Qué es el animismo en filosofía

Desde las primeras sociedades que atribuyeron espíritu a los elementos naturales, hasta los debates filosóficos sobre la conciencia y la existencia, el animismo nos invita a repensar nuestra conexión con el universo.
Qué es el animismo en filosofía

Última actualización: 30 octubre, 2024

La creencia en el alma y en que otros seres poseen una, como los animales no humanos, las plantas e incluso las rocas y demás elementos de la naturaleza; ha estado presente desde hace milenios. Gracias a sus interesantes planteamientos, diferentes disciplinas, como la filosofía, han invertido bastante en analizarla.

Más allá de una simple superstición, el animismo ha dejado huellas profundas en el pensamiento humano, influyendo en religiones, mitos y formas de entender nuestro entorno. Te explicamos cómo este concepto ha moldeado la manera en que las culturas antiguas y modernas perciben la vida y el mundo.

¿Qué plantea el animismo?

El animismo es la creencia de que todos los seres vivos, así como los objetos inanimados y los fenómenos naturales, poseen algún tipo de sensibilidad o sintiencia.

En otras palabras, propone que elementos como las montañas, los ríos o los árboles no son solo partes inertes del paisaje, sino que están dotados de una vida interna, un alma, lo que les permite interactuar y tener influencia en su entorno.

El concepto de animismo tiene sus raíces en las primeras reflexiones humanas sobre el mundo natural, y está muy ligado a las religiones primitivas. En muchas culturas antiguas, se atribuían espíritus a los elementos naturales como una forma de explicar fenómenos que, en su momento, no podían entenderse de otra manera.

El animismo ofrecía una forma de interpretar la naturaleza y sus procesos mediante una conexión profunda entre lo humano y lo no-humano.

A diferencia de otras corrientes filosóficas y religiosas que separan el mundo espiritual del material, el animismo funde ambos mundos en uno solo. Además, mientras que religiones como el cristianismo o el islam ven el alma como exclusiva del ser humano, el animismo sostiene que todos los elementos del universo, vivos o inertes, tienen un espíritu.

El animismo en la historia de la filosofía

El estudio del animismo desde la perspectiva filosófica se ha entrelazado con tres doctrinas clave: el hilozoísmo, el panpsiquismo y el vitalismo. Aunque a menudo se confunden con el animismo, estos conceptos filosóficos tienen matices importantes.

1. El hilozoísmo

Es una doctrina filosófica que tiene sus raíces en la antigua Grecia con filósofos presocráticos como Tales de Mileto. Se refiere a la idea de que todo el universo, incluidas las entidades inanimadas, está dotado de algún tipo de vida o energía vital.

Es decir, no solo los seres vivos, sino también los objetos inanimados (como piedras, ríos, montañas) poseen una forma de vitalidad.

2. Panpsiquismo

Esta corriente filosófica va más allá de la idea de que solo los seres vivos poseen alma, y sostiene que todas las cosas en el mundo, incluso los objetos inanimados como rocas o átomos, tienen algún grado de experiencia mental o conciencia, aunque sea en formas muy simples.

A diferencia del hilozoísmo, que habla de una vitalidad general en todas las cosas, el panpsiquismo se enfoca en la presencia de una forma de mente o conciencia en toda la materia.

Esto no significa que cada objeto tenga una mente compleja como los seres humanos, sino que existe un aspecto mental básico en todos los sistemas y objetos del universo.

3. Vitalismo

En el siglo XVIII, el médico alemán Georg Ernst Stahl utilizó el término «animismo» en un contexto muy diferente. Stahl fue uno de los mayores representantes de una doctrina médica conocida como vitalismo, la cual asegura que todos los organismos vivos se caracterizan por tener una fuerza o principio vital que los distingue de los objetos inanimados.

En este caso, el animismo se utiliza para describir esa fuerza que anima a los cuerpos, no como un espíritu en un sentido místico, sino como una energía vital que mantiene el funcionamiento biológico.

El animismo y el origen de las religiones

El animismo no es una religión en el sentido estricto de la palabra, sino más bien un conjunto de creencias y prácticas que han estado presentes dentro de diversas tradiciones religiosas.

