Simone de Beauvoir: biografía y aportes a la filosofía existencialista y el feminismo

El nombre de Simone de Beauvoir es muy reconocido en la actualidad. Pero, ¿sabes quién fue en realidad esta mujer? En este artículo te contamos, entre otras contribuciones, cómo esta filósofa introdujo el pensamiento feminista.
Simone de Beauvoir: biografía y aportes a la filosofía existencialista y el feminismo

Escrito por Jennifer Rojas

Última actualización: 03 diciembre, 2023

Cuestionar las prácticas sociales existentes en pleno siglo XX puede ser todo un desafío. A pesar de ello, la pluma de Simone de Beauvoir no se dejó amedrentar. Ella volcó sobre el papel excepcionales reflexiones que iniciaron grandes cuestionamientos hacia el status quo de la mujer.

En este artículo, te contaremos sobre dicha filósofa y sus aportes al feminismo. Su obra magna, El segundo sexo representó un antes y un después en la forma de pensar al género femenino. Todo ello abordado a través de una perspectiva histórica y existencialista. Continúa la lectura para saber más.

¿Quién fue Simone de Beauvoir?

Simone de Beauvoir (1908-1986) fue una reconocida filósofa y escritora francesa. Nació en París, en la comuna de Montparnasse, un 9 de enero. El contexto en que creció fue determinante para la vida intelectual de esta francesa, pues se crio en el seno de una familia burguesa acomodada.

Sin embargo, una serie de eventos desafortunados ocasionaron que la riqueza familiar disminuyera, derivando en que la filósofa no tuviera ninguna dote para contraer matrimonio. En este escenario, su formación académica estuvo orientada a forjar una mujer independiente en materia económica, ya que no podría casarse.

La travesía intelectual de Simone se gesta en su propia historia familiar. Se cuenta que sus padres, desde una edad muy temprana, fomentaron en ella el gusto por la lectura y la escritura. De hecho, tuvo acceso a libros y librerías desde muy pequeña, lo que sería decisivo para su preparación como escritora.



Vida académica

El camino académico y formativo de esta intelectual comienza a sus 5 años. A esta edad inicia sus estudios formales en un colegio católico llamado Adeline Désir Institute. Era tan brillante y dedicada en su instrucción que, en 1924, se recibió del bachillerato con honores.

Es en el curso de su preparación para las evaluaciones del segundo bachillerato que Simone se encuentra con la filosofía. Su primer acercamiento fue a través del pensamiento cristiano de Santo Tomás de Aquino. A partir de este momento, decidió que quería continuar sus estudios en esta disciplina.

Su tenaz dedicación impulsó a que en el año 1925 aprobara los exámenes de bachillerato en matemáticas y filosofía. Un año después, en 1926, comenzó sus estudios filosóficos en la Universidad de la Sorbona. Allí realizó su tesis de posgrado sobre Leibniz, aproximándose por primera vez a cuestiones existencialistas.

La vida de Simone estuvo muy marcada por la academia, la enseñanza y la escritura. Tanto en su paso por la universidad como en su carrera como profesora, esta filósofa se vinculó con grandes intelectuales famosos. Uno de ellos fue Jean-Paul Sartre, quien se convirtió en su compañero de vida y de pensamiento.

Una filósofa existencialista

La filosofía de esta pensadora francesa se inscribe en la corriente conocida como existencialismo. La misma surgió en el siglo XX, gracias a la reflexión de diversos filósofos, entre los que se encuentra Sartre.

El pilar sobre el que se sostiene el existencialismo es el concepto de ser humano. De acuerdo con los existencialistas, el ser se crea a sí mismo a través del ejercicio de su absoluta libertad. Simone parte de esta noción y, en su camino reflexivo, desarrolla otros conceptos que son útiles para pensar el contexto de las mujeres.

Libertad y situación

Según el existencialismo, los seres humanos gozamos de una absoluta libertad. Sin embargo, la filósofa francesa fue perspicaz en notar que estamos enmarcados en una situación o contexto específico.

La feminidad no es esencia ni naturaleza; es una situación creada por las civilizaciones a partir de ciertas condiciones fisiológicas.

