Descubre las señales y causas del victimismo

¿Tienes la sensación de que todo lo malo te sucede? ¿Conoces a alguien que siempre asume el papel de víctima y no sabes cómo ayudarla? En la siguiente lectura te damos todas las claves para actuar.
Descubre las señales y causas del victimismo
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 21 septiembre, 2023

Entre las causas del victimismo suele habitar un trauma o un problema emocional no abordado. Este patrón conductual que, quien más y quien menos, ha aplicado alguna vez, tiene una utilidad muy clara. Los que se lamentan y demuestran su frustración o sufrimiento, llaman la atención de los demás con el fin de despertar la compasión o una respuesta de ayuda.

Sin embargo, muchas veces el entorno se agota ante las demandas constantes y la emocionalidad negativa que les caracteriza. Es cierto, nadie niega que esta dinámica cansa. No obstante, lo más adecuado es actuar con empatía y procurar guiar a la persona para que rompa ese ciclo de queja persistente. A continuación, te explicamos cómo llevarlo a cabo.

«Cuidado con la tristeza, es un vicio».

~ Gustave Flaubert ~

Definición y señales de la mentalidad de víctima

El victimismo es un comportamiento persistente que demuestran las personas que creen no tener control sobre su vida. En sus mentes, asumen que siempre les sucederán cosas malas y que nadie les ayudará. Su enfoque conductual está basado en la indefensión y demuestran una carencia absoluta de habilidades de afrontamiento.

Tanto si tú o alguien cercano evidencia esta realidad psicológica, hay un hecho innegable: resulta imposible actuar de otro modo. Aunque el entorno insista en que hay que cogerse la vida de otra manera o afrontar lo que duele, la mente está encallada en la impotencia, la negatividad y la frustración. Toma nota de más señales asociadas a este tipo de mentalidad.



Componentes que la definen

Una de las características más definitorias del victimismo es la estabilidad de este constructo. Cualquiera puede hacerse la víctima en algún momento puntual, pero quienes evidencian esta conducta de forma persistente la arrastran durante años. Te describimos las señales:

  • Resistencia al cambio: el apego al papel de víctima proporciona una sensación de identidad y seguridad difícil de variar. Les es casi imposible adoptar otro enfoque.
  • Enfoque en las carencias: sus miradas solo ven lo que no tienen, lo que les falta, lo que han perdido y todas esas parcelas de su realidad más negativa. Son incapaces de apreciar lo que les rodea.
  • Sentimientos de injusticia: si hay algo que perciben es que todo el mundo les ha tratado de manera injusta. Nadie ha tenido conmiseración con ellos. Es, sin duda, un enfoque mental muy desgastante.
  • Dependencia de los demás: estas personas buscan de forma persistente la validación y apoyo de su entorno. Es su principal prioridad lograr despertar compasión en sus amigos, familiares, desconocidos, etc.
  • Falta de responsabilidad personal: la mentalidad victimista culpa a otros o a la propia vida de todos sus problemas. En lugar de asumir la responsabilidad de sus acciones y decisiones, se anclan a la indefensión.
  • Falta de empoderamiento: a menudo, estas personas asumen una conducta con base en la irresponsabilidad afectiva. Están atrapadas en la negatividad. Creen que no tienen el poder para cambiar sus circunstancias o tomar el control de sus vidas.
  • Sesgos cognitivos: la revista Changing Societies & Personalities explica que, por lo general, las creencias irracionales son un detonante para desarrollar una conducta de victimización. Ideas como «en la vida solo me han pasado cosas malas» o «no puedo esperar que nadie me ayude» conforman una característica nuclear.
La causa fundamental detrás de la mentalidad de víctima proviene casi siempre de una ruptura o traición a la confianza. Esto edifica un trauma silencioso que no se aborda y que altera la conducta y la forma de relacionarse con los demás.

5 causas del victimismo

Hay diferentes causas del victimismo y, todas ellas, confluyen en un aspecto: en el sufrimiento interno. No son hombres y mujeres que busquen llamar la atención solo por capricho. Demandan apoyo porque en su interior navega el dolor emocional. Lo comprenderás mucho mejor cuando te detallemos los detonantes que la orquestan.

1. Traición a la confianza

¿Alguien te hizo daño en el pasado? ¿Te engañaron? ¿Tu familia, una amistad o tu pareja te traicionaron en algún momento? Este tipo de dinámicas tienen un gran impacto en el estrato emocional del ser humano. En Frontiers in Psychology explican que detrás de las experiencias de victimización está con frecuencia un atentado a la confianza.

2. Experiencias traumáticas

Cada persona reacciona al trauma de forma particular. Hay quien evidencia un enfoque más resiliente, otros derivan en diferentes condiciones de salud mental y muchos cambian su actitud y conducta.

