Indagación apreciativa: cómo convertir los problemas en oportunidades
La indagación apreciativa es una estrategia de resolución de problemas que busca centrarse antes en el potencial de cada uno que en las limitaciones, los errores o las propias dificultades existentes. Es focalizarse en lo mejor de las personas para despertar estrategias de superación y descubrir con ello que todos disponemos de más recursos de los que pensamos en un primer momento.
Como bien podemos deducir, este proceso se nutre de la psicología positiva. Lo interesante es que este esquema lleva aplicándose desde los años 80 en el ámbito de la empresa generando muy buenos resultados. Tal vez, ha llegado el momento de usar este tipo de recursos de las organizaciones en el plano individual. En un mundo cada vez más complejo siempre es interesante conocer este tipo de metodologías.
Fueron los psicólogos David Cooperrider y Shuresh Srivastva, de la Universidad Case Western Reserve, quienes desarrollaron este recurso. Así, y a medida que han pasado las décadas, este enfoque se ha utilizado también en el ámbito de los deportes, el mundo de los negocios, la economía y la medicina. Todos estos escenarios nos demuestran que despertar en las personas una imagen más positiva de sí mismas impacta en toda la organización. Veamos en qué consiste.
Indagación apreciativa: qué es, para qué sirve y cómo se aplica
Buena parte de las empresas en los años 80 actuaban del siguiente modo: ante un problema se analizaban los desencadenantes, se buscaba una solución y se aplicaba el plan de acción. Bien, con la llegada de la indagación apreciativa, la estrategia varió en diversas organizaciones. De pronto, en lugar de centrarse en los inconvenientes (problemas) de una situación, se aprovechaba ese instante para generar un cambio a mayores niveles, partiendo de una reformulación en positivo.
Dicho de otro modo, cuando una empresa, organización, grupos de personas o incluso nosotros mismos atravesamos un momento complicado, tenemos dos opciones. La primera es comprender qué ha pasado y solucionarlo. La segunda es indagar en nuestro potencial y aprovecharlo para transformarnos y avanzar con mayor impulso.
Sandra Wadock, profesora de la Universidad de Kansas y una renombrada experta en psicología del cambio aplicado a los macrosistemas, define a Cooperrider, creador de la indagación apreciativa, como un chamán intelectual. Tenía la inusual habilidad de dar nuevos propósitos a toda empresa y despertar la sabiduría, creatividad e innovación de los grupos de trabajo. Su propuesta sigue muy vigente y vale la pena comprenderla.
¿Qué es la indagación apreciativa?
Más allá de encontrar una solución cuando nos enfrentamos a un problema, lo que nos propone la indagación apreciativa es generar un cambio en positivo. Una revolución desde los cimientos. Para ello, Cooperrider definía este concepto a través de cinco dimensiones:
- Es construccionista. Nos permite crear nuevos planes de futuro, nuevas realidades partiendo de un problema. Construir para renovar y no solo solucionar.
- Cuestionar para descubrir. Para poder avanzar como empresa o como seres humanos debemos ser capaces de cuestionarnos a nosotros mismos pero eso sí, siempre de una manera positiva. ¿Qué podría hacer para tener la confianza de mis clientes? Asimismo, ¿qué es lo yo debería hacer para sentirme mejor?¿Qué virtudes, valías, habilidades tengo para lograr lo que quiero?
- Es narrativa. La indagación apreciativa parte de la idea de que todos somos historias. Todos somos producto de una narración que puede seguir escribiéndose de un modo más apasionante, rico e interesante.
- Imaginar para transformar. La creatividad y la innovación forman parte del motor del cambio. Sin ellas, nos encallamos.
- Visión positiva. Lo hemos señalado al inicio, este enfoque para solucionar problemas parte de la psicología positiva. Busca despertar fortalezas y valías en las personas que favorezcan el mejor cambio.
¿Para qué sirve?
La indagación apreciativa busca mejorar el funcionamiento de una empresa. No obstante, su enfoque puede aplicarse a cualquier escenario, también al propio desarrollo personal. Su objetivo básico es despertar fortalezas humanas para resolver problemas y preocupaciones al cambiar la energía y los esquemas mentales hacia una visión más positiva.
¿Cómo se aplica?
La indagación apreciativa parte de una estrategia muy simple y poderosa: cuestionándonos, haciéndonos preguntas. A nivel de empresa se parte siempre reuniendo a los equipos de trabajo para profundizar en cuatro áreas muy concretas. Asimismo, estas claves también pueden abordarse de manera individual para aplicarlas a nuestra vida, a nuestro día a día.
Veamos esas dimensiones:
- Descubrir. Es necesario que tomemos conciencia de esos procesos, estrategias, actividades o actuaciones que se nos dan bien y que están dando buenos resultados.
- Sueños. En esta fase, la persona o el equipo de trabajo debe clarificar a qué se aspira el día de mañana. ¿Hasta dónde quiero llegar? ¿Cuál es mi meta o nuestro objetivo común?
- Diseñar y planificar. El siguiente paso nos obliga a hacernos más preguntas, pero también a concretar actuaciones. ¿Qué puedo hacer hoy para alcanzar esos sueños que tengo en mente? ¿Qué debo cambiar para facilitar ese progreso?
- Destino. El último paso en la indagación apreciativa recibió el nombre de destino y define la propia implementación de esos cambios, ideas y propuestas que hemos puesto en común. Es momento de avanzar, de descubrir que en nosotros hay más recursos de los que pensamos y el destino puede ser nuestro.
Lo que busca este método es que las personas encuentren nuevos significados a su trabajo, a la empresa, a su propia realidad. No importa que se parta de un problema; de hecho, ese desafío es solo la excusa para crear algo nuevo, más grande, renovador y positivo. Vale la pena tenerlo presente.
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- Cooperrider, D. L., & Whitney, D. (2001). A positive revolution in change: Appreciative inquiry. Public administration and public policy, 87, 611-630.
- Cooperrider, D. L., Peter Jr, F. S., Whitney, D., & Yaeger, T. F. (2000). Appreciative inquiry: Rethinking human organization toward a positive theory of change. Team Performance Management, 6(7-8), 140-140.
- Waddock, S. (2015). Reflections: Intellectual shamans, sensemaking, and memes in large system change. Journal of Change Management, 15(4), 259-273.