Magia y cerebro: ¿cómo se relacionan?

Magia y cerebro están íntimamente unidos. El cerebro puede hacerte ver cosas que no existen ¿o sí?
Magia y cerebro: ¿cómo se relacionan?
Francisco Pérez

Escrito y verificado por el psicólogo Francisco Pérez.

Última actualización: 12 octubre, 2018

Se abre el telón. Sale a escena un ilusionista. Muestra una bolsa vacía. Varios espectadores examinan la bolsa, no hallando nada sospechoso en ella. Tras unos pases mágicos, el ilusionista saca de ella un huevo. ¿Cómo lo ha podido hacer? ¿Estaba realmente vacía la bolsa? ¿Es más rápida la mano que la vista?

Desde hace tiempo se ha estudiado la relación entre magia y cerebro. Cuando hablamos de magia nos referimos al ilusionismo, no a la magia negra. El ilusionismo es un arte, forma parte de las artes, de la cultura, como la pintura, la escultura o la literatura. Es el arte de ilusionar a nuestros sentidos, a nuestro cerebro, mediante juegos de manos, coloquialmente llamados “trucos”.

Magia y cerebro están íntimamente relacionados. La magia es la ilusión de la percepción y la percepción se produce en nuestro cerebro.

La magia está en el cerebro

Es curioso: en un show de ilusionismo aceptamos de buen grado los engaños. Existe un acuerdo tácito entre el mago y el espectador. Según ese pacto, durante el tiempo que dura el espectáculo el espectador se dispone a creer.

Sabemos que los magos juegan con nuestra mente a su antojo y que la magia no es real. Incluso así, disfrutamos igualmente del momento. Eso el público. Los neurólogos y psicólogos pueden encontrar otra utilidad en el arte de crear ilusiones mágicas. Estudian la percepción, la atención, la memoria… en definitiva, los límites del cerebro.

Algunos científicos ya han empezado a colaborar con magos uniendo esas dos disciplinas tradicional y aparentemente antagónicas: la ciencia y la magia. Y decimos aparentemente antagónicas porque en realidad no lo son. Magia y cerebro están íntimamente relacionados. La magia es la ilusión de la percepción y la percepción se produce en nuestro cerebro.

Los científicos tratan de entender los correlatos neurales de las ilusiones. Tratan de entender esos momentos en los que la realidad objetiva y la subjetiva no coinciden. Eso les permite esclarecer cuáles son las operaciones y mecanismos que utilizamos para construir la experiencia de la realidad.

Cerebro iluminado

Magia y cerebro: la creación de una ilusión

Las ilusiones existen, las vemos, las disfrutamos. Pero ¿por qué existen? Podríamos decir que las ilusiones existen debido a las propias limitaciones de nuestro cerebro. Y es que el cerebro no es infinito. Nuestro cerebro tiene un tamaño máximo porque tiene que caber dentro del cráneo. También posee un número limitado de neuronas y conexiones neuronales. Por lo tanto, nuestra percepción, al igual que otros procesos psicológicos básicos es limitada.

El cerebro, a la hora de interpretar la realidad, toma atajos, realiza simulaciones y enmascara esa realidad. La mayor parte de las ocasiones lo hace con eficacia. Sin embargo, a veces, cuando recrea algo que no existe, nace aquello que llamamos ilusión.

El cerebro no es capaz de procesar todo por varios motivos. Partimos de imágenes en dos dimensiones para montar cerebralmente imágenes en tres. Esto se hace estadísticamente, buscando la solución más probable, lo que a veces provoca ilusiones.

Además, el cerebro es caro y lento. Ocupa solo el 3% del cuerpo pero consume de manera constante el 30% de la energía. Para solventar esto actúa de manera predictiva, vive en parte en el pasado y predice el futuro para crear la sensación de tiempo real.

El experimento de la moneda invisible

Vamos a explicar un experimento realizado por el mago Mac King. Este mago tira una moneda de la mano derecha a la izquierda. Luego, abre la mano receptora, la izquierda, y no hay moneda. Esta ha desaparecido. La realidad es que la moneda nunca abandonó la mano derecha pero el público podría jurar que la ha visto trazando una trayectoria en el aire.

¿Por qué ocurre esto? Primero, el movimiento que ha ejecutado el mago es idéntico al que habría hecho de lanzar la moneda de verdad. Segundo, los mecanismos neurales de movimiento implícito hacen que creamos verla. Es algo así como cuando lanzamos un palo a un perro, engañándole. De alguna manera, el mago nos está engañando, como a ese perro.

Otra cuestión importante es que el estudio de los trucos mágicos tiene utilidad para los científicos. Está claro que la magia enseña cosas a los científicos. Pero, ¿qué sacan los magos de esta colaboración? A los magos les ha ayudado a ser conscientes de los valores de la magia.

Mano con una moneda

Como hemos visto, y no es una ilusión, la magia sirve a la ciencia y la ciencia sirve a la magia. Nuestro cerebro es imperfecto y, gracias a esa imperfección, es capaz de ver lo que no existe y no ver aquello que sí. Magia y cerebro están íntimamente relacionados y sin cerebro no podría existir magia.

Si quieres saber más acerca de este tema te recomendamos que leas el libro Los engaños de la mente: Cómo los trucos de magia desvelan el funcionamiento del cerebro”. Sus autores son Stephen Macknik y Susana Martínez-Conde.


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