¿Cómo dejar de ser una persona celosa?

Los celos son una parte natural del ser humano, pero ¿cómo conseguir que no controlen la relación con tus seres queridos? Aquí tienes algunas claves.
¿Cómo dejar de ser una persona celosa?
José Padilla

Revisado y aprobado por el psicólogo José Padilla.

Escrito por Yamila Papa

Última actualización: 25 agosto, 2023

Es complicado reconocer la propia celotipia, pero es el primer paso para dejar de ser una persona celosa. Cabe decir que se trata de un sentimiento destructivo para quien lo sufre y para sus relaciones.

No obstante, las personas celosas «por naturaleza» no suelen aceptar que padecen este problema. Es fácil poner el foco en lo externo: «señales» de la pareja, cultura que alimenta las conductas de celos, advertencias de amigos y familiares y demás. Liberarse de los celos, por tanto, no implica solo una lucha contra uno mismo.

Gran parte del problema radica en la falta de confianza, ya sea en la propia persona o en los demás. Para dominar los celos, en consecuencia, se hace necesaria una revisión profunda de los propios valores y trabajar en aspectos personales que permitan superarlos. Aquí encontrarás algunas claves para iniciar este camino.

«Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta».
Miguel de Cervantes

¿Para qué sirven los celos?

Los celos, como cualquier otra emoción, tienen una razón de ser. De hecho, tienen todo el sentido dentro de la etología humana, que es una especie gregaria y que forma fuertes lazos entre iguales. En este sentido, los celos aparecen cuando se percibe la amenaza de que alguien que nos es querido nos abandona, casi siempre con la intención de formar otro vínculo.

Con los celos, por tanto, el instinto nos empuja a mantener cerca a nuestros seres queridos. De esta manera, nuestros genes se perpetúan, pues aumenta la supervivencia del grupo social al que perteneces.

El problema de todo esto es que los celos tienen un componente de posesividad. Y cuando esta sensación de que el otro nos pertenece se convierte en el eje central de la relación, los celos se vuelven dañinos. Aunque los celos son naturales, esto no justifica comportamientos dañinos para la otra persona.

Perfil psicológico de una persona celosa

¿Cómo es una persona celosa, entonces? ¿Dónde está el límite entre la emoción natural y los celos dañinos? Veámoslo de manera sencilla:

  • Las ideas de que el ser querido está siendo infiel en cualquiera de sus formas son frecuentes.
  • A pesar de que la evidencia muestre lo contrario, los sentimientos de celos persisten y se encuentran detalles que lo perpetúan.
  • Aparecen conductas controladoras (revisar el móvil, criticar a amigos comunes, prohibiciones, etcétera).
  • Son frecuentes los miedos y la angustia a perder a esos seres queridos.
  • Existe inseguridad acerca de la propia valía que se proyecta en forma de celos.
  • Existen pensamientos distorsionados y sesgos cognitivos que favorecen la idea de que se está siendo traicionado.

La celotipia: los celos patológicos

Saber medir hasta qué punto llegan estos comportamientos es fundamental para dejar de ser una persona celosa. En ocasiones, basta con reflexionar y cambiar hábitos; pero en otras es necesaria la intervención de un profesional. Es el caso de la celotipia, o celos patológicos, que se identifican a través de las siguientes señales:

  • A nivel cognitivo: pensamientos irracionales que pueden llegar a ser delirios, comparaciones constantes, emociones intensas de angustia, ira, miedo y nerviosismo, estado de alerta permanente. Existe un temor excesivo a perder a la otra persona y una tendencia a la impulsividad bastante grande.
  • A nivel fisiológico: insomnio, palpitaciones, malestar gástrico y otros síntomas físicos de estrés y ansiedad.
  • A nivel conductual: el comportamiento se aproxima, cuando no alcanza, a la violencia. Son habituales las conductas de control, como no dejar nunca sola a la otra persona o prohibir que se relacione con los demás. Aquí entrarían también actos de violencia física.


¿Cómo dejar de ser una persona celosa?

