¿Conoces el Complejo de Electra?
El complejo de Electra fue propuesto por Carl Gustav Jung para adaptar el tan conocido complejo de Edipo al caso de las mujeres. Mientras que el complejo de Edipo hace referencia a ese amor, tal vez obsesión, que los hijos sienten por sus madres, el complejo de Electra indica ese mismo amor, pero de hijas hacia padres.
Freud pensaba que dependiendo de cómo controlemos nuestros impulsos sexuales en la infancia, cuán reprimidos se vean, podemos tener o no problemas psicológicos en la etapa adulta. Así, para el psicoanálisis inicial, este complejo no solamente existiría sino que sería la primera causa de muchos males aparentemente inexplicables de la etapa adulta.
La historia de Electra
Cuando Jung se centró en el complejo de Edipo para descubrir su variante hacia hija-padre, tuvo que trasladarse a la mitología griega para buscar respuestas y darle un nombre que fuese fiel a su definición. Haciéndolo descubrió la historia de Electra.
Según la mitología griega Electra era la hija de Agamenón y Climtemnestra. Su madre, y se cree que también su amante, mató a su padre cuando este regresó de la guerra que se había mantenido en Troya. Cuando Electra se enteró contactó con su hermano para que matase tanto a su madre como a su amante.
Este hecho le hizo a Jung escoger el término adecuado para el complejo que había descrito. Un complejo que se desarrolla y manifiesta en torno a los 3 y 6 años de edad. Pero, aunque se pueda pensar que dura toda la vida, lo más habitual es que se mantenga durante unos 2 o 3 años, para después desaparecer.
Aunque el complejo de Edipo y el complejo de Electra puedan parecer similares por le paralelismo de su planteamiento, son muy diferentes entre sí.
Es cierto que aunque pueda parecer patológico, la mayoría de los niños suelen manifestar apego hacia sus progenitores. Esto no significa que sea negativo, aunque sí hay que saber gestionarlo, de manera que los niños a medida que crecen vayan ganando independencia de sus padres.
El complejo de Electra
El complejo de Electra podría se más disimilado que el complejo de Edipo, ya que se cree que el grado de apego es mucho mayor en las niñas que en los niños. Las características más notables de este complejo serían:
- Desarrollan un fuerte deseo hacia sus padres: un deseo que trasladan hacia otros hombres que también mantengan un rol de padre. A medida que crecen, van a buscar similitudes entre su padre y sus posibles parejas.
- Viven en una constante competencia con sus madres: la niñas observan que su padre pasa tiempo con su madre, que tienen una conexión especial y eso hace que tengan que competir con ella por la atención del padre.
- Desarrollan celos hacia su madre: la madre es la competencia, la que acapara al objeto de deseo de la hija que sabe que tiene ciertas limitaciones en el terreno. Por eso, la hija vivirá con continuos celos hacia su progenitora.
Estas son algunas de las características que pueden ser una llamada de atención sobre este complejo. Pero, ¿por qué se desarrollaría? Porque, como dijo Freud, la hija no ha superado satisfactoriamente la etapa de su desarrollo sexual, la etapa denominada fálica.
Lo curioso del complejo de Electra es que en un principio las niñas se sienten más cercanas a las madres que a los padres. El problema surge cuando son conscientes de las diferencias entre el sexo masculino y femenino. Reconocen que el padre es diferente a ella y a su madre. Es ahí cuando empieza la rivalidad con su progenitora para recibir el afecto del padre, esa persona que es tan diferente a ella, que le hace sentir protegida y que, para ella, es la autoridad.
El complejo de Electra a veces es conocido como “papitis”
¿Cuál es la mayor diferencia entre el complejo de Electra y el de Edipo? Que los niños que sufren el complejo de Edipo temen al padre, pues lo ven como alguien superior a ellos. Por eso, intentarían esconder el deseo que sienten hacia su madre, ya que no quieren ser descubiertos. No ocurre lo mismo con las niñas, que rivalizarían claramente con sus madres y no temerían enfrentarse a ellas.
Todas estas situaciones podrían ser normales, siempre y cuando no se excedieran en el tiempo. El problema aparecería cuando se mantienen generando obsesiones y una búsqueda constante de esa pareja perfecta que se parezca al progenitor deseado. De esta manera, en el complejo de Electra, la mujer busca sentirse protegida, como con su padre.
Este complejo pertenece al origen del psicoanálisis y actualmente tiene un relevancia clínica insuficiente para entenderlo con la importancia que ha tenido en la teoría psicoanalítica inicial. No obstante, forma parte de esa revolución que propuso el psicoanálisis, resaltando la importancia de la sexualidad infantil y, lo que es más importante, la trascendencia de los vínculos de apego que se forman a edades tempranas.