El mito de Sísifo

El mito de Sísifo desarrolla ideas asociadas con el concepto de lo absurdo y la inutilidad de la vida. Veámoslo en detalle.
El mito de Sísifo
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 06 agosto, 2023

Sísifo fue un personaje de la mitología griega que fundó el reino de Corinto. Era tan astuto que había conseguido engañar a los dioses. Ambicionaba el dinero y para conseguirlo recurría a cualquier forma de engaño. También se dice de él que fomentó la navegación y el comercio.

La leyenda cuenta que fue testigo del secuestro de Egina, una ninfa, por parte del dios Zeus. Decide guardar silencio frente al hecho hasta que su padre, Asopo, dios de los ríos, llega a Corinto y pregunta por ella. Es cuando Sísifo encuentra su oportunidad para proponerle un intercambio: el secreto por una fuente de agua dulce para Corinto. Asopo acepta.

Al enterarse, Zeus entra en cólera y envía a Tánatos, dios de la muerte, para que dé muerte a Sísifo. La apariencia de Tánatos era terrorífica, pero Sísifo no se inmuta. Lo recibe con amabilidad y lo invita a comer en una celda. Allí le sorprende al hacerle prisionero de un momento a otro.

Los vivos ya no morían

Por un tiempo prolongado, nadie murió, y el que ahora entra en cólera es Hades, dios del inframundo. Este último exige a Zeus (su hermano) que resuelva la situación. Zeus decide enviar a Ares, dios de la guerra, para que libere a Tánatos y conduzca a Sísifo al inframundo.

Sin embargo, con anticipación, Sísifo había pedido a su esposa que, cuando muriera, no le rindiera honras fúnebres. La mujer cumplió con el compromiso.

Una vez que Sísifo llegó al inframundo, empezó a quejarse con Hades. Le dijo que su esposa no cumplía con el deber sagrado de rendirle honra fúnebre alguna. Hades lo ignoró en principio, pero debido a su insistencia le otorgó el favor de volver a la vida para reprender a su esposa por tal ofensa.

Por supuesto, Sísifo tenía planeado de antemano no regresar al inframundo. Y así vivió por muchos años hasta que accedió a ser enviado de vuelta por Tánatos.

Allí, Zeus y Hades, que para nada estaban contentos con las tretas de Sísifo, deciden imponerle un castigo ejemplar. Dicho castigo consistió en subir una pesada piedra por la ladera de una montaña empinada. Y cuando estuviera a punto de llegar a la cima, la gran roca caería hacia el valle, para que él de nuevo volviera a subirla. Esto tendría que repetirse, una y otra vez, por toda la eternidad.



La interpretación de Camus

Albert Camus parte de este mito griego para elaborar un ensayo filosófico que tituló justo igual, El mito de Sísifo, publicado en francés en 1942. En él desarrolla un conjunto de ideas asociadas con el concepto de lo absurdo y de la inutilidad de la vida. Aspectos determinantes en el destino de Sísifo y tan característicos del hombre de hoy.

Camus se refiere al absurdo como la esperanza que fundamenta el mañana, como si no existiera la certeza de la muerte. El mundo, despojado de los romanticismos, es un territorio extraño e inhumano.

Un conocimiento verdadero no es posible, ni la razón ni la ciencia pueden revelar la realidad del universo: sus intentos yacen como abstracciones sin sentido. El absurdo es la más desgarradora de las pasiones.

«Los dioses habían condenado a Sísifo a transportar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Pensaron, con algún fundamento, que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza».

—Albert Camus—

Para Camus, tomarse con seriedad el absurdo significa aceptar la contradicción entre razón y deseo en un mundo irracional. De ahí que deba ser rechazado el suicidio, pues el absurdo no existe sin el hombre.

La contradicción debe ser vivida y los límites de la razón deben ser aceptados sin falsas esperanzas. El absurdo jamás debe ser aceptado con plenitud; por el contrario, demanda ser confrontado con constante rebeldía. Así, gana siempre la libertad.

La vida del absurdo

Camus ve en Sísifo al héroe del absurdo que vive la vida con plenitud, aborrece la muerte y es condenado a realizar una tarea inútil. El autor muestra la inacabable e inservible labor de Sísifo como una metáfora presente en la vida moderna. El trabajo en una fábrica u oficina es una tarea repetitiva. Dicho trabajo es absurdo, pero no trágico, excepto en las raras ocasiones en que existe consciencia de ello.



Camus se muestra, sobre todo, interesado en lo que piensa Sísifo mientras camina de regreso a la parte baja de la colina para comenzar de nuevo. Este es el instante trágico, cuando aquel hombre se hace consciente de lo miserable de su condición. Sin esperanza, el destino solo se vence con desprecio.

Reconocer la verdad es la forma de conquistarla. Sísifo, al igual que un hombre absurdo, mantiene la tarea de empujar. Cuando Sísifo es capaz de reconocer la inutilidad de su labor, y tiene la certeza de cuál es su destino, se libera para notar lo absurdo de su condición. Así llega al estado de aceptación. Camus finaliza con la frase «todo está bien y hay que imaginarse a Sísifo feliz».

El mito de Sísifo y el sentido de la vida

Para Camus, la pregunta fundamental de la filosofía es responder a la siguiente duda: ¿vale la pena vivir la vida, o no? En otras palabras, el autor plantea que la principal cuestión filosófica que debe ser abordada es: ¿qué hace que el suicido no sea la primera opción?

Para Camus, el placer circunstancial puede reconfortar la conciencia en un momento dado, pero eso no hace que las vidas merezcan la pena. En su lugar, lo que sí que puede hacer que valga la pena es que las acciones de cada uno se enmarquen en un proyecto de vida que tenga sentido.

Pero, como todo filósofo existencialista, Camus afirma que la vida en sí misma no tiene sentido. Asumirlo implica entonces aceptar que existen cosas más allá que estructuran la realidad, pero para él esto no ocurre. La realidad existe y nada más. En este sentido, afirma que es uno mismo el que debe darle sentido a la vida, por más absurda que esta sea.

«Lo absurdo es el pecado sin Dios».

—Albert Camus—

Una inspiración de teorías y obras artísticas

El mito de Sísifo ha inspirado durante generaciones en el mundo del arte, la cultura y, en general, ha servido para dar explicación a diferentes teorías relacionadas con las cosas que rodeaban al hombre.

Así, en relación con la teoría solar (inspirada también en el mito del dios Helios), Sísifo con su esfuerzo también representaba al sol que sale cada mañana y después se hunde al atardecer. Al igual que era metáfora de las olas que subían y bajaban con las mareas.

En cuanto a las representaciones artísticas, vale la pena destacar las siguientes obras pictóricas y literarias más relevantes sobre el mito de Sísifo.

  • Tiziano en el siglo XVI plasmó su castigo en una pintura encargada por la reina Margarita de Hungría, que hoy se puede visitar en el Museo del Prado (Madrid).  
  • Gutierre de Cetina escribió el poema «De la pena de Sísifo se da cuenta», que entremezcla versos de pena y amor.
  • Baudelaire se valió de la experiencia de este personaje para inspirar su poema «La mala suerte», el cual se encuentra en su famosa obra Las flores del mar.

Al igual que otras figuras de la mitología griega, como Prometeo o Autólico, Sísifo ha pasado a la historia como un prototipo de embaucador o maestro del engaño de los dioses. En el entorno de salud (también en otros trabajos), el mito ha inspirado a lo que algunos denominan síndrome de Sísifo. Una muestra más del impacto que ha tenido en la historia de la humanidad.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.