¿Cómo puedo ayudar a alguien que se autolesiona?

¿Has descubierto que alguien cercano a ti recurre a la autolesión? Hablamos de situación difícil y delicada que no siempre sabemos afrontar. Si te ves ahora mismo en esta situación, te damos unas claves para ayudar a esa persona.
¿Cómo puedo ayudar a alguien que se autolesiona?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 13 marzo, 2024

Hay emociones demasiado crudas, de esas que uno no sabe muy bien qué hacer con ellas y que se adhieren como una capa de más, como una sustancia extraña que escuece y dificulta la vida. Para aliviar ese dolor hay quien recurre a la «autoherida», una lesión en el propio cuerpo que busca canalizar e incluso anestesiar por un instante el sufrimiento de lo emocional.

Es un acto del todo disfuncional, lo sabemos. Sin embargo, detrás de las autolesiones hay una amalgama complejísima de desencadenantes y razones difíciles de manejar. También de comprender. Asimismo, es importante tener en cuenta que esta conducta se considera un problema de salud pública que, en muchos casos, se vincula al suicidio.

Investigaciones como las realizadas en la Universidad Federal de Bahía, en Brasil, nos indican que la prevalencia a escala global de las autolesiones es muy seria en la población adolescente. Cerca del 20 % de los chicos y chicas la sufre. Es una realidad de gran impacto para las familias y para nuestra sociedad, algo que requiere sensibilidad en su comprensión y abordaje.

Analicemos a continuación qué claves deberíamos tener en cuenta, en caso de que alguien cercano evidencie esta conducta.

El comportamiento autolesivo es más frecuente entre el género femenino.

Chica adolescente sufriendo simbolizando cómo ayudar a alguien que sea autolesiona
Una de las principales estrategias para ayudar a quien recurre a la autolesión es evitar el juicio.

Así puedes ayudar a alguien que se autolesiona

Cuando alguien cercano a nosotros recurre a las autolesiones, es común preguntarnos por qué. Cuesta entender por qué una persona se inflige a sí mismo una herida, un corte, una abrasión, una quemadura o se arranca el cabello. Desde la Universidad Estatal de Nueva Jersey, por ejemplo, destacan en un estudio que ese dolor físico es un modo de distraer la angustia emocional.

Por otro lado, cabe hablar una hipótesis extra. Buena parte de las autolesiones no suicidas son un intento de «sentir algo». El entumecimiento emocional es tan profundo que necesitan experimentar alguna sensación. Son, como podemos intuir, realidades muy duras a las que nos podemos enfrentar en algún momento.

Ahora bien, ¿cómo actuar? ¿Cómo ayudar a alguien que se autolesiona? Lo primero que experimentamos en estas circunstancias es el deseo de salvarlos y convencerlos para que no repitan más esa acción. No obstante, estas estrategias —del todo comprensibles— no siempre funcionan. Veamos una serie de pasos para reflexionar y tener en cuenta.

Cuando una persona se hace daño a sí misma, lo que siente después es vergüenza. Debemos comprender que esa es la única estrategia de afrontamiento que tienen a su alcance. En nuestras manos está ser de ayuda para guiarles en busca de mejores recursos y herramientas.

1. Evita los juicios

Cuando descubrimos que alguien se hiere a sí mismo, es común sentir rechazo y desconcierto. Casi de forma automática podremos decir: «Pero, ¿por qué has hecho eso, estás loco/a?». Esa es la peor frase que podría salir de nuestra boca, es una expresión que debemos evitar a toda costa.

Si deseamos ayudar a alguien que se autolesiona, evitemos los juicios, las críticas, los comentarios impulsivos. Lo último que necesita quien lidia con un sufrimiento emocional elevado es que lo acusen y lo sancionen. Mantengamos la calma y entendamos un asunto muy simple: quien se hace daño aplica la única estrategia de afrontamiento que conoce ante lo que le sucede.

2. Reconoce sus emociones y dales espacio

La autolesión es un mecanismo disfuncional para manejar el malestar emocional grave. Esa angustia no desaparecerá con solo decirles que «todo irá bien» y «confía en mí, voy a ayudarte». Lo que sienten estas personas después de herirse es vergüenza y, por lo general, no les será fácil abrirse al diálogo.

