Efecto anclaje: teorías y factores

Efecto anclaje: teorías y factores
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 19 septiembre, 2020

El atleta Frank Tankerton afirma que “solamente puedes aprender si tú mismo te abres a diferentes fuentes de información”. Y, sin embargo, ¿puede ser el efecto anclaje un sesgo cognitivo que promueve en nuestra mente justamente lo contrario?

¿Somos plenamente libres al tomar una decisión basada en la información disponible? Lo cierto es que existen infinidad de factores que nos influyen en la toma de decisiones, y uno de ellos es este efecto anclaje, que pasamos a conocer aquí.

¿Qué es el efecto anclaje?

¿Has sentido alguna vez que la primera información que recibes parece la más importante, la más clara y concisa? El primer impacto que sufres ante determinada noticia, por ejemplo, va a condicionar tu forma de ver y entender el resto de la información. Evidentemente, esto es algo que puede condicionar tus decisiones posteriores.

El efecto anclaje también es conocido como efecto de focalismo. Este sesgo cognitivo es un fenómeno psicológico que afirma que la primera información que recibimos sobre un tema concreto será la que tomemos como base para memorizar, y también será la que influya en las posteriores decisiones.

Podemos decir que los primeros datos que obtenemos de una fuente de información son los que quedan anclados en nuestra memoria. No quiere decir que no memoricemos, entendamos o adaptemos el resto, pero sí que es cierto que los primeros datos permanecerán con mucha más fuerza.

Hombre leyendo información

Queda claro que durante la fase de toma de decisiones, este efecto anclaje tendrá una importancia vital, ya que de forma inconsciente, la primera información que recibimos será más importante en el momento de emitir juicio. Es más, es probable que el resto de asociaciones y recuerdos se formen a partir de la primera información obtenida (anclaje inicial).

Procedencia del efecto anclaje

Vamos a ver cuáles son las diversas hipótesis de este efecto que influye en cómo desarrollemos nuestras opiniones y decisiones. Señalemos, además, que este efecto se da en todos los ámbitos de nuestra vida.

Pero antes, mejor ponemos un ejemplo para que quede perfectamente claro. Imagina que vas a comprar un apartamento. Obviamente, compararás y mirarás varios. Sin embargo, será el primero que veas el que te sirva como punto de referencia para los demás, para negociar, para regatear, para discutir, para, en definitiva, decidir. Y tal vez en tu primer punto de partida tenías una idea diferente, pero no cabe duda de que, al recibir la primera información, ese punto varía y todo el resto de información posterior se irá montando alrededor de este primer impacto.

Hay excepciones, por supuesto. Como que el segundo apartamento te produzca un impacto mucho más notable o que más tarde descubras que el primero está totalmente fuera de lo que se ofrece en el mercado por ese precio.

Anclaje y ajuste

Por lo general, las personas tienden a alejarse del anclaje para decidir, pero no lo logran. Su baja efectividad se denota en que la decisión final siempre se acerca a la información anclada de una forma u otra.

Accesibilidad selectiva

Al realizarse en anclaje de la información, la persona evalúa una respuesta adecuada. Si no es adecuada, realizará juicios posteriores. Sin embargo, todos ellos se basarán en la información anclada.

Cambio de actitud

Al recibir el anclaje, la persona cambia su actitud para adaptarse a las características de esta información. Así pues, las respuestas futuras siempre estarán relacionadas con el ancla. Por ejemplo, puede que a partir de este ancla, lo que antes nos parecía barato nos empiece a parecer caro, o al revés. Pensemos en lo que podemos llegar a pagar en la actualidad por un teléfono, ¿no habríamos dicho hace años que es una locura?

“El auténtico genio consiste en la capacidad para evaluar información incierta, aleatoria y contradictoria”.

-Winston Churchill-

Mujer trabajando en el ordenador

Factores de influencia

Obviamente, existen factores que ayudan a modular el efecto del ancla, tanto en forma como en intensidad:

  • Estado de ánimo: influye favorable o negativamente a la hora de dejarse llevar por el efecto del ancla. Las personas deprimidas, por ejemplo, tienden a ser más precisas adaptando la información, aunque otros estudios afirman que su tendencia es más pasiva.
  • Experiencia: una persona con alto conocimiento y formación es menos susceptible a este fenómeno. No obstante, nadie está libre de su efecto.
  • Personalidad: según los estudios, en las personas más extrovertidas este efecto tiene menor influencia que en las introvertidas, por ejemplo.
  • Habilidad cognitiva: cuanto más elevada sea, menor resultará el efecto, aunque nadie está libre y los estudios al respecto son controvertidos.

“Si puedes controlar la información, puede controlar a la gente”.

-Tom Clancy-

Ya hemos conocido un poco mejor el efecto anclaje. ¿Crees que tienes propensión a él? Parece ser que nadie está libre del mismo, aunque, una vez que conocemos el fenómeno, está en nuestra mano, al menos en parte, decidir hasta dónde nos influye.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.