Guía paso a paso para mantener una conversación asertiva
Comunicarse con asertividad es clave para hacer valer nuestras opiniones, negociar y expresarnos con respeto. Esta estrategia resulta de gran utilidad en nuestras relaciones afectivas, personales y profesionales, pero no siempre sabemos cómo implementarla. Por esto, queremos compartirte una guía paso a paso para que aprendas a mantener una conversación asertiva.
En realidad, hay diferentes técnicas, ejercicios y propuestas que ayudan a comunicarnos de forma firme y respetuosa. Y es que, más que un conjunto de pasos, la asertividad es una actitud y un estilo de relacionarse. Está asociada de modo estrecho con la autoestima y la empatía; además se aplica de diversas maneras (González & Kasparane, 2009).
Si no sabes por dónde comenzar, este artículo te proporciona los puntos básicos para que des paso a los cambios en tus interacciones.
La importancia de la comunicación asertiva
Antes de explicarte cómo mantener una conversación asertiva, queremos recalcar los múltiples beneficios que nos aporta este modo de comunicación. Recordemos que es un estilo que muestra un equilibrio entre la pasividad (someterse al otro) y la agresividad (hacer que el otro se someta). Así, permite expresar con firmeza nuestras opiniones, deseos y necesidades, sin faltar nunca al respeto al interlocutor.
Esta habilidad beneficia en diferentes ámbitos y reporta una serie de ventajas interesantes (Postolatii, 2017):
- Promueve el equilibrio y la justicia en las relaciones humanas.
- Permite defender nuestros derechos e intereses sin miedo y sin dañar a otros.
- Ayuda a tomar mejores decisiones y a alcanzar un mayor éxito en nuestra carrera profesional.
- Cultiva la inteligencia emocional, nos ayuda a ser más felices, honestos, saludables y menos manipulables.
- Las personas asertivas se sienten más capaces, confían en sí mismas y alcanzan sus metas más fácilmente.
- Favorece el éxito interpersonal, ya sea en relaciones de amistad, de pareja, familiares o de índole profesional.
- Previene conflictos, malentendidos y discrepancias, por ende, nos permite gozar de vínculos más positivos y satisfactorios.
Tal vez te interese: La comunicación asertiva en la familia
Guía paso a paso para mantener una conversación asertiva
En resumen, esta guía para mantener una conversación asertiva es útil si tienes conflictos laborales con tus jefes o compañeros, si te cuesta poner límites o si deseas mejorar la forma de comunicarte con tus allegados evitando daños innecesarios en la relación.
Los pasos que proponemos, aunque con alguna modificación, tienen sustento en el modelo de comunicación no violenta planteado por Marshall Rosenberg. Esperamos que puedas aprovecharlos.
1. Básate en hechos objetivos
¿Cuántas conversaciones has iniciado con: «siempre me tratas mal» o «en esta empresa no me valoran»? Quizás así lo sientes, pero decirlo de este modo solo hará que tu interlocutor lo tome como un ataque personal y se ponga a la defensiva. Por ello, la clave principal consiste en expresar hechos concretos y objetivos sin emitir un juicio.
Esto implica dialogar con neutralidad de algo recién ocurrido. Por ejemplo: «ayer levantaste la voz al hablar conmigo», «hace varios días que no nos vemos» o «en el informe que me entregaste faltan algunos datos importantes». De este modo, haces referencia a hechos incontestables y no estás juzgando o emitiendo valoraciones al respecto.
2. Habla desde el «yo»
Un segundo paso consiste en hacerte consciente y responsable de tus propias emociones. Muchas veces tendemos a poner el foco en el otro y en lo que creemos que hace mal, pero olvidamos que eso solo son interpretaciones y la única verdad de la que podemos hablar es de lo que nosotros sentimos.
Decirle a tu pareja que siempre te ignora, es interpretar sus actos desde tu propio prisma y colocar en el otro la culpa y la responsabilidad. Por el contrario, decir «me siento solo» habla de tus percepciones y sensaciones internas, algo que no da opción a debate y no culpabiliza.
