Posturas de poder: aumenta tu confianza en dos minutos

Si necesitas una dosis extra de seguridad y confianza, cambiar tu postura corporal puede ser la clave. Te contamos qué son las poses de poder y cómo utilizarlas.
Posturas de poder: aumenta tu confianza en dos minutos
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 21 julio, 2022

Si eres una persona insegura, es probable que en más de una ocasión hayas deseado tener una varita mágica que pudiera aportarte una confianza extra. Tal vez para exponer un proyecto en clase, para hablar con la persona que te gusta o para afrontar una entrevista de trabajo. En este sentido, la seguridad marca la diferencia, no solo en cómo nos sentimos, sino también en los resultados que obtenemos. Por ello, resulta interesante conocer las posturas de poder.

Estas constituyen una herramienta útil y fácil de implementar que se basa en la psicocorporalidad. Según estos principios, el cuerpo y la mente están estrechamente relacionados y los estados de uno se reflejan en el otro de forma bidireccional. Así, tal y como tu cuerpo expresa lo que sientes, un cambio postural también puede modificar tus emociones. ¡Te contamos por qué!

Posturas de poder y posturas de debilidad

Transmitimos información, y mucha, a través del lenguaje no verbal. Una sonrisa, una mirada baja o un cruce de brazos nos cuentan si nuestro interlocutor está feliz, temeroso o a la defensiva, y esto lo captamos al instante, y sin un esfuerzo consciente. De hecho, en el mundo animal también se producen este tipo de exhibiciones que sirven como interacción con los otros.

Generalmente, las posturas expansivas y abiertas demuestran poder, pudiendo llegar a intimidar; por el contrario, una pose encogida, encorvada o contraída, indicaría temor. Los demás captan, mediante el lenguaje corporal, cómo nos estamos sintiendo, lo que tiene también efectos en nosotros mismos.

En función de las posturas que adoptamos, nuestra fisiología y nuestra psicología varían. Quizá alguna vez hayas escuchado la recomendación de “sonríe, aunque no tengas ganas, y te sentirás más feliz”. Pues, de hecho, esto es una realidad y también puede aplicarse si lo que buscamos es aumentar nuestra confianza.

Amigos hablando sobre el simbolizando el narcisismo conversacional
Los gestos y los movimientos son poderosas herramientas de comunicación.

Dos minutos son suficiente

Estos interesantes hallazgos son fruto de la investigación llevada a cabo en 2010 por Amy Cuddy, Dana Carley y Andy Yap. Dichas científicas pidieron a un grupo de personas que adoptasen posturas de poder y poses de debilidad durante dos minutos y analizaron los cambios en su organismo.

Lo que encontraron fue sorprendente, ya que no solo se modificaba la confianza a nivel psicológico, sino que también se producían alteraciones endocrinas. Concretamente, las posturas de poder reflejaban aumentos en la testosterona y decrementos en el cortisol; y el patrón contrario ocurría con las poses de debilidad.

Tengamos en cuenta que la testosterona es una hormona presente tanto en hombres como en mujeres, relacionada con la valentía, la autoconfianza y la asunción de riesgos. Por su lado, el cortisol se asocia con el estrés, el nerviosismo y la precaución.

Así, colocarnos en una pose de poder genera las alteraciones hormonales que favorecen el sentimiento de seguridad. Las investigadoras también pidieron a varios voluntarios que aplicaran esta técnica antes de hablar en público. Y el resultado fue de nuevo satisfactorio: expresaron haber reducido su ansiedad y sentirse más confiados. Mantener ese cambio de postura durante apenas dos minutos fue suficiente para experimentar los efectos.

Mujer sentada con las manos en la nuca
Las poses de poder aumentan la confianza en uno mismo y proporcionan una imagen de éxito y seguridad en los demás.

Utiliza las posturas de poder en tu día a día

Emplear este tipo de poses es de mucha utilidad, ya que nos proporcionan un incremento casi instantáneo de la seguridad y la confianza. Ahora bien, ¿cuáles son estas posturas de poder? En realidad, son aquellas en las que nuestros brazos están separados del cuerpo y el tronco se avanza hacia adelante. Son posturas abiertas y expansivas entre las que se encuentran las siguientes:

  • Levantar los brazos sobre la cabeza a modo de victoria.
  • Poner las manos en la nuca.
  • Apoyarnos en la mesa con los brazos firmes.
  • Colocar los brazos en jarra y echar los hombros hacia atrás.

Tal y como demuestra la investigación, adoptar estas posturas durante dos minutos es suficiente para generar esa dosis extra de confianza. Sin embargo, puede resultar positivo también realizar un cambio postural más prolongado.

Si eres de quienes suelen caminar encorvados, con la cabeza gacha o los brazos cruzados, has de saber que mantienes una tipología postural de debilidad. Esta no solo refleja temor o inseguridad, sino que además contribuye a perpetrar este tipo de emociones. Así, modifica tus hábitos hacia posturas más expansivas y notarás cambios duraderos en tu actitud.


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  • Carney, D. R., Cuddy, A. J., & Yap, A. J. (2010). Power posing: Brief nonverbal displays affect neuroendocrine levels and risk tolerance. Psychological science21(10), 1363-1368.
  • Cuddy, A. J., Wilmuth, C. A., Yap, A. J., & Carney, D. R. (2015). Preparatory power posing affects nonverbal presence and job interview performance. Journal of Applied Psychology100(4), 1286.

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