¿Qué son los nootrópicos y cómo potencian tu inteligencia?

¿Qué son los nootrópicos y cómo potencian tu inteligencia?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 10 octubre, 2024

A los nootrópicos se les conoce también como los “fármacos inteligentes” por el fin que prometen, que no es poco: aumentar nuestro desempeño mental y actuar como potenciadores cognitivos. Su popularidad en los últimos años se ha disparado hasta tal punto que miles de personas incluyen ya en su desayuno esa píldora dorada con la cual, ser más productivos en el trabajo.

Para contextualizar un poco los nootrópicos, basta con recordar una película “Limitless” . En ella, Bradley Cooper tomaba una droga experimental llamada “NZT-48”. Al poco de consumirla su mundo se tornaba más vivo, sus sentidos se agudizaban y su potencial cognitivo actuaba a un 200%, hasta tal forma que era capaz de aprender múltiples idiomas con fluidez, ser un genio de las finanzas en Wall Streett o recordar todo lo visto, todo lo leído y escuchado.

“Supuestamente el cerebro humano es algo parecido a una libreta que se adquiere en la papelería: muy poco mecanismo y muchas hojas en blanco”

-Alan Turing-

Algo así nos permitiría –en apariencia- ser más productivos que Stephen King escribiendo novelas, memorizar el temario de una oposición en la mitad de tiempo o activar esas estructuras neuronales capaces de despertar al genio musical o matemático que hay en cada uno de nosotros. Decimos obviamente en “apariencia” porque la realidad es otra, una realidad sin duda más ajustada, más limitada y menos reluciente pero aún así, interesante.

La industria farmacéutica, por ejemplo, invierte cada año cantidades millonarias en el desarrollo de nuevos nootrópicos y lo hace por una razón muy sencilla: la demanda se multiplica.

La presión laboral es cada vez más elevada, lo sabemos, hay que estar alerta, hay que mejorar la concentración, ser más ágiles mentalmente, más creativos, más productivos… Todo el mundo desea dar más de sí sin tener que recurrir a sustancias peligrosas, y es ahí donde entran en escena los nootrópicos o las drogas “inteligentes”.

En la actualidad se sabe que estos fármacos son muy consumidos por universitarios, pilotos militares, programadores informáticos o creativos de empresas de publicidad que buscan en estos fármacos un recurso en apariencia inocuo, con el que expandir la mente, focalizar la atención y dar lo mejor de sí en sus objetivos.

Ahora bien… ¿funcionan realmente los nootrópicos?

Cerebro con fármacos

Los nootrópicos, un descubrimiento accidental que dio forma a las “drogas inteligentes”

Hay quien llama a los nootrópicos la “droga” del futuro, un producto de una sociedad acelerada que desea ir más allá de sus propias posibilidades. Sin embargo, este término incomoda, no gusta y no se acepta porque  -en su mayoría- no tienen efectos adversos ni son tampoco “psicoestimulantes”. De ahí que se les denomine de un modo más mucho más inspirador: “potenciadores cognitivos”.

Por otra parte hay quien se aventura a decir también que los nootrópicos serán en el día de mañana nuestro menú evolutivo, y que gracias a ellos llevaremos a otro nivel nuestro desarrollo cerebral.

Por curioso que parezca, este es el precisamente el propósito de grandes empresas y conocidas entidades. De hecho, Silicon Valley -capital mundial de la industria de la tecnología- lleva años trabajando con los nootrópicos, hasta el punto de encontrar nuevos mecanismos por los cuales intensificar sus propiedades, su efecto, su duración y hasta su utilidad.

No solo servirán para para mejorar nuestra atención y creatividad, sino que ya han hecho posible que podamos experimentar sueños lúcidos o un nivel de relajación similar al que se conseguiría después de varios años de meditación. Ahora bien, somos muy conscientes de que para muchos de nuestros lectores algunos datos pueden parecer pura ciencia-ficción y por ello, es necesario que vayamos por pasos. Conozcamos primero su origen.

De los inductores del sueño a los activadores de la atención

Estamos en los años 60 y en el laboratorio belga “Union Chimique Belge”, el neurofarmacólogo rumano Corneliu Giurgea trabaja en la síntesis de diversos compuestos químicos con un fin muy concreto: inducir el sueño.

Sin embargo, lo que descubrió en realidad fue un tipo de molécula muy especial que le permitió crear el primer nootrópico de la historia, era el Piracetam. Esa droga, lejos de reducir la excitabilidad neuronal y propiciar el descanso, lo que lograba en realidad era todo lo contrario: poner la mente en alerta y mejorar funciones cognitivas como la memoria y la concentración.

  • Algo así se lograba gracias a la modulación química de neurotransmisores como la acetilcolina y el glutamato, y además, sin efectos secundarios demasiado adversos.
  • El Piracetam de Corneliu Giurgea no tardó en comercializarse, permitiendo que al poco llegaran otras propuestas, como el Oxiracetam, el Aniracetam, el Pramiracetam y o el Fenylpiracetam.

El mecanismo de acción de los nootrópicos varía de unos a otros. Sin embargo, la mayoría de ellos tienen  efectos en la vasodilatación, es decir mejoran el flujo sanguíneo hacia el cerebro, proporcionándole más oxígeno, más nutrientes y glucosa, la fuente de energía esencial de la que ser sirve el cerebro para garantizarnos largos períodos de concentración.

Asimismo, y como dato curioso en el que reflexionar, se sabe que en Silicon Valley trabajan con los nootrópicos combinándolos con el biohacking, es decir, intentan “hackear” ciertas funciones cerebrales a través de diversos químicos para potenciar así las funciones del pensamiento.

