de síntomas, relacionados con una frecuente des-conexión con la realidad. Algo que en nuestra sociedad se asocia con la locura.
Hay muchas creencias erróneas al respecto sobre cómo son las personas diagnosticadas con esquizofrenia. Creencias que han sido alimentadas por el desconocimiento, la ignorancia, y por el miedo a lo desconocido. En estos 5 mitos recogemos algunas de las creencias erróneas más extendidas sobre la esquizofrenia.
1. Las personas diagnosticadas de esquizofrenia son peligrosas e impredecibles
Este es uno de los mitos más extendidos, ya que los propios medios de comunicación asocian muchas veces este trastorno con sucesos violentos. Sin embargo, no son más violentos y agresivos de lo que puede ser otra persona en la población general. Estas personas, cuando sufren de algún brote psicótico que les lleva a tener alucinaciones y delirios, suelen tener miedo, tienden al aislamiento y a ser más vulnerables, siendo sobre todo víctimas de la violencia.
“En la opinión pública la esquizofrenia se vincula frecuentemente con la violencia. Si bien hay una asociación entre ambas, menos del 10% de la violencia social experimentada es atribuible a la esquizofrenia”
-Esbec, E., & Echeburúa, E. –
Las agresiones ocurren por causas asociadas a las adicciones, consumo de drogas, circunstancias sociales desfavorables y por el abandono de la medicación. En la estigmatización social de la esquizofrenia se relacionan sus síntomas con conductas imprevisibles que pueden llegar a ser violentas. Cuando en realidad son hechos puntuales por una minoría, por causas ajenas a la esquizofrenia en sí misma.
2. La inteligencia en las personas con esquizofrenia está afectada
Pueden experimentar dificultades en la concentración, atención, la memoria, en la organización de sus pensamientos y en el procesamiento. Muchos de estos síntomas son efectos colaterales de la medicación: Antipsicóticos, ansiolíticos, estabilizadores del estado de ánimo e incluso antidepresivos.
Síntomas cognitivos asociados con la esquizofrenia se presentan bajo: pensamiento desorganizado, falta de iniciativa y planificación, así como dificultades para la elaboración de metas. Estos síntomas se relacionan con las funciones ejecutivas, similares a los que padecen las personas que sufren de un daño en la estructura prefrontal del cerebro.
Según David Shakow: “El paciente esquizofrénico tiene las habilidades sensoriomotoras conservadas, así como varias habilidades intelectuales, pero estas funciones intactas coexisten con una fragmentación, estereotipia y desorganización de los tipos de comportamiento que requieren representación verbal o simbólica”.
En la esquizofrenia la inteligencia está bien conservada, sin embargo, se tiende a confundir su falta por otras funciones que sí se encuentran afectadas. Aunque con dificultades, estas personas pueden albergar grandes capacidades en procesos creativos, lógicos-matemáticos, lingüístico-verbal, y otras áreas propias de la inteligencia, Adquiriendo un buen desarrollo en estas competencias.
3. La principal causa de la esquizofrenia es genética
La genética tiene un papel muy importante para explicar la esquizofrenia, sin embargo, necesita de otras muchas causas para que aparezca y se desarrolle. Tras muchas investigaciones se ha logrado comprobar que no tiene una causa única que sea la responsable en su totalidad.
La esquizofrenia tiene su aparición, explicación y evolución en múltiples causas implicadas. Las investigaciones declaran posibles causas a nivel cerebral, una implicación en los genes y en definitiva una predisposición biológica que interactúa con factores sociales y psicológicos.
Todos estos factores tienen un papel importante, por lo que asociar la esquizofrenia solo con el factor genético no es lo más conveniente, algo que por otro lado suele ser un error habitual. Lo acertado es asumir la interacción que existe entre la predisposición genética y el ambiente.
4. La esquizofrenia solo se puede tratar mediante fármacos
Los antipsicóticos o neurolépticos son los principales fármacos que la mayoría de los psiquiatras recomiendan cuando realizan el diagnóstico de esquizofrenia. No obstante, los fármacos por sí mismos no son garantía de nada, ya que tienen efectos secundarios que merman la calidad de vida de estas personas.
Los fármacos pueden aliviar ciertos síntomas relacionados sobre todo con los llamados “Síntomas positivos” relacionados con el pensamiento desorganizado, los delirios y las alucinaciones
Aunque en los síntomas cognitivos y “síntomas negativos”, relacionados con el aplanamiento afectivo, el aislamiento social, la falta de interés y de iniciativa por emprender actividades; resulta fundamental que exista un acompañamiento psicológico, para que la persona diagnosticada pueda tener cierta calidad de vida.
Cuando ambas terapias se combinan, la farmacológica con la psicológica, la evolución de la persona diagnosticada con esquizofrenia es mucho más favorable. En palabras de Carl Gustav Jung en su libro “El contenido de la psicosis”: “el camino hacia la psiquiatría del futuro, que debería comprender mejor la esencia del asunto, está claramente marcado: solo puede ser el camino de la psicología. Por eso en nuestra clínica de Zurich nos hemos dedicado a la investigación psicológica de la enfermedad mental”.
5. Las personas con esquizofrenia no pueden llevar una vida normal y productiva
Gracias a la investigación en el ámbito farmacológico y a su integración con los tratamientos psicológicos, se está consiguiendo que los síntomas de la esquizofrenia tengan cada vez menos impacto sobre la vida cotidiana. Así, muchas de las personas que sufren de esquizofrenia ya pueden llevar una vida productiva y satisfactoria, a pesar de las dificultades con las que se encuentran.
Además, existen cada vez más casos en los que los síntomas de la esquizofrenia van remitiendo con la edad, tendiendo a la estabilización. Por lo que la remisión de la esquizofrenia es clínicamente viable y real, tal y como se ha podido comprobar (Ciudad, Antonio, et al 2011).
“Muchos de los llamados trastornos son vistos como patológicos en sí mismos; a veces pueden ser una etapa de un proceso de curación genuino”
-Ronald. D. Laing-
Bibliografía consultada
- Jung, C. G. (1990). El contenido de las psicosis: psicogénesis de las enfermedades mentales, 2.
- Laing, R. D., & Schatzman, M. (1978). Esquizofrenia y presión social. I. Vericat (Ed.). Tusquets.
- Ciudad, A., Bobes, J., Álvarez, E., San, L., Novick, D., & Gilaberte, I. (2011). Resultados clínicos relevantes en esquizofrenia: remisión y recuperación.Revista de Psiquiatría y Salud Mental, 4(1), 53-65.
- Esbec, E., & Echeburúa, E. (2016). Violencia y esquizofrenia: un análisis clínico-forense. Anuario de Psicología Jurídica.