¿Conoces el síndrome de Cotard?
La muerte es algo que muchos temen. Pero de ellos, no todos tienen miedo a lo mismo. Algunas personas temen desaparecer, dejar de existir en este mundo; otras, simplemente, temen el olvido, porque para ellos el verdadero final se produce cuando dejas de existir en la mente de las demás personas.
Hablando de la muerte física hay personas que la temen, como hemos dicho antes. Hay otras personas que la esperan porque piensan que de manera natural ha llegado el momento, como decía Cohen en una de sus últimas entrevistas. Entienden que tiene que suceder y se sienten “preparados” para ese paso. También están las personas que la desean porque viven en unas condiciones que no soportan o que piensan que les roban su dignidad.
Finamente están las personas a las que vamos a conocer en este artículo. Son muy pocas y padecen el llamado Síndrome de Cotard. Un síndrome que se caracteriza porque la persona que lo padece piensa que ya está muerta.
“No tememos a la muerte, tememos que nadie note nuestra ausencia; que desaparezcamos sin dejar rastro”
-T. S. Elliot-
El delirio de creerse muerto
El síndrome de Cotard es también conocido como el síndrome del cadáver ambulante, delirio de la negación o delirio nihilista, entre muchos otros. Su nombre, Cotard, proviene del neurólogo francés Jules Cotard que fue quien descubrió esta curiosa afección. Como vemos, existen diferentes acepciones para referirse a esta extraña enfermedad en la que la persona que la padece cree estar muerta, cuando en realidad no lo está.
“No importa si puede caminar, hablar, respirar […] quien lo padece cree en verdad que no solo es un cadáver viviente sino que, además, se está pudriendo en vida”
-Marcela Ruiz-
Las personas que sufren esta enfermedad no creen que existan y llegan hasta el punto de considerar que su cuerpo está en estado de descomposición o putrefacción. Incluso, que sus órganos internos han dejado de realizar sus funciones. Esta enfermedad no solo provoca esa creencia irreal de que la persona esté muerta, sino que la propia persona empieza a actuar como tal.
Así, por ejemplo, deja de comer porque no lo cree necesario. También puede dejar de moverse, pues las personas muertas están quietas. Además, pueden sentir que están siendo devorados por gusanos fruto de la putrefacción que creen estar sufriendo.
Las causas de este extraño síndrome se encuentran en el funcionamiento del cerebro. Este procesa bien todo lo que percibe del exterior, pero la respuesta emocional que debería acompañar a este procesamiento no es la adecuada. Cuando esto sucede, absolutamente todo empieza a carecer de significado.
Nuestro cerebro es muy complejo y todo está relacionado. En este caso, el procesamiento y la respuesta emocional van de la mano, si uno de los dos falla ya no percibimos la realidad como deberíamos. No podemos afirmar que esta síndrome tenga cura, aunque con un tratamiento adecuado sus síntomas pueden disminuir considerablemente.
¿Cómo vivir con el síndrome de Cotard?
Vivir creyendo que nada tiene sentido, que nos estamos pudriendo y que, en realidad, no estamos vivos no es una sensación muy agradable. Rodeados de olores desagradables que, creen, emanan de su propio cuerpo; sentir gusanos inexistentes que devoran su carne, las personas con el síndrome de Cotard viven inmersos en una auténtica pesadilla.
Son zombies reales que se sienten ajenos a cuanto existe a su alrededor. A pesar de que perciben lo mismo que tú, para ellos no tiene ningún significado. Empiezan a sentirse ajenos. Ya no saben ni siquiera quienes son. Empiezan a sufrir lo que se denomina como despersonalización.
Algunas de las personas que padecen este síndrome verbalizan claramente qué es lo que están sintiendo. Con ello, intentan hacernos conocedores de lo que es vivir con este síndrome en sus vidas. Por ejemplo, Graham, un hombre de 48 que se había intentado suicidar, le explicaba a su médico lo siguiente: “Es difícil de explicar. Me siento como si mi cerebro ya no existiera”.
Igualmente, Mademoiselle X, una mujer de 43 años tratada por el propio Jules Cotard, afirmaba no tener cerebro, ni intestinos, ni nervios, ni pecho, ni estómago… Ya no notaba la sangre fluir por sus venas. Creía tener huesos y piel, pero en proceso de descomposición. Esta mujer no tenía tampoco la sensación de hambre por mucho tiempo que llevara sin comer.
“Quienes padecen esta enfermedad no creen que vayan a morir… ya están muertos”
-Jules Cotard-
Así, el Síndrome de Cotard es un síndrome muy poco común que provoca en quienes lo padecen la sensación de ser verdaderos zombies. Una existencia que no es tal, por eso la muerte ya no es algo a lo que teman.