¿Sabes cómo afecta el sueño a nuestras vidas?
Es un hecho que, desde la psicología y la medicina, una de las áreas de estudio que presenta más misterio y atractivo es el campo relacionado con los sueños. Si bien el hecho de dormir y soñar es útil e imprescindible y existen infinidad de teorías que buscan dar explicación a este tema, todavía no hay respuestas definitivas sobre el gran propósito de dormir, la razón fundamental de los sueños o qué pasaría si no los tuviéramos.
Lo que está claro es que necesitamos dormir para sobrevivir, pensar con claridad, recuperarnos del cansancio físico y mental y reponer el metabolismo.
También, se sabe la estrecha relación entre la poca higiene del sueño y los problemas físicos y mentales que acarrea. En cualquier caso, hay que respetar el descanso y las horas de sueño.
Los efectos del sueño en el bienestar diario
La falta de sueño tiene serias repercusiones negativas para nuestro cuerpo y mente. Sin ir más lejos, el método de tortura más utilizado en la antigüedad fue la privación del sueño, lo que demostró provocar alucinaciones, delirios e importantes alteraciones mentales. Sin embargo, la utilidad final del hecho de dormir no ha sido develada todavía.
Quizá la mejor aproximación sea aquella que se refiere a la conciliación del sueño como el factor que permite asentar los recuerdos y el aprendizaje de cada día. Lo que no está claro aún es cómo se produce ese efecto o a través de qué mecanismo.
La actividad onírica es decisiva para nuestro bienestar, si bien no sabemos cuál es el factor clave en todo ese proceso plagado de misterios e incertidumbres. Lo cierto es que si no soñamos, no se puede lograr un alivio y descanso tan efectivo, independientemente de si recordamos o no el contenido del sueño con posterioridad. En pocas palabras: las penas disminuyen con el sueño.
El aporte fundamental de las investigaciones científicas
En la Universidad de Berkeley (en los Estados Unidos), un estudio científico ha revelado nuevos datos sobre los efectos positivos relacionados con la conciliación del sueño. Un total de 35 voluntarios, divididos en dos grupos, fueron expuestos a 150 imágenes de un contenido emocional impactante. A continuación, a uno de los grupos se le otorgó la tarea de dormir, mientras que las personas del otro grupo debieron permanecer despiertas por 12 horas. Una vez transcurrido ese tiempo, todas las mismas personas volvieron a ver esas imágenes mientras se registraba su actividad en la amígdala cerebral (la región del cerebro encargada de procesar las emociones) a través de resonancia magnética.
Tal como los científicos esperaban, el grupo que había dormido presentó una reducción significativa de la actividad en la amígdala cerebral, lo que provocó una baja de los niveles emocionales en las personas, que pudieron volver a ver las imágenes con un menor nivel de ansiedad. Durante la fase REM del sueño de este grupo de personas, el efecto fue de gran significación, ya que los niveles de actividad disminuyeron de manera sensible. Al parecer, esto quiere decir que la fase REM cumple un rol de “terapeuta”, ya que contribuye a atenuar los recuerdos y la ansiedad del día anterior, a través de una actividad química que suaviza la fuerza emocional.
Así que ya sabes, cuando te sientas agobiado(a) por tus preocupaciones y penas, presta especial atención a la calidad de tu sueño y a la cantidad de horas que descansas. Muchas veces hacemos todo lo contrario; es decir que a los estados interiores negativos sumamos la costumbre poco sana de dormir menos de lo necesario. Esto no hace más que empeorar la situación.
Dormir bien y soñar no solucionará todos tus problemas “en un abrir y cerrar de ojos”, pero, indudablemente, te ayudará a sentirte menos ansioso(a) y a enfrentar cada nuevo día y sus desafíos con otro ánimo.