7 lecciones para saber amar

Las lecciones para saber amar tienen que ver con algunas pautas que hacen más realistas nuestras expectativas y más comprometidas nuestras acciones. Amar es un verdadero arte y todo arte exige tiempo y trabajo.
7 lecciones para saber amar
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 19 enero, 2019

Saber amar es un verdadero arte que exige trabajo sobre uno mismo, experiencia y buena voluntad. Porque, a veces, aunque haya amor, la calidad de este no siempre es la misma. Hay amores de amores. Algunos logran transformar nuestra vida de forma positiva y para siempre. Otros son un tormento, pasajero o duradero. Algunos más se mantienen solo por costumbre y, básicamente ni quitan, ni ponen a nuestra vida.

Un amor evolucionado y maduro es saludable, en el amplio sentido de la palabra. Enriquece significativamente la vida de los involucrados y contribuye al desarrollo y la expansión de cada uno de ellos.

Sólo hay un remedio para el amor: amar más”.

-Henry D. Thoreau-

Saber amar implica reconocer los límites de una relación y haber alcanzado cierto nivel de equilibrio individual. También aprender a renunciar a deseos imposibles y fantasías románticas.

A continuación profundizaremos en siete claves que se deben tomar en cuenta para saber amor. Profundicemos.

1. La misma experiencia, diferentes miradas

La primera de las lecciones para saber amar es comprender que cada persona es un universo único. En el amor, especialmente el de pareja, a veces, hay un afán desmesurado por construir una identificación mutua extremadamente fuerte.

Sin embargo, aunque dos personas compartan la misma experiencia, cada una de ellas la ve y asimila de manera diferente. Esa diversidad hace visible que los dos no son como si fueran uno, sino que continúan siendo individuos separados. Esto no es malo, sino positivo y normal.

Pareja bajo la luz de la luna

2. Las personas cambian, una de las lecciones para saber amar

Las personas tenemos una estructura de personalidad básica, que suele permanecer en esencia, desde la infancia hasta la vejez. Pese a esto, también somos seres que cambian constantemente. Nos cambia el tiempo, las experiencias, los aprendizajes, etc.

Saber amar es entender esto; es decir, aceptar que varias vas a tener que volver a aprender a amar a la misma persona. El padre lo hace con el hijo que antes era niño y luego adolescente. En las parejas, el ser idealizado se transforma en una persona real y es necesario reenamorarse. Así funciona.

3. Cuidar de ti es una forma de pensar en los otros

El primer amor que se debe fortalecer es el que uno se debe a sí mismo. Para saber amar a otros, primero es necesario que estemos en relativa paz y equilibrio con nosotros mismos. Que seamos conscientes de quiénes somos, qué queremos y qué merecemos.

Todo lo que hagamos por nosotros lo estamos haciendo también por los demás. Si estamos en paz, podremos dar paz. Si nos sentimos bien con quienes somos, podemos aceptar más fácilmente a los otros. Si nos cuidamos, cuidamos los vínculos con los demás.

4. Proteger la intimidad

Actualmente, hay un deseo colectivo de exposición. Muchas personas quieren mostrar su vida personal a un gran público y sienten que es válido hacerlo. También hay demasiada prisa, especialmente, en las relaciones de pareja, por intimar con el otro.

Esos aspectos muy privados o vulnerables de nuestra vida deberían protegerse un poco más. Saber amar es también tener un poco de paciencia. Darle tiempo al tiempo para que los lazos se vayan estrechando y el campo de la intimidad se vaya ampliando.

Pareja sentada en un banco

5. Cada quien tiene sus propias batallas

Dicen que cada persona “carga su propia cruz”. Aunque puede ser una forma un poco dramática de verlo, lo cierto es que en esencia es verdad. Nunca llegamos a comprender del todo las luchas que una persona libra diariamente.

Lo que sí podemos hacer es tomar esto en cuenta para comprender que cada quien tiene sus propias dificultades y que esto le genera tensiones y conflictos. No es necesario que el otro nos esté explicando sus malestares y vacíos para comprenderlo, cuando no sea todo lo agradable que podría ser.

6. En las relaciones no hay igualdad total

Las relaciones humanas no son contratos comerciales que impliquen una equidad total en cualquier circunstancia. Todo lo contrario. La nota predominante es la asimetría, la inequidad. La correspondencia total jamás se logra.

Hay momentos en que uno da más que el otro y luego ocurre lo contrario. Por eso, no podemos llevar una contabilidad y exigir que nos correspondan en la misma proporción, cuando damos algo. Saber amar es dar lo mejor y aceptar lo que el otro puede y quiere darnos.

7. Es necesario aprender a decir adiós

Toda relación de amor termina en algún momento. La presencia de otras personas en nuestra vida siempre es transitoria. Más tarde o más temprano, y por diversas razones, habrá un momento en que ya no contemos más con su compañía.

De ahí que sea importante aprender a decir adiós a lo amado. El dolor que esto implica no se resuelve evitando los vínculos de amor, ni tratando de perpetuarlos más allá de lo razonable. Perder a los que amamos es una realidad de la que nadie escapa y que es importante aprender a aceptar.

Hombre mirando por la ventana

Estas lecciones para saber amar son pautas que no llegan a realizarse del todo. Se deben tomar como pautas o guías y no como normas. Basta con intentar seguirlas, aunque no lo logremos en un cien por ciento. Amar es también eso: trabajar por ser mejores y hacer mejores a quienes nos rodean.


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  • Fromm, E., & Rosenblatt, N. (2000). El arte de amar. São Paulo^ eSP SP: Martins Fontes.

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