Por ejemplo, en sociedades indígenas donde se suelen llevar a cabo rituales y ceremonias para honrar a los espíritus de los animales, plantas y fuerzas de la naturaleza, el animismo ha permitido una profunda conexión entre los humanos y su entorno.

Así, el animismo se puede considerar una de las primeras formas de espiritualidad, sentando las bases para religiones milenarias en diversas culturas del mundo, en especial en aquellas que veneraban los ciclos y fuerzas naturales.

No obstante, el animismo también puede considerarse una creencia que no se limita a un marco religioso específico. En muchas sociedades modernas, hay un creciente interés por la ecología espiritual que evoca principios animistas. Esta promueve la idea de que todos los seres vivos, así como el entorno natural, están interconectados y merecen respeto y cuidado.

El animismo trasciende el ámbito de la religión organizada y se manifiesta en movimientos sociales que abogan por una mayor conciencia y respeto por la naturaleza.


Filósofos y defensores del animismo

Aunque el término «animismo» fue acuñado por el antropólogo Edward Burnett Tylor en el siglo XIX en su obra Primitive Culture (1871), la discusión filosófica sobre el animismo ha evolucionado a través de diversas corrientes y pensadores que han intentado explicar la relación entre la vida, la conciencia y el universo.

Las primeras influencias filosóficas profundas se remontan a la Grecia antigua, en especial con pensadores presocráticos como Tales de Mileto, quien sostuvo que «todo está lleno de dioses». Esta frase sugiere una visión en la que los elementos naturales poseen una esencia o vida propia.

Por otra parte, filósofos modernos como Alfred North Whitehead han contribuido al panpsiquismo, sugiriendo que cada evento en la naturaleza tiene un aspecto experiencial y está en constante relación con los demás, uniendo así el universo en una red de interconexiones vivas.

Otro pensador influyente fue James Frazer, quien exploró cómo el animismo formaba parte de los sistemas de creencias más antiguos. Frazer vinculó el animismo con la magia y la religión, mostrando cómo los seres humanos a lo largo de la historia han atribuido alma y vida a todo lo que los rodea, desde plantas hasta fenómenos naturales.

De igual manera, Bronisław Malinowski, un influyente antropólogo polaco, abordó en su obra Magia, ciencia y religión (1925) cómo las sociedades indígenas contemporáneas mantenían formas de animismo en sus rituales y prácticas cotidianas. Sugiriendo que el animismo seguía siendo una fuerza cultural poderosa en muchas comunidades.

¿Qué es el animismo en la psicología?

En psicología, el animismo se refiere al fenómeno por el cual las personas, en especial los niños, atribuyen consciencia, vida o intencionalidad a objetos inanimados. Este enfoque estudia cómo la mente humana tiende a proyectar cualidades humanas en el entorno no-humano, y la forma en que las personas construyen su percepción del mundo.

Uno de los principales estudios en este campo es el del psicólogo suizo Jean Piaget, quien exploró cómo los niños, durante sus primeras etapas de desarrollo, suelen ver el mundo de manera animista, atribuyendo vida y emociones a objetos como juguetes o herramientas cotidianas.

Este fenómeno, conocido como animismo infantil, es una etapa natural en el desarrollo, donde los niños aún no distinguen con claridad entre lo vivo y lo no-vivo
.

El animismo en la psicología está muy relacionado con el desarrollo del pensamiento simbólico. A medida que los niños crecen y adquieren más conocimiento sobre el mundo, esta tendencia a atribuir vida a los objetos desaparece, lo que refleja su avance hacia formas de pensamiento más abstractas y realistas.



El animismo ha acompañado a los humanos desde el principio de los tiempos

Desde sus raíces en las primeras creencias espirituales de culturas ancestrales hasta su estudio en la filosofía y la psicología modernas, el animismo ha influido mucho en nuestra comprensión del mundo y de nuestra conexión con la naturaleza.

A lo largo de la historia, ha dado lugar a formas de espiritualidad y veneración hacia los elementos naturales, además de servir como base para el desarrollo de diversas doctrinas filosóficas como el hilozoísmo, el panpsiquismo y el vitalismo.

En última instancia, el animismo nos invita a reconocer la vitalidad en todas las cosas, motivándonos a desarrollar un respeto más profundo por la naturaleza y los seres que nos rodean.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.