¿Qué es la adultez temprana? Características y desafíos

La adultez joven se vive entre los 18 y 25-30 años. En este período surgen nuestros primeros vínculos, retos, decisiones importantes, búsqueda de identidad y nuevos roles sociales. Te contamos más.
¿Qué es la adultez temprana? Características y desafíos
Macarena Liliana Nuñez

Revisado y aprobado por la psicóloga Macarena Liliana Nuñez.

Última actualización: 07 julio, 2025

¿Alguna vez soñaste con crecer rápido y tomar tus propias decisiones? La adultez temprana es el momento cuando ese deseo se vuelve realidad, pero no siempre como lo imaginamos. Ya no quieres ser un niño, aunque tampoco tienes todo claro o bajo control. Es una fase de la vida llena de emociones, elecciones y nuevas responsabilidades. 

Ciertos autores la llaman la «etapa de los primeros»: primer trabajo, primera casa, primer amor, primeros pasos grandes. Va, más o menos, desde los 18 hasta los 25-30 años y, durante este tiempo, no solo hay cambios físicos; aparecen nuevas tareas de desarrollo, pensamientos, sentimientos y una forma de ver el mundo diferente.

Lo que se vive a lo largo de este período puede determinar el rumbo de la vida. La mente cambia, las emociones están a flor de piel, el círculo de amigos comienza a construirse y debilitarse al mismo tiempo; hay muchos desafíos que enfrentar. Te compartimos cuáles son estas transformaciones y retos, además de estrategias prácticas para adaptarse a esta fase y tener una mejor experiencia. 

Características de la adultez temprana

En esta etapa, también conocida como adultez joven, no solo se renueva el entorno que nos rodea, sino la forma en la que nos sentimos, nos relacionamos y pensamos sobre nosotros mismos. Es un período que marca el inicio de una transformación integral en la vida del individuo, en la que emociones, vínculos sociales y procesos mentales evolucionan con rapidez. Estos son los principales cambios que suelen darse.

1. Cambios emocionales

Inicia una montaña rusa de emociones. Se experimenta ansiedad, aparece el orgullo  y hay casos de frustración. Como ejemplos, lo primero, cuando se acerca una entrevista de trabajo y no paras de cuestionar si serás lo bastante bueno para el puesto. Lo segundo, al mirar al pasado y ver que te graduaste o vas a vivir solo por primera vez. Lo tercero, al pensar que ese proyecto con el que tanto sueñas y te gusta quizás termina mal y crees que podrías decepcionar a otros o a ti mismo.

El amor profundo surge y los vínculos románticos toman un rol más importante. Comienzan las primeras relaciones serias, y esto trae felicidad, pero al mismo tiempo dolor si algo no sale bien. A veces, esas ganas de construir un futuro en pareja vienen acompañadas de inseguridad, porque te comparas con los demás y sientes que no eres la persona ideal para alguien o que vas más lento que el resto.  

Además, esta etapa es fundamental para el desarrollo del autocontrol emocional, es decir, entender lo que se siente, manejarlo y no actuar solo por impulso. 

2. Cambios sociales

Con el inicio de la universidad, trabajo o entornos diferentes, las amistades cambian o se debilitan. Comenzamos a relacionarnos con nuevas personas y tal vez el vínculo con nuestros amigos de la infancia se pierde, lo que nos genera nostalgia.

El instinto por encajar está a flor de piel. Necesitamos ser aceptados, pertenecer a un grupo o encontrar un lugar en el mundo.

En algunos casos, la relación con padres y familia se modifica un poco. Ya no hay dependencia como antes y los lazos pueden quebrarse. Aunque no se rompen, son posibles los roces y problemas que no se resuelven con la misma facilidad de antes; todo es parte del crecimiento.

3. Cambios psicológicos

Desarrollamos mayor capacidad para planificar nuestro futuro y entender las consecuencias de nuestras acciones o elecciones. La madurez empieza a echar raíces. También se activa la construcción de una identidad más sólida: ¿quién soy?, ¿qué me gusta?, ¿qué quiero lograr?, ¿cuáles son mis valores? Estas son algunas preguntas que se hacen por primera vez de forma profunda.

Igualmente, surge el deseo de independencia. Las personas ya no quieren depender de sus padres y buscan tomar sus propias decisiones. Hay sentimientos de libertad, a la par del miedo por las nuevas responsabilidades y los caminos elegidos.  



Desafíos comunes de la adultez temprana

Así como hay sentimientos encontrados, también existen situaciones difíciles de afrontar durante esta etapa de la vida. Muchas decisiones por tomar, diferentes expectativas y, en ciertos casos, poco apoyo o claridad con todas las experiencias.

