Gaslighting, la forma de abuso más sutil y corrosiva

¿Alguna vez alguien te ha hecho creer que estabas loco? Eso es «gaslighting»: un abuso psicológico en el que se hace a alguien cuestionar su propia realidad.
Gaslighting, la forma de abuso más sutil y corrosiva
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Última actualización: 19 septiembre, 2023

Imagina una relación en la que uno de los involucrados le confiesa al otro que durante una conversación pasada se sintió herido por ciertos comentarios. Sin embargo, la respuesta del segundo miembro es desconcertante: niega de forma rotunda haber dicho algo que causara ese dolor, incluso insinúa que la persona está inventado todo.

En ese momento, y de forma inesperada, se sembró un componente en la dinámica de la relación: la semilla de la duda. En este juego sutil de manipulación emocional, el gaslighting ha hecho su entrada. Tras su aparición, una posible víctima confundida que cuestiona su propia percepción de la realidad. Analizamos a fondo qué es el gaslighting, cómo reconocerlo y qué hacer en una situación de este tipo.

¿Qué es el gaslighting?

De acuerdo con la Asociación Norteamérica de Psicología (APA), el gaslighting es una estrategia de manipulación para hacer que una persona dude de sus percepciones, experiencias o comprensión de los acontecimientos. Se trata de una forma de abuso psicológico, uno que se distingue de otros tipos de manipulación porque es más difícil de distinguir.

Resulta pertinente matizar desde ya qué no es gaslighting. Tal y como advierte un trabajo reciente publicado en Frontiers in Psychology, el concepto es diferente a los siguientes fenómenos:

  • El ghosting (cese de la comunicación y el contacto con una persona).
  • El bullying (uso de la fuerza, las burlas o las amenazas para abusar, dominar o intimidar a un individuo).
  • Los chantajes (presión o amenaza que se le hace a alguien para actuar de determinada manera, casi siempre relacionado con la divulgación de información personal).
  • Los insultos (ofensas o provocaciones con palabras o acciones con la finalidad de irritar).
  • Los desacuerdos, las intimidaciones y las mentiras.

Contrario a todo esto, el gaslighting es más sutil. Por supuesto, puede incluir elementos de los anteriores, pero siempre de forma casi imperceptible. Como consecuencia, quien recibe la manipulación asimila todas las acusaciones sin darse cuenta de que están jugando con su mente de forma malévola.

Aunque muchos piensan que se trata de un término académico, en realidad su empleo es coloquial. De hecho, los profesionales de la psicología y otras ciencias sociales lo evitan, en principio, por su ambigüedad.



Origen del gaslighting

El término se usó por primera vez en una obra teatral británica de 1938 llamada Gas Light. Dicha obra se adaptó en una película de 1944, con Ingrid Bergman y Charles Boyer como protagonistas. La versión cinematográfica es la que se tiene como punto de referencia para la descripción y categorización del fenómeno.

La trama es muy simple: un hombre aparentemente gentil emplea mentiras y manipulación para aislar a su esposa y persuadirla de que está perdiendo el juicio para poder robarle el patrimonio que acaba de heredar.

No fue hasta principios 1950 que el nombre de la película se utilizó como verbo: gaslighting. A partir de la década de los sesenta, se empleó como alusión a un tipo de manipulación. Durante los últimos años ha cobrado relevancia, en especial en redes sociales e Internet. Tanto así, que en 2018 Oxford University Press la incluyó en su lista de palabras más populares de ese año.

Características del gaslighting

Pese a que en la práctica el fenómeno es muy variable, el gaslighting suele seguir un patrón de tres etapas:

  1. En sus inicios, la víctima se enfrenta al manipulador.
  2. Luego, empieza a dudar de sus propias certezas.
  3. Finalmente, adopta la versión del agresor como verdad.

Las características o tácticas que el gaslighting puede involucrar son las siguientes:

Conversaciones distractoras

En su etapa inicial, cuando la víctima le hace frente, el abusador opta por cambiar el tema o redirigir la conversación hacia tópicos diferentes. Lo hace para evadir una acusación, para restarle importancia o para contrarrestarla.

Negación constante de la realidad

El manipulador niega de forma repetida los hechos o las acciones de la víctima. Así, siembra la duda en esta última sobre su propia percepción de la realidad.

Desvalorización de sentimientos y emociones

Quien ejerce el gaslighting opta por despreciar o minimizar los sentimientos de su víctima. Le hace sentir que sus preocupaciones y emociones no tienen valor alguno. También, que son demasiado sensibles frente a ciertas acciones.

Convicción gradual

El agresor emplea diferentes estrategias, como interrogantes o frases gaslighting, cuya intención es modificar la impresión de los hechos de su víctima. Lo hace de forma gradual, sutil y con perspicacia. Dado que la manipulación es escalonada, quien la recibe no se da cuenta de la red que tejen a su alrededor.

Tergiversación de la realidad

Los manipuladores distorsionan la verdad presentando hechos fuera de contexto o malinterpretando los resultados. Esto lleva a la víctima a cuestionar su propia memoria y percepción. Para ello, suelen valerse de mentiras flagrantes.

