No me da tiempo a criticarte, tengo que mejorar la autoestima
En muchas circunstancias de nuestra vida ejercemos sobre nosotros acusaciones muy duras que nos llevan a sentimientos de culpa y malestar de los que nos resulta muy complicado huir: nos vemos obligados a equilibrar y a mejorar la autoestima para salir de donde estamos encerrados.
Lo que ocurre es que los problemas a veces nos superan y, en vez de mirar por mejorar la autoestima como decíamos, miramos hacia otro lado, hacia aquello que nos haga creer que el otro está peor: la crítica hacia los demás puede venir del reflejo de nuestro interior.
Sin embargo, nos equivocamos. Esta forma de huir de lo que nos pasa es egoísta e inservible: criticar a los demás es una actitud que revela frustración y falta de seguridad, entre otras muchas cosas. De esta manera y dejando de lado la crítica gratuita por maldad, las personas podemos volvernos tóxicas y hacer mucho daño a otras incluso sin ser conscientes de ello.
La crítica define al crítico, no al criticado
Crecemos educándonos en base a lo que nuestra comunidad va forjando convencionalmente, por lo que estamos acostumbrados a aplaudir las cosas que interiorizamos como buenas y a criticar o juzgar aquellas que asumimos como malas. Cuando nuestro comportamiento se sale de la línea marcada por la bondad, nos reprimimos y nos sentimos mal con ello.
No obstante, existen personas que se salen de las pautas, que hacen su vida sin censurarse y siguiendo su propio camino: el que les hace ser felices. Es fácil que una persona que censura su propia vida critique y juzgue a alguien que no lo hace, porque el problema lo tiene consigo mismo: la crítica define al crítico, no al criti cado.
Nuestro interior se refleja en el trato con los demás aunque no lo queramos. Si sentimos que no somos felices y que está en nuestras manos cambiar la situación, hay que hacerlo. De lo contrario, los rechazos, los insultos y los menosprecios hacia otras personas en realidad, seguirán siendo en una dirección: nosotros y nuestro vacío emocional.
“Existe una evidencia muy grande de que cuanto mayor sea nuestra autoestima,
mejor vamos a poder tratar a los demás.”
-Nathaniel Branden-
El perfil de alguien que critica
Algunos de los rasgos que muestra una persona que critica constantemente a los otros y tiene tal acto como su forma de comunicarse con los demás son los siguientes:
- La felicidad brilla por su ausencia en su vida: lo hemos mencionado más arriba, si esa persona siente la necesidad de buscar el juicio para con los otros y así sentirse mejor, es que no tiene amor propio. Tener equilibrio y bienestar es importantísimo para nuestras relaciones personales: alguien que no es feliz consigo, no podrá hacer feliz a nadie.
- El desconocido es el punto de mira de la crítica: lo más corriente es que la crítica se dirija hacia la gente que no conoce o que conoce muy poco. Es muy fácil hacerlo así, pues lanzar la crítica a alguien cercano puede ocasionarle más sentimientos de culpa y malestar.
- Normalmente es una persona dependiente de los demás e insegura: mejorar la autoestima implica mejorar la seguridad en sí mismo. Un criticón suele ser una persona insegura, que necesita de los demás para sumergirse en su propia realidad y soledad.
“Quién dedica su tiempo a mejorarse a sí mismo, no tiene tiempo para criticar a los demás.”
-Teresa de Calcuta-
Claves para mejorar la autoestima
Existen algunas claves que nos ayudarán a mejorar la autoestima, evitando así que nuestro malestar interior recaiga en otras personas que no lo merecen:
- Recordar los éxitos y los logros.
- Aceptar los errores sin juzgarnos ni criticarnos.
- No buscar la aprobación en los otros, sino en nosotros mismos.
- Recordar los valores positivos que tenemos como personas y hacer una lista si es necesario.
- Aceptar nuestra forma de ser, lo que queremos hacer y cómo nos sentimos nos ayudará también a mejorar la autoestima.
- Superar el pasado y aprender de los errores: en este caso, criticar a los demás nos ayuda a pensar que hemos pasado página cuando no es cierto.
“La autoestima es la capacidad de conocerse, aceptarse y valorarse, que nos permite vivir una vida más equilibrada, alegre, armónica y productiva.”
-Reny Yagosesky-