Presiones sociales y profesionales

La sociedad espera que una persona joven tenga todo claro en su vida: qué estudiar, en qué trabajar, con quién quiere estar, qué quiere lograr. Lo cierto es que no todos lo saben, y eso está bien. Algunos sienten que deben cumplir con sus metas antes de los 30: tener pareja, casa, trabajo estable o un cuerpo «perfecto». Esta presión social puede causar ansiedad o una sensación constante de no «estar haciendo suficiente».

Asimismo, comienzan las comparaciones con otros: «Mis amigos trabajan y yo no». «Ella se casó y yo sigo soltera». Pensar así puede hacer que la persona se sienta mal consigo misma o menos valiosa.

Salud mental y toma de decisiones 

Decidir es una parte clave en la adultez temprana. «¿Qué carrera estudiar?». «¿Me cambio de ciudad?». «¿Acepto este trabajo?». «¿Termino esta relación?». No siempre encontramos respuestas fáciles, equivocarse es parte del proceso, aunque duela, nos dé ansiedad, nos ponga triste o sintamos inseguridad, sobre todo si no tenemos apoyo emocional.

Hablar de salud mental, pedir ayuda o acudir a un profesional cuando algo no está bien es un reto constante; pero no olvides que cuidar la mente es tan importante como cuidar del cuerpo. 

Equilibrio entre vida personal y laboral

¿Cómo conseguimos un balance mientras hay que trabajar, estudiar e intentar mantener una relación social o de pareja? Para muchos, el tiempo no alcanza, lo que genera estrés. Ser organizados, decir «no» cuando es necesario y establecer límites sanos son algunos desafíos de la adultez temprana, así como aprender a descansar sin sentir culpa o a disfrutar sin pensar en lo que falta por hacer.

¿Y si la adultez llega antes de tiempo?

Hay personas que cargan con responsabilidades de adultos desde muy jóvenes, incluso antes de los 18 años. A veces, no por elección, sino por necesidad. Por ejemplo:

  • Enfrentar migraciones forzadas, debido a que el país de origen tiene problemas graves como violencia, inseguridad o falta de oportunidades.
  • Trabajar desde temprana edad, para ayudar con los gastos de la casa, del colegio o incluso para satisfacer necesidades propias o gustos, como comprarse algo.
  • Chicos que viven en medio de guerras o crisis económicas, obligados a laborar desde muy jóvenes, valerse por sí mismos y buscar cómo sobrevivir y asumir roles antes de tiempo.  
  • Adolescentes que cuidan a sus hermanos menores, ya que los padres trabajan todo el día, o porque tienen una red familiar disfuncional donde los adultos no son responsables con los menores, y los hijos mayores intentan adquirir esa obligación.

Estas situaciones hacen que la adultez llegue antes de tiempo. Y si bien pueden formarnos como personas fuertes y maduras, esto también puede causar cansancio emocional, ansiedad o una sensación de que perdimos nuestra niñez o que no vivimos esa fase con satisfacción. 



Consejos útiles para este período de la vida

Ya conoces las características y desafíos de esta fase de la vida. Ahora, ten presente estas estrategias prácticas para vivir una mejor experiencia siendo un adulto joven:

  • Celebra tus avances: cada paso que das, por pequeño que sea, es parte del crecimiento.
  • Adáptate a los cambios: la vida no siempre sigue el plan, pero puedes aprender a ajustarte.
  • Aprende sobre dinero: saber ahorrar y gastar con cuidado te dará más tranquilidad a futuro.
  • Elige bien tus relaciones: rodéate de personas que te respeten, te apoyen y te hagan sentir bien.
  • No te exijas tener todo claro: está bien no tener todo resuelto. Cada quien vive su proceso a su ritmo.
  • Organiza tu tiempo: planear tus días te ayuda a sentirte menos abrumado por el futuro y más enfocado en el presente.
  • Conócete mejor y descubre qué te gusta: averigua qué te importa y cuáles actividades te hacen sentir bien contigo mismo.
  • Cuida tu salud mental: conversa lo que sientes con amigos confiables y busca apoyo si algo te pesa o sientes que no sabes cómo manejar una situación.

Una etapa para sentir, fallar y crecer

La adultez temprana es una etapa única, llena de aprendizajes, retos y descubrimientos. No se tiene todo resuelto, se aprende paso a paso. Cada persona vive esta fase de la vida de forma distinta. Algunos con apoyo, otros en soledad. Algunos con muchas oportunidades, otros enfrentando barreras. Y todas esas experiencias son válidas.

Más que una lista de logros, la adultez temprana es un proceso. Un tiempo para equivocarse, volver a intentar, conocerse mejor y crecer. Comprenderla así, ayuda a vivirla con más paciencia, empatía y calma.


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