Intimidación sutil

Aunque rara vez implica violencia física, el gaslighting suele acompañarse de intimidación psicológica, lo que dificulta que la víctima se defienda.

Ocultamiento de objetos o simulación de eventos

En caso extremo, el agresor puede esconder objetos o crear situaciones que hagan que la víctima dude de lo que ha hecho o experimentado. A través de esta táctica, convence a la persona de que es él quien tiene la razón.

De acuerdo con American Sociological Review, estas tácticas se construyen sobre estereotipos basados en el género y las desigualdades estructurales e institucionales de las víctimas. Las mujeres, los inmigrantes, las personas homosexuales y demás son quienes están en mayor riesgo de ser objeto de él.

7 consecuencias del gaslighting en las víctimas

El gaslighting es una forma de violencia psicológica que, según una revisión de la Uaricha Revista de Psicología, puede tener una serie de consecuencias graves para la víctima. Recopilamos las más importantes:

1. Erosión de la autoestima

El hecho de que el agresor haga dudar a la víctima de sus propias percepciones, hechos y acciones se traduce en un impacto directo en la autoestima. Después de todo, parte de ella se basa en la autoevaluación de las propias capacidades. Si estas se ven cuestionadas, la autoestima también.

2. Inculpación y desgaste emocional

Al dudar de forma constante de sí misma, la víctima puede comenzar a culparse y sufrir un desgaste emocional que hace que se perpetúe el ciclo de la violencia psicológica.

3. Confusión mental

La víctima puede sentirse confundida y desorientada, lo que puede generar problemas en la toma de decisiones y la capacidad de discernir la verdad.

4. Aislamiento social

Es frecuente que quien recibe la manipulación se aísle de los demás. La víctima puede sentirse cada vez más sola y vulnerable. Por paradójico que parezca, encuentra en su agresor el único apoyo y consuelo disponible.

5. Inseguridad en las relaciones

Después de una experiencia de gaslighting, la víctima puede tener dificultades para relacionarse con otras personas y establecer relaciones saludables. En parte porque su percepción de la realidad puede seguir alterada; en parte porque teme ser objetivo de episodios similares.

6. Trastornos mentales

La constante manipulación y el sentimiento de estar atrapado en una realidad distorsionada puede desencadenar trastornos mentales como la ansiedad, la depresión o el trastorno de estrés postraumático (TEPT). El trauma psicológico no es menor, aunque las secuelas dependen mucho de las características de cada manipulación recibida.

7. Impacto en la vida cotidiana

Por ejemplo, en el trabajo la persona puede presentar desafíos para concentrarse y desempeñarse de una manera efectiva. Así como debilitar su funcionalidad, vitalidad y bienestar en las actividades del día a día.

Es importante destacar que todas las consecuencias varían en función de la duración e intensidad del abuso. Reconocer las señales y buscar apoyo profesional son cruciales.

Perfil de los involucrados en el gaslighting

De manera general, quien recurre a esta técnica no lo hace por el propio acto de manipular. Al contrario, lo que desea es ejercer el poder y el control sobre alguien que asimila como inferior. En el proceso, busca la participación o la cooperación de la víctima; con ello esta no siente que dicha persona ejerce el dominio.

Características del agresor

Como ya se expuso, el término no se emplea en contextos académicos debido a que da lugar a confusiones. Pese a ello, algunos investigadores han identificado las tácticas del gaslighting dentro del modus operandi de ciertos trastornos.

Por ejemplo, y de acuerdo con un trabajo divulgado en Journal of Autoethnography, el procedimiento a menudo se inserta dentro de la coerción y la manipulación que efectúan las personas narcisistas. Tanto es así, que en lengua inglesa se utiliza el término gaslighting narcissist para aludir a las personas con el trastorno que se valen de manera predominante de dichas estrategias.

Con todo, también se ha relacionado con la psicopatía, la sociopatía, el trastorno límite de la personalidad, el trastorno de personalidad antisocial y otros similares. Por tanto, el perfil de alguien que practica el gaslighting se puede ajustar al siguiente:

  • Inseguridad: pese a que en público manifiestan confianza de sí mismos y altivez, en el fondo son individuos inseguros que manifiestan un modo de ser que dista mucho del que en realidad poseen.
  • Aparente amabilidad: tienden a presentarse como personas cordiales y gentiles. Esta fachada dificulta que la víctima detecte sus tácticas manipuladoras.
  • Fantasías de control y poder: y no solo ligadas al éxito de ciertos objetivos de vida, sino también a fantasías que se materializan en relación con quienes los rodean.
  • Sentimientos de superioridad: los cuales pueden o no estar justificados. En general, suelen subestimar su valía real frente a las acciones o habilidades que tienen (su belleza, su importancia, sus logros y demás).
  • Empatía reducida: suelen no comprender las emociones y los sentimientos de los demás así como carecer de inteligencia emocional.
  • Alteración de las ideas éticas y morales de la sociedad: relacionado con el aspecto anterior, muchos de los que ejercen la manipulación con gaslighting tienen una ética y una moral que no se corresponden con las de la sociedad donde viven. Esto es, practican sus propias ideas al respecto.

