¿Cómo afectan las modas a la sociedad?

¿Por qué somos víctimas de las modas? ¿Por qué ciertos comportamientos, aunque sean nocivos, se imitan en nuestra sociedad? ¿Te has sentido raro alguna vez al no identificarte con ciertas tendencias? Te explicamos qué hay detrás de ello.
¿Cómo afectan las modas a la sociedad?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 20 abril, 2023

La forma en que afectan las modas a la sociedad es profunda y, en ocasiones, perturbadora. Más allá de códigos de vestimenta, música, comportamientos y adquisición de determinados productos, por ejemplo, pensemos en esos desafíos de las redes sociales (challenges) que, debido a su peligrosidad, causan accidentes e incluso muertes. ¿Qué hay detrás de este tipo de conductas?

La psicología lleva décadas estudiando estos fenómenos. Para entenderlos, uno de los términos más importantes es el autoconcepto, construido también a partir de nuestra pertenencia a determinados grupos sociales. La imitación, uno de los procesos que permite sentirnos integrados y, a la vez, ser esclavos de ciertas tendencias, ofrece la percepción de ser como los demás. Profundicemos un poco en este tema.

Las modas siguen el «principio de conformidad». La mayoría busca la integración en el grupo y esto promueve, a veces, la disolución del «yo» para adoptar los códigos del grupo social de referencia.

chicos leyendo cómo afectan las modas a la sociedad
Las redes sociales son, ahora mismo, las principales difusoras de modas y tendencias.

¿De qué manera afectan las modas a la sociedad?

En la actualidad, las redes sociales son los canales más importantes a la hora de difundir las nuevas modas y tendencias. Y no nos referimos únicamente al ámbito de la vestimenta. Twitter, Instagram y Tik Tok integran en el ideario colectivo códigos de comunicación, de pensamiento, de ocio y, por supuesto, de consumo.

La manera en que afectan las modas a la sociedad no siempre es beneficiosa. Veamos, por ejemplo, el ideal de belleza y de esquema corporal que la industria estimula desde hace años y lo que ello conlleva. Recordemos la moda del cutting (autolesiones) o esos desafíos virales que no siempre terminan bien.

Sin embargo, este fenómeno siempre ha existido y conforma una realidad que nos modela y activa en nosotros procesos psicológicos muy interesantes que, a continuación, analizamos.



1. Imitación como necesidad de pertenencia al endogrupo

La aparición de una conducta, un producto o un estilo de vestir siempre despierta en nosotros cierta curiosidad. En cuanto vemos que dichas dimensiones se repiten con frecuencia entre nuestros grupos sociales de referencia, aparece la imitación. Surge la necesidad de seguir esos patrones para no sentirnos excluidos.

Los psicólogos sociales Henri Tajfel y John Turner, quienes desarrollaron la teoría de la identidad y comparación social en un trabajo referenciado por la Academia Americana de Psicología, destacaron la potente influencia de la moda, tanto para ir a favor como en contra.

De la misma manera, la identidad se nutre del sentido de pertenencia; esto nos impulsa a la imitación de aquello que haga el endogrupo. Seguir tendencias y comportamientos evita la exclusión social, el señalamiento y el ostracismo. Nos sentimos parte de los demás, lo que se traduce en bienestar psicológico.

2. El principio de conformidad

Tal y como señala Serge Moscivici (1999), «las personas subestimamos la influencia que tiene vivir en sociedad sobre nuestras actitudes y conductas. De hecho, nuestro entorno nos supedita por completo». Así, el principio de conformidad nos dice que en el deseo por integrarnos y ofrecer una percepción positiva ante los demás, diluiremos nuestro «yo» y asumiremos muchas realidades de forma inconsciente.

Es más, figuras como el psicólogo social Herbert Kelman, nos indica que el conformismo se manifiesta de tres maneras muy concretas. Todas ellas nos explican muy bien cómo afectan las modas a la sociedad.

  • Identificación: nos sentimos identificados con aquello que hacen o demuestran las figuras de nuestro grupo social.
  • Internalización: integramos en nuestros estratos psicológicos los patrones conductuales y actitudinales de los demás. Lo hacemos para no sentirnos excluidos.
  • Cumplimiento: demostraremos nuestra sintonía con ciertas modas y tendencias, aunque a veces, en privado, la fascinación no sea absoluta o no siempre estemos de acuerdo.

