¿Qué es el método ABA y cómo funciona?

El método ABA es una alternativa terapéutica prometedora. Ahora, ¿te gustaría saber en qué consiste y qué resultados se están obteniendo con ella? En este artículo te los contamos.
¿Qué es el método ABA y cómo funciona?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 27 febrero, 2024

Podríamos considerar al método ABA como una modalidad de terapia que se enfoca en desarrollar las habilidades sociales, de aprendizaje y de comunicación. Suele aplicarse en casos de niños con trastorno del espectro autista (TEA), aunque también es una alternativa terapéutica habitual en otros trastornos.

Este modelo se diseñó a partir de varias investigaciones realizadas por el doctor Ivar Lovaas, del departamento de psicología de la Universidad de Los Ángeles, en 1987. Este investigador evidenció que las conductas de los niños con autismo se podían modificar con el método ABA. Desde entonces, su uso se amplió.

Sin embargo, en la actualidad su implementación se está cuestionando mucho. Son varios los profesionales y las personas que se oponen a su aplicación y desestiman su uso, debido a los posibles efectos negativos que podría causar en quienes tienen autismo.

En este artículo, aprenderás qué es el método ABA, sus características y su aplicación. También conocerás algunas de las razones que ofrecen los que están a favor y los que están en contra de su implementación en personas con autismo. Profundicemos.

«El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas al alterar sus actitudes mentales».

-William James-

Niño con autismo de espalda

El método ABA: un facilitador de la autonomía

El nombre del método ABA viene de un acrónimo en inglés que corresponde a Applied Behavior Analysis. Su traducción sería ‘análisis de la conducta aplicado’. Cada uno de esos elementos corresponde a un principio de este tipo de terapia:

  • Análisis. Corresponde al principio de «análisis conductual experimental». Hace referencia a que el progreso se evalúa a partir de intervenciones que se registran y se miden.
  • Conducta. Tiene que ver con el hecho de que este modelo se basa en los principios del condicionamiento clásico y operante, es decir, del conductismo.
  • Aplicado. Se refiere al hecho de que los principios se aplican a conductas observadas, por contraste con los modelos que hacen referencia a las conductas inferidas.

El objetivo del método ABA es facilitar el desarrollo y la autonomía de los pacientes. Lo hace diseñando un programa específico y personalizado de las habilidades que cada individuo requiere para avanzar en su desarrollo.

Hace énfasis en aquellas habilidades que son necesarias para adquirir nuevos aprendizajes: atención, cooperación e imitación. También promueve el desarrollo de las habilidades sociales básicas y de las habilidades comunicativas que garanticen una interacción adecuada.

Las características del método ABA

Además de los principios del método ABA, también existen siete características que delimitan su aplicación. Son las siguientes:

  • Educación basada en el éxito. Se aportan las herramientas necesarias para que se alcancen éxitos sucesivos, evitando frustraciones innecesarias. Esto motiva y fortalece la autoconfianza.
  • Estructuración. El procedimiento es estructurado y está dividido en pasos alcanzables, partiendo de lo sencillo a lo complejo, hasta que la persona logre el desarrollo de la habilidad.
  • Registro. El registro es diario, sistemático e incluye evaluaciones para medir el progreso y acopiar información objetiva sobre los avances. Si es necesario, el programa se puede reestructurar para hacerlo más funcional.
  • Individualización. Cada programa debe ajustarse a las características específicas de la persona y por eso es necesaria una concienzuda evaluación inicial.
  • Generalización. La educación terapéutica comienza en el hogar y, a medida que se avanza, debe aplicarse a otros entornos, cada vez más amplios.
  • Acción coordinada con los padres. El trabajo se coordina con los padres, quienes deben tomar parte activa en la intervención para reforzarla y complementarla.
  • Soportes científicos. Las acciones y la terapia en su conjunto están respaldadas por producción científica al respecto.
Psicólogo aplicando el método ABA a un niño con autismo

¿Cómo se aplica?

La aplicación del método ABA comienza con una evaluación detallada del niño o del paciente adulto. Esa revisión inicial permite diseñar un programa personalizado de intervención, orientado al desarrollo específico de las habilidades que requiera cada persona. Hablamos de una planificación que suele demandar una dedicación de nueve horas a la semana.

Lo que sigue es la formación de los terapeutas que se encargarán del caso. Estos deben identificar o descubrir evidencias investigativas que den soporte a su intervención, mejorando sus habilidades a la hora de dar soporte. Así mismo, en el caso de los niños, se lleva a cabo un proceso de formación con los padres en el que se les explica su papel dentro del proceso.

Por norma, cuanto más detallado sea un programa, mejor va a funcionar. Este debe contener las acciones, divididas en pasos, que se llevarán a cabo. Cuando esta parte se ha completado, se aplican las cuatro acciones básicas del método ABA:

  • Ensayo discreto.
  • Presentación y retirada de apoyos.
  • Búsqueda de reforzadores efectivos.
  • Registro sistemático.

Los datos disponibles indican que el método ABA consigue su objetivo: el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y comunicativas. Sin embargo, los datos al respecto no son concluyentes. En algunos casos ofrece magníficos resultados, mientras que en otros apenas se nota su implementación. De una forma o de otra, lo que sí es cierto es que necesitamos más y mejores investigaciones que lo perfeccionen.

La controversia que rodea al método ABA

En los últimos años, ha existido mucho debate sobre la pertinencia y eficacia de este método. Muchas personas con autismo y sus defensores se oponen a las intervenciones centradas en ABA, mientras que otras están a favor de su uso. Veamos un poco cuáles son las razones en contra y a favor.