Por supuesto, este es un perfil general del agresor. En la práctica, puede diferir con el comportamiento del manipulador. No es infrecuente que estos tengan tras de sí un historial de mentiras, engaños, fraudes o demás en cuanto a sus relaciones interpersonales (trabajo, familia, amigos y sociedad en general).

Características de las víctimas

Existen características de la personalidad que hacen a una persona más susceptible al gaslighting. Recopilamos algunas:

  • Carencia de afecto: esto se debe a que tienden a idealizar al manipulador, interpretando sus acciones como muestras genuinas de cariño.
  • Inseguridad y baja autoestima: dado que el componente central de esta manipulación es la duda, quienes ya guardan ciertas vacilaciones sobre sí mismos son más vulnerables a ella.
  • Necesidad de aprobación: esta vulnerabilidad emocional puede llevar a quienes la padecen a ceder ante las manipulaciones gaslighting, incluso a costa de cuestionar su propia percepción y realidad. Además, la baja autoestima asociada a esta necesidad puede contribuir a que las personas duden de sí mismas y acepten las afirmaciones del manipulador como verdad.

Además de todo esto, es posible que la persona en cuestión ya haya experimentado manipulaciones de este tipo en el pasado. Por ejemplo, en la dinámica familiar. Así, la tendencia a convivir frente a las tácticas y las estrategias mencionadas puede ser un hábito que se puede rastrear hasta el hogar. 

¿En qué contextos aparece el gaslighting?

Ya sea de manera consciente o inconsciente, esta técnica de manipulación aparece en contextos diversos. Te dejamos con tres ejemplos que ilustran muy bien por qué se trata de una forma de abuso psicológico silencioso.

En las relaciones de pareja

Dado el nivel de intimidad y confianza, el gaslighting es común en las relaciones de pareja. Con base en él, un individuo socava la confianza y la percepción de la realidad de su compañero. A menudo, utiliza la tergiversación de hechos y la negación constante. Esta negación puede encubrir problemas como la infidelidad o el abuso doméstico.

En las relaciones parentales

Como ya mencionamos, el gaslighting también ocurre en las relaciones parentales. Puede manifestarse en áreas como el rendimiento escolar, la identidad de género y el respeto a las reglas familiares. Sea como fuere, los padres que emplean esta manipulación psicológica lo hacen para invalidar emociones, dudar de las valías o tratar de modificar creencias de sus hijos.

En entornos instituciones

Se puede usar para ocultar información o recriminar a los trabajadores. También, para reducir la opinión o los derechos de alguien que disfruta de un servicio. Por ejemplo, y de acuerdo con un estudio divulgado en Social Science & Medicine, es un tipo de manipulación frecuente en obstetricia para negar las realidades de las madres.

En paralelo con los contextos anteriores, existe una manifestación diferente de este abuso emocional: el autogaslighting o self gaslighting. Ocurre cuando el perpetrador es la propia persona, lo que se traduce en una dinámica circular que deteriora el bienestar. Con frecuencia, sucede debido a que se está tan habituado a lidiar con el fenómeno que se asimilan sus estrategias de forma inconsciente.



¿Qué puedes hacer ante el gaslighting?

Para contrarrestar el gaslighting, lo primero que tienes que hacer es identificar que alguien impone en ti este abuso y manipulación psicológica. Las señales que hemos indicado hasta el momento te servirán de referencia, también esta guía para saber si eres víctima de gaslighting. Dicho esto, te dejamos con algunas ideas para actuar ante este fenómeno:

  • Confía en tu intuición: si algo te parece extraño, no lo ignores. Escucha tu voz interior.
  • Mantén límites firmes: no permitas que el sospechoso de manipulación cruce tus límites. Exprésate con claridad si sientes que lo está haciendo.
  • Conversa con familiares y amigos: habla con ellos los hechos y las conversaciones en los cuales te ha hecho sentir que has perdido el juicio. Escucha qué tienen que decir y valora sus consejos y recomendaciones.
  • Recopila pruebas: esto puede parecer algo extraño, pero todas ellas te ayudarán a comprobar que te están manipulando. Fotos, capturas de pantalla de conversación, fechas, grabaciones y demás te darán un indicio objetivo de que las cosas sucedieron como en efecto así lo piensas.
  • Enfócate en tu autocuidado: el desgaste psicológico puede hacerte experimentar síntomas de ansiedad, depresión y estrés crónico. Crea un espacio en tu agenda para cuidar de tu bienestar: haz ejercicio, sal con amigos, escribe un diario de emociones, practica yoga y meditación y todo aquello que alivie tu mente.
  • Consulta con un profesional: la consulta con un psicólogo puede reportar beneficios incalculables durante y después de la manipulación. Por tanto, no cierres la puerta a esta opción.

Alejarse de las personas manipuladoras es fundamental para recuperar la perspectiva y sanar. En muchos casos, es la única opción posible para salir del círculo vicioso del abuso. De esta manera, considera dar un paso atrás y tomarte un tiempo de esa persona si su comportamiento sigue desgastando tu salud emocional y física.


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