Podríamos afirmar que no existe una cura 100 % efectiva para los celos, pues, como se decía antes, es una emoción natural. Por tanto, el trabajo personal se realiza sobre la propia conducta e ideas. Recuerda que el apoyo social es muy importante para conseguir dejar de ser una persona celosa. No obstante, vamos a ver otras acciones que se pueden tomar.

1. Acepta tus emociones

Este es el primer paso, aunque no es más sencillo. No solo se trata de aceptar tus propias emociones, sino de tomar responsabilidad por las acciones dañinas que has llevado a cabo por esos celos. Por eso, tómate un tiempo para reflexionar y procesar lo que sientes.

2. Para dejar de ser una persona celosa, apóyate en los demás

Ojo, no se trata de dar pena o de quitar protagonismo a las personas que sufren tus celos. Es, más bien, abrirte a tus seres queridos, mostrarte vulnerable y dejar claro que quieres cambiar y reparar tus acciones. Este también es un paso complicado, pues no es fácil mostrar tus debilidades en mitad de un conflicto abierto.

Trata de encontrar el momento adecuado y usar las palabras correctas.

3. Escucha

Escuchar es el siguiente paso para dejar de ser una persona celosa. Los demás tienen derecho a expresarse y esa información te será muy útil para cambiar. Acepta sus palabras y sus emociones e inicia un diálogo constructivo y positivo.

Construir relaciones sanas es cosa de todos. Si los celos toman el control, nadie está al volante, ni siquiera tú.

4. Trabaja tu autoestima

Recuerda que parte de tus celos provienen de tu inseguridad y falta de autoestima. Por eso, uno de los trabajos sobre tu persona debe ser el fortalecer esa parte de tu identidad. Eres una persona válida, suficiente y digna de amor, y que alguien te abandone no significa que valgas menos, sino que a veces las personas no son compatibles.

5. Revisa tu sistema de creencias

Que los celos tomen el control de tus relaciones también tiene que ver con la educación que has recibido y la cultura en la que vives. En general, se puede afirmar que vivimos en una sociedad donde se conciben las relaciones como pertenencias; por tanto, a nivel psicológico, es posible considerar que «te roban» a una persona.

Una relación sana no entiende de posesiones, sino de límites y acuerdos. Si eres una persona monógama y quieres una relación cerrada, lo mejor es que busques a alguien que funcione de la misma manera. De esa forma, no existen infidelidades, sino rupturas de acuerdos que llevan al final de la relación, no a tratar de retener a alguien a tu lado.



Por último, cabe destacar la utilidad de acudir a un profesional de la psicología para ayudarte a eliminar los celos de tus relaciones. En estos espacios seguros se trabaja a todos los niveles, desde el cognitivo hasta el conductual, para tratar con esos celos excesivos y dañinos.

En relación con los celos pueden llegar a aparecer trastornos como la depresión o la ansiedad; o bien ser estos resultado de cuadros clínicos como un trastorno de personalidad o una adicción.

Muchas veces, cuando una persona decide cambiar, ya está inmersa en conflictos con sus seres queridos, así que considera acudir a terapia de pareja o de familia para reconstruir esa felicidad. Es posible sentir todo lo que llevas dentro sin perder la felicidad de estar al lado de quien más quieres.

Los episodios de celos patológicos son los que requieren mayor atención. Tal y como advierte un estudio publicado en Psychiatry, a largo plazo estos plantean riesgos peligrosos para el propio sujeto, la pareja y el rival real o imaginario. En determinados contextos, se puede considerar el uso de medicamentos antipsicóticos e intervenciones destinadas a mejorar la autoestima de ambos miembros de la pareja.

Sobre los celos y cómo superarlos

Los celos son una reacción emocional normal, al menos lo son cuando se tiene cierto control sobre ellos y cuando no han cruzado la frontera de lo irracional. De lo contrario, se pueden hablar de celos patológicos, delirantes, irracionales y demás. Buscar apoyo es lo mejor que se puede hacer, en especial cuando la emoción está entorpeciendo diferentes aspectos del día a día.


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