Es común que la vivencia de un hecho adverso se exprese mediante el abatimiento, la negatividad y la búsqueda de atención ajena. El dolor no gestionado alimenta la idea de que no tienes el control de tu vida. También, de que la culpa de tu sufrimiento la tienen los demás y que no puedes hacer nada al respecto. Esto edifica un círculo vicioso del que cuesta salir.

Como señala un artículo de Personality and Individual Differences, la necesidad de reconocimiento, la rumiación y hasta la falta de empatía pueden hacer acto de presencia.

3. El entorno social

Entre las causas del victimismo está el entorno en el que creces, los modelos educacionales que recibes y lo que observas en tu familia. Estar en un contexto en el que se culpa a los demás de lo que le sucede a uno refuerza esta mentalidad. Resulta valioso considerar este factor, porque cuando uno asienta este enfoque mental, se convierte en hábito y cuesta desprenderse de él.

4. Falta de habilidades de afrontamiento

La falta de habilidades para hacer frente a los desafíos y el estrés hace que, en ocasiones, se adopte este enfoque. Es un recurso inmaduro y poco efectivo, pero cuando no se ha podido aprender otro más hábil, se tira de él en cada circunstancia. Y lo cierto es que al final la persona le encuentra utilidad. Te pondremos algunos ejemplos:

  • Permite no responsabilizarte de ti.
  • Tu entorno cercano acaba resolviendo tus problemas.
  • Ser una víctima te hace sentir que los demás te valoran más.
  • Se convierte en un hábito de supervivencia que no puedes desaprender.
  • La gente no vendrá con sus preocupaciones porque ya sabe que tienes las tuyas.
  • Descubres que tienes más influencia sobre los demás cuando te haces la víctima.

5. Técnica de manipulación

No podemos dejar de lado que, entre las causas del victimismo, está la intención manipulativa. Es un recurso que pueden emplear algunos perfiles con el fin de obtener poder sobre los demás. Sin embargo, te insistimos en que, por lo general, detrás de quien evidencia esta característica hay alguien que sufre y que no siempre busca engañar o manipular al resto.

¿Cómo ayudar a alguien con mentalidad de víctima?

Evita dejar de lado a quien demuestra esta conducta y actitud. No juzgues o critiques, empatiza. Es más, si al leer las señales y causas del victimismo te identificaste, te animamos a llevar a cabo ciertos cambios. Si bien el proceso de abordaje es complejo y delicado, puedes vencer la mentalidad de víctima. Lo logras de la siguiente manera:

  • Validar las emociones: el primer paso es reconocer y validar tus emociones o de la persona que demuestra esta conducta. Es importante aceptar cada realidad interna, sin juzgarla o reprimirla.
  • Enfoque mental resiliente: es momento de enfrentar los desafíos pequeños y grandes de manera positiva, proactiva y resiliente. Mira la vida con esperanza y confía en tus fortalezas internas, esas que siempre puedes desarrollar al máximo.
  • Desarrollar habilidades de afrontamiento: siempre es buen momento para aprender recursos sobre cómo afrontar situaciones difíciles de manera efectiva. Esto puede incluir aprender habilidades de manejo del estrés y comunicación asertiva.
  • Fomentar la autoconciencia: hay que promover un enfoque mental reflexivo desde el cual tomar conciencia sobre cómo el victimismo altera la vida y la felicidad. Puedes plantear preguntas abiertas como: «¿Esta mentalidad afecta a mi bienestar?».
  • Terapia cognitivo-conductual: el victimismo suele tener detrás algún trauma no resuelto. En este sentido, tal y como señalan en Frontiers in Psychiatryla terapia cognitivo-conductual es uno de los modelos que cuenta con mayor respaldo y evidencia.
  • Trabajar la responsabilidad personal: es decisivo recuperar cierto grado de control sobre la propia vida y tus decisiones. Empieza con pequeños pasos, como procurar mejorar tu estado de ánimo mediante actividades placenteras. Dejar de depender de los demás para resolver tus problemas es un gran paso.


El victimismo, una llamada de atención

La vida no siempre es fácil y, a veces, hay quien afronta los momentos difíciles de forma poco eficiente. Una decepción, un atentado a la confianza o un hecho doloroso es la semilla que hace germinar el victimismo. Estás ante un patrón psicológico de alguien que busca llamar la atención con el fin de recibir apoyo.

Es cierto que su negativismo frustra; que ver esa pasividad a la hora de lidiar con su dolor, cansa. Pero son mentes heridas que no saben gestionar su sufrimiento de otra manera. Míralas con compasión y guíalas para que soliciten ayuda especializada. Asimismo, en caso de que sintonices con esta realidad, te diremos que mereces sentirte mejor. Tienes recursos para el cambio: úsalos.


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