¿Sabes por qué los ascensores tienen espejos?

¿Alguna vez te has preguntado por qué todos los ascensores tienen espejos? Aunque muchos los usen para hacerse los clásicos selfies, en realidad, esta característica cumple una finalidad relacionada con la salud mental. Lo analizamos a continuación.
¿Sabes por qué los ascensores tienen espejos?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 02 marzo, 2023

Los espejos han formado parte de nuestra cotidianidad desde tiempos inmemoriales. Se conservan piezas fascinantes hechas de obsidiana de la antigua Anatolia (Turquía) datadas del año 6000 a. C. Los egipcios los tenían como preciados utensilios en sus rituales de belleza, mientras que, en la Edad Media, se restringió su utilización.

En ciertas épocas y en determinadas culturas estas superficies traían mala suerte. Sin embargo, en la actualidad, ya no sabemos vivir sin espejos; nos hemos vuelto adictos al reflejo de nuestra imagen y forman parte de nuestra cotidianidad. Baños, habitaciones, armarios, vestidores, museos, centros comerciales… Resulta extraño encontrar algún espacio sin estos objetos tan particulares.

Es tal la normalización de los espejos en nuestro día a día que apenas cuestionamos su presencia. Por ejemplo, ¿nos hemos preguntado alguna vez por qué «tapizan» parte de nuestros ascensores con ellos? Es cierto que los usamos para asegurarnos de que nos hemos peinado bien cada mañana cuando vamos al trabajo y cómo no, para hacernos el clásico selfie.

Sin embargo, su utilización en estos espacios cumple una finalidad muy clara en materia psicológica.

Aunque subir a un ascensor es algo de lo más cotidiano para la mayoría de nosotros, hay personas con fobias para las cuales esta experiencia es angustiante.

chica pensando en por qué los ascensores tienen espejos
Pocas prácticas son más comunes para nosotros que mirarnos en los espejos de los ascensores.

Las fobias y por qué los ascensores tienen espejos

Un ascensor es como un vehículo autónomo que nos permite desplazarnos por los espacios verticales de nuestras ciudades. Fue un ejemplo de la modernidad y pocos actos son más cotidianos para nosotros que subir en ellos. Sin embargo, por muy rutinaria y cómoda que sea esta experiencia para la gran mayoría, no significa que lo sea para todo el mundo.

La fobia a los ascensores no tiene nombre, pero existe y afecta a millones de personas en todo el mundo. El hecho de que no tenga una designación como tal se debe a que, en realidad, puede tener como desencadenante alguna de estas dos condiciones:

  • Agorafobia: temor irracional a que la persona pueda quedar atrapada en un lugar del que no puede escapar u obtener ayuda. Esto puede suceder tanto en espacios abiertos como cerrados.
  • Claustrofobia: en este caso hablamos del miedo persistente a los espacios cerrados.

Por lo general, quien se siente angustiado en los ascensores, también puede temer subir a los aviones, entrar en túneles, estar en espacios sin ventanas o quedarse atrapado en medio de un concierto rodeado de mucha gente.

Ahora bien, desde que Elisha Graves Otis empezó a fabricar ascensores en masa, allá por 1850, tuvo que idearse un mecanismo para que las personas con fobia pudieran usarlos.

Sensación de amplitud y distracción

Si nos preguntamos por qué los ascensores tienen espejos, la respuesta es sencilla. Se trata de un recurso para facilitar que aquellos que sienten angustia al subir en ellos, dominen sus temores. Colocar dichas superficies en estos espacios tan reducidos crea una mayor sensación de amplitud. La persona siente que dispone de mayor espacio y la sensación de opresión disminuye.

Asimismo, también actúa como distractor. Nada atrae tanto nuestra atención como vernos reflejados. El cerebro desvía la mirada del miedo y los pensamientos irracionales, para focalizarlo en nosotros. En nuestra imagen y en quienes están a nuestro alrededor.

Tal y como nos explica un estudio de la Universidad de Georgia, el único modo de regular la fobia a los ascensores es mediante la terapia de exposición. Hay que exponer al paciente de manera gradual al foco del miedo para ir afrontándolo, racionalizándolo. Contar con el apoyo del espejo mejora aún más ese proceso de superación.

El riesgo de sufrir algún accidente en un ascensor es muy bajo. Sin embargo, el mundo del cine siempre nos ha traído imágenes aterradoras y angustiantes sobre los más variados incidentes en este tipo de mecanismo.

mujer pensando en por qué los ascensores tienen espejos
Un espejo es una superficie hipnótica que aporta sensación de amplitud y donde siempre va dirigida nuestra mirada.

Más razones interesantes…

Los ascensores tienen espejos desde hace muchas décadas. Sin embargo, su instalación en dichos espacios reducidos, no busca solo ser de apoyo para las personas con fobias. Hay otras razones que nos resultarán de lo más interesantes:

1. El factor seguridad

Un ascensor es un espacio reducido en el que, a menudo, entran pequeños grupos de desconocidos. Tener una visión casi panorámica de lo que sucede a nuestro lado y a nuestra espalda nos hace sentirnos más seguros. Sabemos quién está detrás y lo que hace, podemos vigilarnos entre sí para cuidar de que nadie nos robe, por ejemplo. El factor seguridad es un aspecto relevante que facilitan los espejos.

2. Mayor movilidad para las personas con necesidades especiales

Una persona con silla de ruedas puede guiarse mejor a la hora de entrar y salir, si cuenta con una serie de espejos envolviendo el ascensor. Atiende mejor los flancos y se siente más autónoma a la hora de desplazarse sin tener que contar con ayuda de los demás.

3. Espejos que sustituyen hilos musicales

Hay quien habla del tiempo con sus vecinos de bloque al subir al ascensor. Sin embargo, cuando compartimos espacio con auténticos desconocidos, no es común iniciar un tema de conversación. Sabemos que en pocos segundos estaremos fuera y, posiblemente, no veremos más a esas personas. No vale la pena. A pesar de ello, dicho momento, siempre resulta de lo más incómodo.

Hace unas décadas se usaban los hilos musicales en los ascensores; ahora basta con colocar unos espejos. Vernos reflejados entre nosotros nos distrae, vuelve ese instante más liviano y no hay necesidad de llevar la mirada al suelo. A nuestro alrededor hay infinitos matices que observar antes de que las puertas se abran…

Si bien es cierto que un ascensor es el escenario más recurrido para los selfies, sin embargo, la presencia de espejos en ellos ha hecho la vida más fácil a millones de personas. Porque si están ahí es por un fin muy relevante que bien merece apreciarse. Es un modo de lograr que nuestros miedos se desactiven creando una ilusión (amplitud) y creando una distracción. Es pura magia.


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