Por tanto, una estrategia útil es ofrecerles comprensión, hacerles ver que podemos sintonizar con su realidad. Pregúntale: «¿Cómo te sientes?», «¿Qué sensación estás experimentando ahora?». Es evidente que no en todos los casos les será fácil poner en palabras aquello que hay en su interior. Es bueno darles tiempo y espacio.

3. Mostrar preocupación y cuidado

«No estás solo/a en esto, estoy contigo en todo lo que necesites. Te cuido». Quien busca hacerse daño para sentir algo o aliviar el peso de la angustia a través de la herida, también experimenta soledad. Asumen, a menudo, que toda esa maraña de pensamientos y emociones nunca se irán, que el dolor de ahora será permanente.

El apoyo del entorno, los vínculos afectivos y el saber estar sin juzgar o querer controlar es un pilar indiscutible en estos casos. No dudemos en mostrarles esa preocupación sincera que, sin buscar controlar o imponer, se interesa por cuidar y estar presente.

4. Muéstrate imparcial con la autolesión, pero atiéndela

Evitemos reaccionar de manera intensa ante la visión de las lesiones. Toda respuesta más sobredimensionada de la cuenta provocará que la persona que se autolesiona se sienta más avergonzada. Lo ideal en estos casos es ser imparcial, demostrarle que no hace falta que se disculpe o que diga nada si no lo desea. 

Si queremos ayudar a alguien que se autolesiona, evitemos reforzar el estigma sobre el tema. Cuidemos el lenguaje, limemos reacciones y actitudes espontáneas que pueden alzar de pronto una muralla entre el ser querido y nosotros.

Asimismo, no dudemos en prestar apoyo para tratar esas heridas físicas que, en ocasiones, se esconden, pero pueden requerir asistencia médica.

Hay muchos tipos de autolesiones y muchas de ellas pueden pasarnos desapercibidas. Cuando descubramos que alguien cercano las ejecuta, no juzguemos y mantengamos una adecuada imparcialidad. Lo más importante es ofrecer comprensión y guiar a la persona para que solicite ayuda especializada.

5. Recuerda, no puedes asumir la responsabilidad de la otra persona

Cuando somos testigos de cómo un ser querido se autodestruye, deseamos salvar. Nos obsesionamos con rescatar, con hacer por el otro lo que este no puede hacer por sí mismo. Este enfoque sería muy peligroso, porque no podemos situar sobre hombros propios tareas ajenas.

Nuestra función será la de respaldar, comprender, acompañar, saber estar presente; pero no debemos asumir las responsabilidades de quien debe trabajar en su propia recuperación. Aunque nos cueste, hay que delegar, dar nuestra confianza al otro.

6. Guiar para solicitar ayuda especializada

Detrás de este tipo de situaciones hay realidades profundas, experiencias no afrontadas y un gran cúmulo de emociones por abordar. La persona sola no puede con esta conjunción de sufrimientos. Además, ya sabemos que las estrategias de afrontamiento que aplica no son las adecuadas.

De hecho, no podemos dejar de lado que una parte de las autolesiones tienen intención suicida y como tal, es oportuno actuar. Si deseamos ayudar a alguien que sea autolesiona, guiémosla para solicitar atención especializada. La terapia psicológica, sumado al soporte social del entorno, son dos pilares que facilitarán siempre el mejor avance.

Mujer en terapia psicológica simbolizando cómo ayudar a alguien que sea autolesiona
Es esencial que instemos y sepamos guiar a la persona que se autolesiona para que inicie terapia psicológica.

Nota final

Como familiar, amigo o pareja de alguien que recurre a estas conductas, hay una verdad innegable: nunca comprenderemos del todo por qué se llevan a cabo estas acciones. Es algo que cuesta asumir; los problemas de salud mental son realidades muy poliédricas y cuesta entender en detalle toda su anatomía.

Lo más relevante en todos los casos es saber que dichas encrucijadas psicológicas pueden superarse. La persona que recurre a la autolesión debe abordar y trabajar en terapia psicológica las dimensiones latentes que promueven ese comportamiento. Poco a poco, contará con unas adecuadas herramientas para hacer frente al malestar emocional de una manera más efectiva y, sobre todo, saludable.

Sepamos ser aliados en ese viaje de sanación, facilitadores del apoyo que sabe ser hogar, sin estigmatizar. Estamos ante una emergencia social de especial gravedad en nuestros jóvenes y corresponde saber prevenir y tratar. Pongámonos a ello.


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