La psicología del regalo: dime qué regalas y te diré quién eres
La psicología del regalo muestra una relación existente entre nuestra personalidad y el tipo de obsequios que ofrecemos. No solo el contenido del presente tiene relevancia, también la presentación y los costes de toda índole juegan un papel importante.
¿Planeas los regalos con antelación o vas sobre la marcha? ¿Intentas aportar un toque personal o priorizas el valor monetario? Todos los aspectos implicados en el proceso de regalar pueden ayudarnos a hacer una radiografía interior de la persona que regala. Veámoslo con más detenimiento.
¿Qué es mejor, dar o recibir regalos?
El acto de regalar o que nos regalen algo es especial para ambas partes. El que entrega el obsequio obtiene la satisfacción de ver que el otro disfruta, y al mismo tiempo, el que recibe el regalo siente el cariño del otro a través de ello.
De hecho, dar regalos fortalece los lazos de la relación, así como la confianza. Según un estudio publicado en 2020, el intercambio de regalos antes de la realización de una tarea mejoraba el rendimiento cognitivo y las conductas de cooperación.
A nivel cerebral, se detectó un aumento en la irrigación de la corteza prefrontal dorsolateral: el área más relacionada con la planificación motora, la organización y la regulación de la conducta.
Por eso, tanto dar regalos como recibirlos es beneficioso a partes iguales. El hecho de que algunas personas prefieran uno u otro se explica por las diferencias individuales en la forma de relacionarse con los demás.
Psicología del regalo
Hacer regalos puede ser visto como un contrato social o como un acto de aprecio mutuo. En cualquier caso existen cuatro componentes clave que determinan nuestra forma de regalar y, por ende, nuestra personalidad.
- Costes financieros: el valor monetario del regalo que elegimos.
- Tiempo empleado en adquirir o elaborar el obsequio.
- Energía mental invertida en planificar y escoger un regalo adecuado al destinatario.
- Costes físicos necesarios para conseguir el presente.
Algunas investigaciones han encontrado que, a la hora de recibir un regalo, las personas valoran más la inversión de tiempo, energía mental y física. El valor monetario parece ser el aspecto menos tenido en cuenta. Sin embargo, todo depende de la situación y las personas involucradas.
En cualquier caso, la mayor o menor implicación de cada individuo en estas áreas nos ayuda a realizar un perfil de su personalidad. Quien prioriza el dinero invertido en el regalo será, seguramente, diferente en muchos aspectos a quien opta por dedicar su tiempo a lograr el regalo perfecto. Quien prevé con meses de antelación qué va a regalar, diferirá de aquella persona que prefiere ser más espontánea pero más creativa y emplear toda su energía física en la consecución del presente.
Rasgos narcisistas
Las personas con rasgos narcisistas se consideran a sí mismas como superiores al resto y merecedoras de todo lo bueno de la vida. Esto se refleja también en su forma de regalar, pues intentan que su regalo sea tan único como ellos se sienten. Nunca optarán por artículos sencillos o convencionales, prefieren algo exclusivo e inolvidable.
Generalmente escogen regalos caros, grandes u ostentosos. Pensarán con detenimiento qué regalar para dejar una huella positiva y duradera en el receptor. Por ello también es común que dediquen tiempo a cuidar que el envoltorio y la presentación del regalo sean igualmente impresionantes.
Gran corazón
Para este tipo de personas lo más importante es el componente emocional del regalo, con él buscan demostrar su afecto hacia el destinatario. Debido a esto dedican un gran esfuerzo en encontrar algo que realmente emocione a la otra persona y se adecue a sus gustos e intereses. No repararán en el precio, puesto que el valor sentimental es su máxima prioridad.
Es muy frecuente también que entreguen regalos hechos por sus propias manos o personalizados de algún modo. Son el tipo de personas que disfrutan envolviendo ellos mismos los regalos y agregando tarjetas y dedicatorias.
Falta de empatía
Las personas poco empáticas enfocan el acto de regalar casi como un compromiso social. No se preocupan en analizar los gustos del destinatario y suelen comprar algo fácil, rápido e impersonal. Además, tienden a dejar todo para el último momento y, la mayoría de las veces, no cuidan de la presentación ni de los detalles.
Perfeccionismo
Las personas perfeccionistas aspiran a la excelencia y no toleran los fallos. Por ende, pondrán especial cuidado en que el regalo se encuentre en perfecto estado y la presentación sea impecable. Una imperfección en el embalaje será motivo suficiente para cambiarlo por otro.
Para alcanzar estos exigentes estándares, comenzarán a planear el regalo con bastante antelación. De forma se aseguran de contar con el tiempo suficiente para tener todo bajo control y solucionar cualquier imprevisto.
La psicología del regalo perfila, pero no sentencia
A partir de todos estos elementos podemos hacernos una idea del perfil de personalidad de quien nos hace un regalo. Sin embargo, es necesario tener en cuenta muchos otros aspectos de su conducta en otras áreas de su vida para catalogar a alguien como muy o poco empático, narcisista o humilde.
Disfrutemos de los obsequios que otros nos hagan y tratemos de poner lo mejor de nosotros mismos en la situación inversa. Al fin y al cabo, regalar constituye una excelente forma de estrechar lazos sociales.
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