Las chicas difíciles ¿son más atractivas?

El mito de la chica difícil está muy extendido en todo el mundo. Se dice que los hombres solo se interesan genuinamente por aquellas mujeres que no ponen facilidades a la hora de establecer una relación. Pero, ¿cuánto hay de cierto en esto?
Las chicas difíciles ¿son más atractivas?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 23 noviembre, 2022

Las chicas difíciles reciben esta etiqueta porque interponen obstáculos durante la conquista amorosa. La tradición nos dice que esta actitud despierta el interés masculino y que, por lo mismo, no hay nada más ineficiente que ser una “chica fácil”. ¿Cuánto de cierto hay en la leyenda?

En primer lugar, señalemos que en materia de conquista y de enamoramiento no hay reglas fijas. Nos enamoramos de alguien, pero sin completar una lista de motivos. Por otro lado, en la etapa del flirteo sí parece haber algunos patrones que se repiten con relativa frecuencia. Indican que, efectivamente, las chicas difíciles suscitan mayor interés, pero no en todas las circunstancias.

El tema parece trivial, pero hay investigadores y estudiosos que le han dedicado tiempo. Más que buscar la receta perfecta para la conquista, lo que se ha explorado es cómo respondemos a ciertos estímulos. También cómo se edifican las relaciones de pareja. Veamos qué se dice al respecto.

La fantasía del hombre es la mejor arma de la mujer”.

-Sofía Loren-

Mujer y hombre hablando

Un viejo experimento sobre las chicas difíciles

En 1973, la doctora Elaine Walster, de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) hizo un experimento algo rudimentario. Quería saber si los hombres tenían un “chip” en virtud del cual se sentían más interesados en las chicas difíciles.

Lo que Walster y sus colaboradores hicieron fue contratar los servicios de una meretriz. La elección de una persona con esa labor les permitiría identificar los pormenores del tema en la situación más básica posible. Le pidieron que se mostrara reticente al acercamiento con algunos de sus clientes y solícita con otros de forma aleatoria.

El resultado fue que, en esas circunstancias, los hombres valoraban peor y se mostraban menos interesados cuando la chica adoptaba una actitud fácil. Inmediatamente perdían el interés.

La experiencia se repitió luego con mujeres que acudían a una agencia de citas. La conclusión fue similar. La única diferencia fue que, en este caso, los hombres mostraban mayor interés por quienes eran selectivamente difíciles. O sea, difíciles con los demás, pero muy accesibles con ellos.

Lo que indican estos estudios es que esta diferencia sutil modificaba el atractivo de la actitud . Ambos contextos correspondían a mujeres que estaban disponibles para una relación. Por lo tanto, era ilógico que pusieran obstáculos para lo que ellas mismas estaban buscando.



La dificultad y el deseo

Existe la idea de que aquello que se consigue con mayor dificultad termina siendo más valorado. También se ha comprobado en psicología social: las personas valoran más la pertenencia a aquellos grupos a los que les ha costado entrar. Por otro lado, se aventura que los hombres aman los desafíos y que, por eso, si una mujer “se la pone fácil”, el encanto desaparece.

Las neurociencias indican que no solo a los hombres, sino también a las mujeres, nos gustan los retos. Estos le imprimen un toque adicional de encanto a toda situación.

El doctor Robert Weiss, vicepresidente de Elements Behavioral Health, indica que hombres y mujeres emplean estrategias, más o menos elaboradas, para retar al otro durante la etapa de flirteo. Sin embargo, las técnicas empleadas por mujeres y hombres son diferentes.

Lo más usual es que ellas “jueguen” a ser chicas difíciles, a través de conductas como fingir desinterés, demorar sus respuestas y no estar disponibles siempre. Ellos, en cambio, prefieren realizar acciones que pongan celosa a la mujer en la cual están interesados.

Pareja mirándose en un banco

Las chicas difíciles: un asunto de cuidado

No siempre que una persona que pone barreras tiene una motivación de coqueteo. Algunas personas no pueden evitar el hecho de interponer obstáculos en esa fase inicial de flirteo. Lo hacen porque son muy inseguros y temen salir lastimados. El otro detecta esa reticencia temerosa y usualmente responde alejándose.

Así mismo, el paradigma de la chica difícil solo funciona realmente cuando el otro está altamente interesado en una mujer. La dificultad en el acceso a ella no funciona como disparador del deseo, pero sí lo incrementa cuando previamente ya hay una manifestación de interés.

Sin embargo, muchas veces no existe ese interés manifiesto previamente. En esos casos, la dificultad que plantee el uno o el otro suele conducir a una pérdida de impulso. Nadie quiere esforzarse de más en obtener algo que no está seguro de desear. En esos casos, funciona lo contrario: acercarse y estar más disponible para el otro termina siendo la chispa que enciende el fuego.


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