Las 6 mejores frases de Alexander Luria

Las 6 mejores frases de Alexander Luria
Sara Clemente

Escrito y verificado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.

Última actualización: 28 octubre, 2021

Nacido en 1902 en Kazán (Rusia), está considerado como el padre de la neuropsicología moderna. Sus investigaciones se han convertido en la base sobre las que se asienta esta rama fundamental de la psicología, para la que el cerebro es la fuente del comportamiento. Con las siguientes frases de Alexander Luria nos aproximamos a su autobiografía y a sus principales aportaciones.

Luria creció en el seno de una familia acomodada judía que dio mucha importancia al multilingüismo. Él y su hermana dominaban el alemán, el francés y el inglés, además de su ruso materno. Este autor llegó a participar en más de 300 publicaciones científicas, entre las que destacaron Funciones corticales del hombre, Cerebro y proceso psicológico, El hombre y su mundo conflictivo, Desarrollo cognitivo o Neuropsicología de la memoria.

Educación multicultural, formación multidisciplinar

La historia académica de Luria es cuanto menos curiosa. El estallido de la Revolución Rusa interrumpió su formación, cuando tenía tan solo 7 años. Influido por la figura de su padre, un afamado profesor y gastroenterólogo, ingresó en la universidad para estudiar con tan solo 16 años. La siguiente frase pertenece a su obra autobiográfica Mirando hacia atrás, de 1979. Constituye una reflexión sobre la precocidad de su interés por la mente y la psicología.

“Resulta difícil saber el motivo de mi elección por la psicología como el terreno de mi inmediata actividad profesional”.

Luria

La jerarquía flexible de Luria

Lejos de considerar la mente como fragmentada, Luria y su maestro Lev Vygotski consideran el cerebro como un todo en el que primaban las asociaciones entre sus partes y en el que las funciones cerebrales no se encuentran aisladas o albergadas en regiones determinadas y estancas. Estas ideas son radicalmente contrarias a las de otros investigadores importantes, como Paul Broca o Karl Wernicke, partidarios de la localización de determinadas funciones en áreas concretas.

El debate localizacionismo-antilocalizacionismo duró décadas. Hoy en día, se acepta una opción fusionada de ambas posturas: el cerebro funciona como un sistema interrelacionado, pero también es posible identificar a ciertas partes como encargadas de determinados procesos. Por ejemplo, el área de Broca podríamos asociarla directamente con la producción del lenguaje. Otra de las frases de Alexander Luria que resume perfectamente la pasión que sentía por el funcionamiento cerebral es la siguiente:

“Hablar es un milagro”.

Para este neuropsicólogo, el cerebro está organizado en 3 niveles: primario, secundario y terciario. En cada uno existen regiones que, a través de un sistema de conexiones neuronales, se encargan de determinadas funciones:

  • Vigilia, memoria primaria y la homeostasis interna: tronco encéfalo, hipotálamo y sistema límbico.
  • Almacenamiento y procesamiento de la información: lóbulo temporal, occipital y parietal.
  • Movilidad y programación conductual: lóbulo frontal.

“Nuestra misión no es «localizar» los procesos psicológicos superiores del hombre en áreas limitas del córtex, sino averiguar, mediante un cuidadoso análisis, qué grupos de zonas de trabajo concertado del cerebro son responsables de la ejecución de la actividad mental compleja”.

En conjunto, estos tres niveles conforman un sistema funcional interconectado. En él, las funciones superiores dependen de muchas áreas cerebrales y trabajan de manera coordinada.

Cerebro sobre fondo azul

Las lesiones en Neuropsicología

A diferencia de la fisiología, la neuropsicología no provoca o causa lesiones con fines experimentales. En vez de eso, aprovecha lesiones ya existentes en los pacientes o las que ya han producido cirugías con fines terapéuticos. Esta limitación de muestra y de casos está ilustrada en una de las más célebres frases de Alexander Luria:

“Eran impresionantes las responsabilidades que soportábamos y la oportunidad de estudiar un gran número de pacientes con lesiones cerebrales (…). Así, los años de desastre, nos proporcionaron la mayor oportunidad de hacer avanzar la ciencia”.

Las aportaciones del médico ruso no solamente se centran en aquellas personas con daño adquirido y en su interés por la organización cerebral de los procesos mentales. También diseñó uno de los primeros detectores de mentirasAdemás, sus primeros estudios estuvieron dedicados a la psicofisiología del trabajo. Se mostró muy interesado en el psicoanálisis e investigó los estados afectivos humanos para el desarrollo de métodos de “respuestas motoras conjugadas”.

«En cierto pueblo de Siberia todos los osos son blancos. Tu vecino fue a ese pueblo y vio un oso. ¿De qué color era el oso?».

Este silogismo ha sido uno de los más famosos de este autor. Alexander lo formuló durante una de sus visitas a una población indígena de Asia Central. Su objetivo era conocer la existencia de un razonamiento lógico universal. Para los más curiosos… La respuesta de estos habitantes, en términos generales, fue: “¿Cómo voy a saberlo? ¿Por qué no se lo pregunta usted mismo a mi vecino?”.

Mujer pensando

El cerebro sigue siendo un enigma

No obstante, como ya aventuró este neuropsicólogo hace décadas, el conocimiento que hoy en día se tiene del cerebro es relativamente pequeño si lo comparamos con lo que todavía nos queda por descubrir y muy grande si lo comparábamos con lo que sabíamos hace solo unos años. Lo cierto es que queda mucho por investigar, a pesar de los progresos y los grandes avances que se están realizando. Una de las frases de Alexander Luria que lo refleja es la siguiente:

“Para poder progresar desde el establecimiento del síntoma (pérdida de una función dada) hasta la localización de la actividad mental correspondiente, queda aún mucho camino por hacer”.

Eso sí, a través de las frases de Alexander Luria, muchos autores posteriores han podido retomar su legado y ahondar en aspectos más concretos, como los fundamentos neuropsicológicos de la razón. Así, las aportaciones de este autor han sido determinantes para el desarrollo de la neuropsicología y han permitido una mejor comprensión del funcionamiento del encéfalo y de la localización cerebral.


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