Parece como si la puerta hacia ese salto evolutivo en nuestro cerebro estuviera ya abriendo su cerradura…

¿Qué efectos tienen los nootrópicos? ¿Son tan beneficiosos como parecen?

El objetivo de las industrias farmacéuticas con los nootrópicos es doble. Por una parte, y como ya sabemos, se busca la mejora de nuestros procesos cognitivos básicos, algo que en su mayoría, logran conseguir. El segundo aspecto es que actúen como neuroprotectores y que sus posibles efectos secundarios sean mínimos, por no decir inexistentes.

Ahora bien, uno de los mayores problemas que están encontrando los expertos en salud es que tanto los estudiantes universitarios, como los empresarios y otros personas con un estilo de vida caracterizado por el estrés, adquieren los nootropicos a través de internet, sin preocuparse demasiado por su procedencia o lo que es peor, la manera en que deben consumirse.

Pongamos un ejemplo. La cafeína es un nootrópico natural, al igual que los ácidos grasos omega 3. Si yo consumo 10 tazas de café en una noche es muy probable que experimente cefaleas, mareos y presión arterial elevada. Así, el estudiante que compra por internet un nootrópico del que desconoce la composición y la forma de administración con el fin exclusivo de aprobar el examen de pasado mañana, es muy probable experimente antes los efectos adversos que esa mejora en la atención y la memoria.

Nootrópicos

Por tanto, es necesario que lo tengamos claro: los nootrópicos ayudan, pero no son la panacea. Además, estos beneficios los notaremos solo si sabemos cómo consumirlos, dejándonos aconsejar además por un experto sobre el tema.

Por otro lado, y como curiosidad, cabe decir que los laboratorios rusos han creado una nueva familia de nootrópicos derivados todos ellos de la corticotropina, la hormona del estrés y de los agonistas de los receptores GABA como el Phenibut o el Tolibut. Estos fármacos tienen últimamente una gran demanda por su efecto ansiolítico y reductor del estrés, pero cabe decir, eso sí, que sus efectos secundarios son sin duda los más peligrosos del mercado, puesto que a largo plazo generan dependencia.

Cómo usar los nootropicos

Los expertos nos dicen que hay unas pautas básicas que debemos conocer a la hora de consumir algún tipo de nootrópico.

  • Busca el nootrópico que mejor se ajuste a tus necesidades
  • Es necesario que consultemos con un especialista que nos oriente sobre las opciones que existen en el mercado. 
  • Cada persona tiene un tipo de neuroquímica, y por lo general, es común empezar con dosis muy bajas, probando unos y luego otros hasta encontrar el adecuado.
  • En el momento que sintamos algún tipo de malestar como cefaleas o mareos es necesario dejar ese tipo de nootrópico al instante.
  • Asimismo, hay que recordar que estos fármacos no son de acción inmediata. El cerebro necesita acostumbrarse a ellos; de hecho, su efecto empezará a notarse al cabo de unos días o semanas.
Mujer atándose una zapatilla para correr una maratón

Solo funcionan si llevamos una dieta adecuada y evitamos el sendentarismo

Si queremos modular nuestra química cerebral para que funcione al mejor nivel, necesitamos una serie de adecuados nutrientes que activen el mecanismo de acción de estas drogas inteligentes. Por tanto, una dieta equilibrada rica en frutas frescas, vegetales, ácidos grasos omega 3 y omega 6 es esencial para que los nootrópicos actúen.

  • Asimismo, si llevamos una vida sedentaria dispondremos de un metabolismo lento, menos eficiente y donde además, nuestra función hepática no logrará tampoco procesar de forma óptima los componentes de los nootrópicos.

El deporte y una alimentación variada y baja en grasas saturadas es esencial para que estos fármacos cumplan su objetivo.

“El verdadero signo de la inteligencia no es el conocimiento sino la imaginación”

-Albert Einstein-

Tipos de nootrópicos

Es importante señalar aquí que no todos los nootropicos son fármacos. Muchos de ellos no están sujetos a recetas médicas porque tienen componentes naturales, y porque es muy fácil encontrarlos en las herboristarías. A pesar de ello, antes de empezar a consumir estimulantes cognitivos siempre es acertado consultar con un especialista.

Debemos saber por tanto qué es lo que buscamos, porque tal y como podemos ver, la oferta de nootrópicos es bastante amplia, y todo apunta a que lo será todavía más en los próximos años.

  • Nootrópicos para mejorar el estado de ánimo.
  • Nootrópicos para mejorar la concentración.
  • Nootrópicos para combatir la ansiedad.
  • Nootrópicos para mejorar la memoria.
  • Nootrópicos para mejorar el descanso, recuperación y el sueño.
  • Nootrópicos como anti-aging ó longevidad.

Para concluir, cabe recordar solo que los nootrópicos no son suplementos alimenticios. No es conveniente hacer uso de ellos a la ligera, en especial porque cada vez la oferta es más amplia y la eficacia de los mismos menos fiable. Por tanto, aún sabiendo que todos deseamos optimizar las propias capacidades cognitivas para ajustarnos a las demandas actuales del mercado laboral, siempre será mejor buscar antes otras estrategias, otros caminos.

A pesar de ello, seguiremos pendientes de la evolución de estos potenciadores cognitivos y de su impacto en nuestro futuro.

Referencias bibliográficas:

Ruiz Franco, J. (2005). Drogas Inteligentes. Editorial Paidotribo.

Evan Brand (2016) The Everything Guide To Nootropics. Berkley Books


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.