Es importante entender que, tal como señala Rosenberg en su obra The Surprising Purpose of Anger, el enfado es una emoción saludable porque nos hace conscientes de que tenemos una necesidad no resuelta. Si la exponemos de forma apropiada, lograremos que la otra persona empatice con nosotros, ya que nos mostramos vulnerables.
Por ejemplo, al decir «me siento ansioso e inquieto cuando la casa no está recogida», es más fácil que el otro empatice y te escuche que si solo dices: «Eres un desastre y un desordenado».
3. Expresa peticiones concretas
El fin de una conversación asertiva es ayudarnos a llegar a ese punto de entendimiento mutuo en que ambas partes son respetadas y tenidas en cuenta, a la hora de llegar a alguna resolución. Y, para esto, es importante realizar peticiones concretas. Es decir, comunicarle a la persona de qué forma puede contribuir a resolver la necesidad.
La petición ha de ser clara, específica y expresada en positivo. Ejemplos de ello: «Quiero que dejes de ignorarme» o «me gustaría que cumplieras con tu trabajo», no son opciones de comunicación eficientes. En su lugar, queda mejor: «Me gustaría que hablásemos un rato cada día» o «agradecería que revisaras los puntos de esta lista antes de entregar un informe».
4. Resalta el beneficio mutuo
Ahora bien, una petición no debe confundirse con una imposición o exigencia. El cuarto paso durante una conversación asertiva es comunicar al otro cómo nos sentimos y qué cambios pueden hacerse al respecto.
Sin embargo, es decisión suya aceptar o no dicha petición, incluso hacerlo parcialmente o poner sus propias condiciones. Y es que nuestros derechos, opiniones y necesidades valen, pero los del otro también.
Es más probable que el interlocutor se muestre dispuesto a colaborar si recalcamos el beneficio que este cambio puede traer para ambas partes y no solo para nosotros.
Por ejemplo: «Si mantenemos la casa ordenada, podríamos pasar más tiempo juntos haciendo algo divertido en lugar de ponernos a recoger». «Al revisar el informe antes de entregarlo agilizamos los plazos y nos ahorramos tener que repetir el trabajo».
Mantén alejados los enemigos de una conversación asertiva
Como ves, aplicando solo 4 sencillos puntos podemos mantener una conversación asertiva, positiva y eficiente, orientada a los resultados esperados. Estos pasos son una guía conveniente al momento de comunicar tus opiniones; pero, como decíamos, la asertividad es más bien una actitud.
Así, según recoge un artículo del Journal of History Culture and Art Research, lograrás una buena comunicación si evitas interpretaciones y juicios, culpar al otro, evadir tu responsabilidad, hacer comparaciones o intentar imponer tus deseos y necesidades. Una actitud firme y respetuosa, en la que prevalezca un equilibrio justo en la relación, son esenciales para lograr el objetivo.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Azgın, B. (2018). A Review on “Non-Violent Communication: A Language of Life” by Marshall B. Rosenberg. Journal of History Culture and Art Research, 7(2), 759-762. http://kutaksam.karabuk.edu.tr/index.php/ilk/article/view/1550
- Gaeta González, L., & Galvanoski Kasparane, A. (2009). Asertividad: un análisis teórico-empírico. Enseñanza e investigación en psicología, 14(2), 403-425. https://www.redalyc.org/pdf/292/29211992013.pdf
- Postolatii, E. (2017). Assertiveness: Theoretical approaches and benefits of assertive behavior. Journal of Innovation in Psychology, Education and Didactics, 21(1), 83-96. https://jiped.ub.ro/wp-content/uploads/2017/09/JIPED_21_1_2017_7.pdf
- Rosenberg, M. B. (2005). The surprising purpose of anger: Beyond anger management: finding the gift. PuddleDancer Press.
- Rosenberg, M. B., & Chopra, D. (2015). Nonviolent communication: A language of life: Life-changing tools for healthy relationships. PuddleDancer Press.