
Cuando mi pareja se enfada y no me habla, no sé cómo debo actuar. ¿Le pido perdón por algo de lo que quizá no soy responsable o mejor me espero a que se «desenfade» y reanudemos de nuevo la relación?…
Construir. Hacerse juntos. Ofrecerse a la vida. Enriquecerse. Derruir el castillo. Volver a levantarlo. Despertar. Soñar. Dormir. Comer. Devorar. Besar. Amar. Querer. Discutir. No ponerse de acuerdo. Reconciliarse. Sonreír. Abrazar. Admirarse. Cultivar el cariño. Acariciar. Emocionar. Todo esto y mucho más es una pareja en crecimiento.
Conocer los gustos de nuestra pareja, saber de sus alegrías y sus miedos, recordar los nombres de sus pintores favoritos, mantener conversaciones intelectualmente estimulantes, tener confianza y libertad, ofrecer detalles especiales, etc. Este es el mundo emocional de una pareja, con sus mapas de amor y sus rutas detalladas.
Entonces, ¿a partir de esto se construye una pareja sin codependencia? Sí. Porque cada uno conoce las inquietudes del otro, las potencia y no busca fusionarse con ellas. Este es un aspecto esencial de la pareja en crecimiento.
Según el psicólogo John Gottman, los mapas del amor son esa parte de nuestra mente en la que almacenamos toda aquella información relevante sobre la vida de nuestra pareja. Recordar esto y prestar atención a los cambios de sentimientos en nuestra pareja nos permite conocer los objetivos vitales del otro, sus preocupaciones y sus esperanzas.
La información sobre los eventos importantes de la vida de nuestro amor, sus preferencias y sus gustos queda accesible para nosotros.
Así, debemos dedicar tiempo a completar con nuestra pareja una ficha del tipo que se presenta. Si bien esto debe estar en nuestra mente, no está de más rellenarlo en una hoja de manera conjunta. Es un gran ejercicio de heteroconocimiento. Veamos…
Esto de modo esquemático es muy enriquecedor. Asimismo cada miembro de la pareja puede escribir en un cuaderno alguna información sobre sí e intercambiar los cuadernos. Por ejemplo:
No se trata de longevidad en la relación, sino de la calidad de la intimidad. Estar en contacto con aquellos puntos externos de nuestras vidas (aficiones, por ejemplo) y con nuestro mundo interno (deseos, creencias, miedos, etc), hace que una pareja se comporte de una manera emocionalmente inteligente.
Estar conectados y ponernos al día de los cambios en el mapa del amor que tenemos formado para nuestra pareja como persona y para la relación en conjunción, nos ayuda a no desestructurarnos en época de cambios (por ejemplo cuando se tiene un hijo) nuestros sentimientos.
Particularmente cabe decir que si queremos fomentar una relación saludable, nunca tenemos que relajarnos y dejar de CONOCER a nuestra pareja, de admirarla, de actualizar nuestros mapas del amor con el fin de acercarnos y potenciar así el desarrollo individual y conjunto.