~ Simone de Beauvoir ~

Estos entornos definen y condicionan el ejercicio de la libertad. En este sentido, la pensadora considera que hay situaciones que posibilitan u obstaculizan el ejercicio de la libertad, premisa decisiva para el desarrollo de su filosofía feminista.

Noción de sujeto

El pensamiento de esta francesa es novedoso porque considera al sujeto o individuo como una construcción social y cultural, lo cual significa que las personas nos creamos a nosotros mismos en función de la sociedad en la que estamos inmersos.

En El segundo sexo (1949), Beauvoir sostiene que las mujeres viven una situación cultural impuesta por los hombres. Por eso el género femenino no tiene una vida auténtica y sufre la opresión por parte de los varones.

Opresión

Bajo la perspectiva de esta filósofa, las mujeres sufren opresión o prejuicio sexista por parte de los hombres. ¿Qué significa esto? Se refiere al daño que una persona inflige hacia otra. Ahora bien, ¿cuándo se produce? En el momento en que los demás impiden a otro realizar su proyecto de vida.

El feminismo en Simone de Beauvoir

El pensamiento feminista de Simone de Beauvoir se vio condicionado por su historia de vida. Desde muy pequeña supo, de alguna manera, que ella era dueña de su propia existencia. No obstante, una mirada a la situación de las mujeres en su época le dio la pauta de que su realidad no era la de todas.

Es aquí donde comienza la reflexión en torno a la mujer. Al respecto, un artículo de la revista Cadernos Pagu sostiene que la perspectiva que utiliza la autora para su estudio es un existencialismo diferente al de otros filósofos, al reparar en cuestiones que antes fueron ignoradas. Por ejemplo, el estatuto ético-político y cómo afecta a las mujeres.

Así, puso en palabras una realidad que hasta el momento no se tenía en cuenta: las mujeres son segundas con respecto a los varones. De ahí el nombre de su obra maestra.

El segundo sexo

En particular, Simone de Beauvoir sostiene que el género femenino no tiene la libertad de construir su propio ser. Entonces, son la sociedad y la comunidad las que dictan lo que las mujeres deben ser, puntualizándolo como opresión.

No se nace mujer: se llega a serlo.

~ Simone de Beauvoir ~

Por lo tanto, el contexto social y cultural en el que las mujeres forman su subjetividad determina ciertas características sobre la feminidad. Entre ellas se encuentran la docilidad, sumisión, sensibilidad, entre otras. De este modo, se asignan a las mujeres ciertos roles determinados por su fisiología, como es el caso de la maternidad.

Su situación se agrava si carece de medios económicos para sustentarse a sí misma, obstaculizando así su libertad. En este sentido, el existencialismo que propone la pensadora sostiene que la subjetividad solo puede ser desarrollada mediante la acción. Es decir, si no hacemos algo para cambiar nuestra situación de opresivas, dejaremos que otros decidan nuestro proyecto de vida.

Importancia de El segundo sexo en el feminismo

Sin lugar a dudas, El segundo sexo representó el punto de partida del pensamiento feminista. A partir de esta obra, la historia de la condición de ser mujer es tomada en cuenta por primera vez.

Algunos aportes importantes que nos legó esta filósofa francesa con su obra maestra fue el adelanto de conceptos muy utilizados en la actualidad. Tal es el caso de la noción de género, por ejemplo.

Asimismo, se evidenció a través del estudio histórico la sumisión sufrida por las mujeres a través de los hombres. Y, de igual manera, la falta de cuestionamiento hacia lo masculino. Por esto, El segundo sexo fue una revolución para la época y los posteriores estudios sobre el género y el feminismo.


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¿Qué nos dejó esta filósofa francesa?

La vida de Simone de Beauvoir, dedicada casi de modo exclusivo a la intelectualidad, nos sirve hoy en día para pensarnos como seres humanos. Más aún, su foco en el estudio sobre la condición de ser mujer nos ayuda a cuestionarnos a nosotras mismas.

Reflexionar sobre nuestra libertad, capacidad de elección y autenticidad son fundamentales para desarrollar nuestro proyecto de vida. ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué queremos lograr? ¿Qué lugar ocupamos en el mundo? Todas estas preguntas pueden tener una respuesta en la filosofía de esta pensadora francesa.


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