Las mejores películas de la historia de los Óscar desde la psicología
Las mejores películas de la historia de los Óscar han generado interés por historias de diversa índole. En su época, supusieron un crisol que reflejaba lo que sucedía en aquel momento, adelantando lo que podía suceder en un futuro.
Sin haber asimilado muchos lo ocurrido en la pasada gala de los Óscar entre Will Smith y Chris Rock, en este artículo queremos dejar a un lado la polémica y poner en el centro lo fundamental: el cine. Y es que la gala de los Óscar pretende ser un reflejo de lo mucho que importan el arte y la industria del cine, pese a soportar innumerables críticas.
Si echamos la vista atrás, muchas películas que se erigieron como mejor película en estos premios siguen siendo un referente por el interés que despiertan sus historias, aunque no sean tan conocidas como otras. En este artículo les rendimos homenaje.
1. La ley del silencio, de Elia Kazan
Esta obra maestra de Elia Kazan supuso un antes y un después en cómo los actores afrontaban su interpretación; además, para muchos es la mejor interpretación de Marlon Brando. La película se basa en la historia real de un estibador que intenta derrocar a un sindicato corrupto. En la vida fracasó; en la película, tiene éxito.
Brando interpreta a un joven exboxeador que trabaja como estibador al que le hacen encargos fáciles porque conoce a la mano derecha del jefe corrupto, Johnny Friendly (Lee J. Cobb). Después de que sin saberlo permita que lo usen para preparar la muerte de una persona, comienza a cuestionar las suposiciones básicas de su vida, incluyendo su lealtad por aquellos que solo hacen el mal.
Esta cinta fue rodada en 1954 por Elia Kazan después de que testificara ante el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara. Allí nombró a antiguos asociados que estaban involucrados con el Partido Comunista y se convirtieron en parias en los círculos de izquierda. En parte, esta película es una justificación de Kazan por delatar a sus compañeros.
Hoy la historia ya no parece tan fresca. Sin embargo, las actuaciones y los mejores pasajes de diálogo tienen un impacto que no ha disminuido, ya que los dilemas en tornos a la lealtad a personas de pobre moral no ha disminuido.
2. Gente corriente, de Robert Redfort
Ópera prima de Robert Redford que le encumbró como digno heredero del trono de John Cassavetes, el gran baluarte del nuevo cine independiente americano. Redford triunfó en los premios Óscar con este drama familiar.
El argumento gira en torno al personaje de Conrad, que acaba de salir del hospital después de haber intentado suicidarse a raíz de la muerte de su hermano en un accidente. Mantiene una relación muy tensa con su madre y vive atormentado por los sentimientos de culpa.
Aunque visita todas las semanas a un psiquiatra, no se siente a gusto hasta que conoce a una compañera del coro y empiezan a salir juntos. Las familias pueden pasar años sin enfrentarse nunca a los problemas subyacentes en sus relaciones, pero a veces una tragedia puede sacar todo a la luz, repentina y dolorosamente, justo cuando todos son más vulnerables.
Gente corriente de Robert Redford comienza en un momento como ese para que los miembros de una familia lidien sobre lo que realmente sienten el uno por el otro. Una película que hoy sigue siendo muy interesante, una historia que es digna de analizar desde la psicología sistémica.
3. Forrest Gump, de Robert Zemeckis
En pleno movimiento dentro de la psicología para dar visibilidad a la neurodiversidad, la película Forrest Gump continúa siendo un referente dentro del mundo del cine y la psicología. Una historia que empodera a personas con alguna discapacidad, neurodivergencia o dificultad en sus funciones ejecutivas.
“Yo no sé si mamá tenía razón o si la tiene el teniente Dan. Yo no sé si todos tenemos un destino, o si estamos flotando casualmente como en una brisa. Pero yo creo que pueden ser ambas, puede que ambas estén ocurriendo al mismo tiempo”.
-Forrest Gump-
El guión de Eric Roth tiene la complejidad de la ficción moderna. Su héroe, interpretado por Tom Hanks es un hombre completamente decente con un cociente intelectual de 75, que entre las décadas de 1950 y 1980 logra involucrarse en todos los eventos importantes de la historia estadounidense.
Esta no es una historia sobre un hombre con discapacidad. La película es más una reflexión sobre nuestro tiempo, visto a través de los ojos de un hombre que carece de cinismo.
4. Alguien voló sobre el nido del Cuco, de Milos Forman
Esta película de 1975 es una adaptación de la novela de Ken Kesey. Patrick McMurphy (Jack Nicholson) es un delincuente que prefiere ser transferido a una institución mental que a una prisión, ya que piensa que allí estará mejor.
Sin embargo, durante su internamiento será sometido a todo tipo de prácticas humillantes. La película refleja un tema de plena actualidad en la sociedad actual: el estigma y rechazo a cualquier experiencia sensorial o psicológica que se aparte de lo que consideramos “normal”. Los tratamientos para restablecer “la cordura” en muchas ocasiones tienen como consecuencia la anulación completa del paciente.
“Jamás se me había ocurrido que la enfermedad mental podía tener una faceta de poder, poder. Te das cuenta: es posible que cuanto más loco esté un hombre, mayor poder pueda adquirir. Hitler sería un ejemplo. Increíble, ¿Verdad? Buena materia de reflexión”.
-Alguien voló sobre el nido del cuco-
La enfermera Martinet Ratched (Louise Fletcher) dirige la sala psiquiátrica con mano de hierro, manteniendo la disciplina en sus pacientes a través del abuso, la medicación y las sesiones de terapia electroconvulsiva. La batalla de voluntades entre el rebelde McMurphy y el inflexible Ratched pronto afecta a todos los pacientes de la sala.
Mac encabeza una revuelta contra el régimen aplastante de las píldoras y el tratamiento electroconvulsivo y contra el gélido control de la enfermera. El hospital simboliza el manicomio represivo de la sociedad cuadrada: al igual que Michel Foucault o RD Laing, Mac dice que sus compañeros pacientes “no están más locos que el gilipollas promedio de la calle”.