5 señales de que te estás autoboicoteando
En algún momento, todos nos hemos autoboicoteado, incluso siendo conscientes de que lo estábamos haciendo. Sin embargo, esta no es la norma. Lo común es que actuemos en contra de nuestros intereses sin ser conscientes de ello, llevando a cabo conductas que, a primera vista, parecen razonables.
De la misma manera, solo somos capaces de justificar muchas de nuestras actuaciones a posteriori, disfrazando la verdadera motivación con otra que nos gusta más: extraída de los efectos de nuestro proceder y que no había sido prevista o identificada como importante.
El principal síntoma de que te estás autoboicoteando es lógico: a cada paso que das, te alejas de tus objetivos. Te preguntas la razón y no sabes identificar un porqué convincente. Pareciera como si siempre hubiese “algo” que impidiese llegar al destino que has marcado en la hoja de ruta.
Las personas nos autosaboteamos por diversas razones. A veces, por miedo al éxito o por pensar no merecerlo. También se dan casos en los que realmente no te identificas con los objetivos que te propones y por eso, inconscientemente, buscas la forma de no lograrlos. Algunas señales de que te estás autoboicoteando son las siguientes.
“Tanto si crees que puedes como si no, tienes razón”.
-Henry Ford-
1. Quieres hacerlo todo tú solo
Son muchas las personas que piensan que no pueden confiar en nadie de su alrededor para realizar bien una determinada tarea. De ese grupo, hay otro más reducido que piensa que las tareas que cumplen con esta condición son muchas. De esta manera, al no confiar en nadie más que en ellas se terminan cargando de responsabilidades que no les corresponden o que podrían delegar o compartir.
Dice un proverbio africano que “ Quizás solos vayamos más rápido, pero que juntos llegamos más lejos”. Quizás sea verdad y existan tareas que ninguna de las personas que podrían realizarlas estén en disposición de hacerlas al mismo nivel; sin embargo, si no concedes oportunidad, tampoco tendrán ocasión de demostrarte lo contrario o de aprender y estar preparadas para hacerlo en un futuro.
2. Crees que siempre tienes la razón
Esta es una señal asociada a la anterior. Tiene que ver con la imposibilidad de encontrar lo positivo o la razón en los puntos de vista que defienden los demás. Quizás sientas que siempre tienes la razón porque en el fondo así es. En tus términos, siempre serás tú el que tenga la razón.
Para lograr ver los puntos de vista ajenos es necesario romper con esos esquemas rígidos. Si todo lo juzgas con un criterio prefijado, obviamente a tus ojos nadie más va a tener la razón. Esa actitud te priva de los aportes valiosos que te pueden hacer los demás desde otra perspectiva. A la vez, esto dificulta tu avance, pues solo ves una parte del panorama.
3. Dejas muchas tareas sin terminar
Esta es una señal clara de que te estás autoboicoteando. Seguramente encuentres una razón para haber dejado sin terminar muchos proyectos. En otras palabras, no es complicado racionalizar la tendencia al abandono: evitar que genere disonancia, y por lo tanto malestar, y por lo tanto que nos sintamos motivados para poner los medios que la reviertan.
Esa tendencia a dejar todo a medio hacer afecta tus objetivos. No solo porque no llegas a la meta señalada, sino porque todos esos pendientes y ciclos sin cerrar normalizan la actitud y hacen más fuerte a las futuras tentaciones.
4. No admites o valoras tus logros
Quizás sientas que no tienes derecho a triunfar, a ser exitoso. Por eso, te encargas incluso de invertir aquellas corrientes que te empujan al éxito. Lo haces a través de la forma de interpretar tus avances y tus conquistas. Cuando logras un subojetivo, lo demeritas, desechando así el reforzador/motivador que lleva implícito.
Es como si sintieras que solo eres capaz de alcanzar algo porque realmente no tiene valor. Si lo tuviera, entonces no lo habrías logrado. Se convierte en un círculo vicioso: tú eres el agresor, y al mismo tiempo la víctima. Ese tipo de conductas solo satisfacen impulsos neuróticos.
5. Victimización, una señal de que te estás autoboicoteando
A veces obstaculizamos nuestro crecimiento, acudiendo a la estratagema de minimizarnos y victimizarnos. ¿Qué se le puede pedir a alguien que no tiene “x” cosa, o que le falta “y” habilidad, o que no cuenta con “z” recurso? Nos escondemos detrás de nuestras carencias y de nuestras limitaciones para no salir de nuestra zona de confort.
La victimización es una estrategia para justificar el estancamiento. Quien se victimiza busca excusas, en lugar de motivos. Esto no se hace conscientemente, pero tampoco de forma totalmente inconsciente. Muchas veces se obtienen beneficios secundarios de ello, como la sensación de seguridad, y por eso ese tipo de conductas se mantienen.
Lo importante de estar atento a esas señales de que te estás autoboicoteando es quizás puedan darte pistas sobre las razones por las que no logras lo que deseas. Hacerte consciente de esas conductas que van en contra de ti puede ser un buen punto de partida para una vida más plena.
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- Stamateas, B. (2008). Autoboicot. Cuando el tóxico es uno mismo. Barcelona: Grupo Editorial Planeta.