Razones en contra

Una de las razones por las que muchas personas están en contra de ABA es que, al ser una intervención conductual, busca la extinción de patrones conductuales que no se ajustan al estándar de normalidad social. Esto, según las personas opositoras, termina siendo perjudicial para las personas con TEA, pues los impulsan a ocultar sus rasgos autistas.

«Obligar a un niño a detener estos comportamientos tranquilizadores es en gran medida dañino e inútil. Presumimos que la única razón por la que ABA intenta “extinguir” tales comportamientos es, en general, hacer que las personas neurotípicas se sientan más cómodas»

Sandoval-Norton, et al. (2021)



La terapia ABA ha sido catalogada como abusiva, no solo por la razón anterior, sino también porque puede terminar siendo traumática. Un estudio publicado en Advances in Autism encontró síntomas de estrés postraumático en casi la mitad de los participantes expuestos a ABA, mientras que los que no recibieron la intervención tenían un 72 % de posibilidades de ser asintomáticos. Los autores de este estudio señalaron que:

«Según las observaciones clínicas, los niños expuestos a ABA demostraron reacciones de lucha/huida/paralización ante tareas que de otro modo serían consideradas placenteras para un compañero no expuesto, y esas respuestas aumentaron en gravedad según la duración de la exposición a ABA».

Otra de las razones por las que este método ha sido criticado es que, según una investigación, reduce la motivación, aumenta la dependencia y baja la autoestima en personas con autismo de alto funcionamiento. Según estos hallazgos, las personas no mejoran, sino que empeoran.

En este sentido, Sandoval-Norton, en un artículo publicado en Advances in Neurodevelopmental Disorder, cita dos estudios en los que se cuestiona la eficacia de ABA para tratar el autismo. El primero de ellos señala que el 76 % de las personas tratadas con ABA tienen poco o ningún cambio, y el 9 % empeora. Mientras que el segundo estudio no halló una correlación significativa entre la cantidad de horas de intervención con ABA y los resultados obtenidos.

«Los cambios positivos observados eran “pequeños y pueden no ser clínicamente significativos”, y la gran mayoría de los que reciben servicios no experimentan cambios en lo único que ABA pretende tratar».

-Sandoval-Norton-

Otro motivo que podemos resaltar son los conflictos de intereses en diversas investigaciones que avalan su eficacia. Un estudio publicado en Frontiers in Psychology señala que hay una tasa muy alta de conflictos de intereses en investigadores que aprueban el uso de ABA.

Los conflictos de intereses pueden sesgar los estudios y hacer que los investigadores demuestren que sus intervenciones tiene efectos positivos cuando en realidad no son efectivas, señalan los investigadores.

Razones a favor

Los argumentos de las personas y profesionales que están a favor del ABA para tratar los trastornos del espectro autista se basan, por lo general, en estudios que respaldan su aplicación. Veamos algunos de ellos.

Un metaanálisis señala que ABA es efectiva para la socialización, la comunicación y el lenguaje expresivo. No obstante, los investigadores no hallaron efectos significativos sobre el lenguaje receptivo, el comportamiento adaptativo, las habilidades de la vida diaria, el coeficiente intelectual, el coeficiente intelectual verbal, el coeficiente intelectual no verbal y el comportamiento restringido y repetitivo.

Por su parte, la Association for Science in Autism Treatment respalda el análisis de la conducta aplicado como una intervención eficaz para muchas personas con trastornos del espectro autista. Asimismo, sostiene que es efectivo para aumentar los comportamientos y enseñar nuevas habilidades.

El National Autism Center, en una revisión y análisis que realizó sobre las intervenciones para el trastorno del espectro autista, destaca el método ABA como una de las intervenciones con evidencia suficiente sobre su efectividad.

En sintonía con lo anterior, un estado del arte sobre el análisis conductual aplicado al tratamiento del autismo también avala su efectividad. En dicho estudio, divulgado en Association for Behavior Analysis International’s Newsletter, se puede leer que:

  • Todas las personas que tienen autismo reciben algún grado de beneficio de ABA.
  • Ningún otro tratamiento para el autismo cumple con los estándares de prueba científica que cumple ABA, y no hay otras intervenciones científicamente aprobadas que produzcan resultados similares.
  • Más de 1000 artículos científicos sobre autismo revisados ​​por pares describen los éxitos de ABA.

Esa misma publicación señala que, la intervención conductual intensiva temprana por medio del análisis de la conducta aplicado mejora el desarrollo y el rendimiento intelectual de los niños con autismo.

Un artículo publicado Cogent Psychology sostiene que ABA proviene de estudios bien controlados y de alta calidad que demuestran su eficacia en poblaciones con autismo. Es más, según varios investigadores, tiene algunas de las mejores evidencias para el tratamiento de los TEA.



Como se puede observar, el debate es muy reñido y ambas perspectivas tienen investigaciones que respaldan sus posturas frente al uso de ABA. Todas estas controversias nos dejan un mensaje muy claro: es necesario desarrollar nuevas investigaciones que permitan cerrar la brecha que se ha abierto.

Consideraciones finales

No hay unanimidad ni acuerdo generalizado en cuanto al uso de esta intervención para las personas autistas. Cada vez más son las voces que se alzan en contra de ella, a pesar de que varias investigaciones e instituciones avalan su aplicación.

Todas estas controversias y tensiones son necesarias para propiciar espacios de diálogos que permitan mejorar y desarrollar intervenciones a favor de la neurodiversidad, la inclusión y el respeto por todas las personas autistas.

Esperamos que este artículo te motive a reflexionar y a indagar más sobre el método ABA y su aplicación en los trastornos del espectro autista.


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