Las modas, aunque no siempre sean saludables o nos agraden al 100 %, instan en nosotros una necesidad instintiva de imitación para no sentirnos excluidos.

3. Necesidad de aprobación y validación

Si hay una necesidad que evidenciamos desde edades muy tempranas es la de recibir la aprobación ajena. También la validación de nuestro entorno más cercano. Es así como reforzamos la identidad y la autoestima. No somos islas solitarias, sino organismos vivos que conviven en sociedad y que requieren de validación para tener una sensación de unidad y seguridad.

Asumir modas, llevar a cabo unas mismas prácticas, favorece que el resto nos vea como parte del grupo. La imitación conduce a la integración y ello nos ofrece numerosos refuerzos positivos que son básicos para muchas personas.

4. El contagio emocional

Si nos preguntamos cómo afectan las modas a la sociedad, es imprescindible hablar de emociones. Cuando vemos un objeto, se repite un comportamiento o tipo de ropa, sufrimos un «contagio emocional». De pronto, se propaga un estado de emociones de una manera similar a lo que puede suceder en un concierto disfrutando de la música. Hay fascinación, curiosidad y deleite.

Seguir una moda no solo facilita la integración social, también nos inunda de una serie de emociones de valencia positiva que nos animan a la imitación.

Las modas también incentivan la sugestión emocional, es decir, hay una inclinación inconsciente hacia la aceptación de esas conductas que llevan a cabo los demás.

5. Nos facilitan la vida (atajos mentales)

Imaginemos que tenemos una fiesta este fin de semana y no sabemos qué ponernos. Algo que facilitan las modas y tendencias son atajos mentales para no pensar demasiado. En este caso, bastaría solo con elegir esa ropa que, justo ahora, viste la mayoría.

Si la realidad está llena de opciones, el hecho de seguir tendencias acorta nuestras decisiones y tiempos de reflexión. Basta con «hacer lo mismo que otros».



Mujer mirando el móvil y leyendo cómo afectan las modas a la sociedad
Los adolescentes y personas más jóvenes son más vulnerables a las modas.

¿Por qué hay personas más vulnerables al efecto de las modas?

La forma en que afectan las modas a la sociedad es muy variada desde un punto de vista psicológico. Quienes son más vulnerables a estos procesos son los jóvenes, en especial los adolescentes. La generación Z, tiene, por término medio, una gran presión a la hora de mantenerse en sintonía con las modas que aparecen en redes sociales.

Para el cerebro juvenil, la necesidad de pertenencia es un instinto crucial. En la actualidad, el fenómeno de la comparación social hace que el foco se ponga siempre en lo que tienen los demás y le falta a uno. Cumplir con unos supuestos cánones y modas es como una férrea religión que trae, a su vez, tormentos y muchos problemas de salud mental.

Trabajos como los realizados en la Universidad de Ajman, de los Emiratos Árabes, por ejemplo, resaltan cómo las redes sociales son clave en la construcción de la identidad de los más jóvenes. Esa falta de madurez en su personalidad los hace más susceptibles a los comportamientos del endogrupo que asumen por mera imitación para no sentirse rechazados.

Factores que nos hacen más proclives a la asunción de modas y tendencias

Una moda es mucho más que una forma de manipulación social. Es un ideario cargado de significados que las personas asumimos por curiosidad, identificación real o deseo de pertenencia. Estos son los factores que nos hacen más proclives a ello:

  • Mayor sugestionabilidad.
  • Pensamiento conformista.
  • Menor pensamiento crítico.
  • Deseo de integración al grupo.
  • Miedo a ser señalados o excluidos.
  • Una identidad y personalidad menos formada.
  • Baja autoestima y necesidades de refuerzos sociales.

Para concluir, solo cabe señalar que todos, en cierto grado, asumimos muchas modas por simple deseo e interés. La clave está en discernir lo que nos conviene, lo que es saludable y enriquecedor de aquello que no lo es. En el presente, es frecuente que surjan tendencias tan irracionales como disonantes. Tener criterio para saber qué tendencia ignorar también es salud.


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