Soren Kierkegaard: biografía del padre del existencialismo

La obra de Søren Kierkegaard se fundamenta en dos dimensiones básicas que definieron también la esencia de su vida: el amor y la fe
Soren Kierkegaard: biografía del padre del existencialismo
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 30 junio, 2020

Cuentan de Soren Kierkegaard que amó hasta el último día de su vida a Regina Olsen. Sin embargo, su propósito era dedicarse, en cuerpo y alma, al estudio de la filosofía y a la fe cristiana. Este teólogo y filósofo danés lidió siempre con el peso de esa angustia, con el sufrimiento de no poder liberarse a sus afectos. Sin embargo, gracias a ello pudo dar forma a su legado teórico.

La obra de Kierkegard se fundamenta sobre el sentido de la fe. Solo a través de esta dimensión era posible alcanzar la salvación y el equilibrio en momentos de desesperación. Esta perspectiva era, a su vez, una reacción frente al idealismo de Hegel. Aún más, un aspecto que definió al célebre filósofo danés, fue también su voz crítica ante esas instituciones religiosas que actuaban, según él, con hipocresía.

En sus libros  Temor y temblor, Migajas filosóficas o El diario de un seductor entendemos ese dualismo que tamizó toda su vida. El amor, el sufrimiento y la pasión imposible frente a la necesidad de consagrarse a la teología marcaron ese día a día tumultuoso de una de las figuras más relevantes e interesantes de la filosofía.

Así, mientras la iglesia danesa proponía un Dios racional que premiaba las buenas obras, el Dios de Kierkegaard no entendía de devociones, solo respondía al temor. Su filosofía asentó las bases del existencialismo del siglo XX. Definió como nadie la subjetividad humana y al individuo para diferenciarlo de las masas, y sirvió también de inspiración a pensadores como Jean-Peal Sartre, Friedrich Nietszche y Albert Camus.

“Quien se pierde en su pasión, pierde menos que el que pierde la pasión”.

-S. Kierkegaard-

Søren Kierkegaard

Biografía de Soren Kierkegaard

Soren Kierkegaard nació en el seno de una acaudalada familia de Copenhague en 1813. Era hijo de Michael Pedersen Kierkegaard, un pastor de Jutlandia férreamente religioso y con un sentido de la existencia muy puritano. Su madre era Anne Sorensdatter Lund Kierkegaard, una joven sirvienta a la que su padre dejó embarazada y por cuyo hecho, sintió siempre sobre su persona el peso del pecado.

El joven Soren fue a la Escuela de Virtud Cívica, para después, seguir con los designios paternos: estudiar teología en la Universidad de Copenhague. Ahora bien, cabe señalar que él siempre estuvo más interesado por la filosofía y la literatura. Asimismo, un hecho destacable de su primera juventud fue conocer con 15 años a Regina Olsen, con quien llega a comprometerse cuando acaba sus estudios.

Ahora bien, su padre fallece en 1838, no sin antes hacer que Soren le prometiera algo muy concreto: que se haría pastor, que consagraría su vida a Dios y al estudio. El peso de esa promesa se convirtió entonces en esa ancla que frenó de forma irremediable su vida afectiva. Rompió su compromiso con Regine, le hizo devolverle el anillo y, más tarde, se fue a Berlín.

Los siguientes 10 años serían los más productivos en la vida de este joven teólogo. La creación que originó en ese periodo fue sin duda una de las más destacables de la historia de la literatura.

El amor, la culpa y el sufrimiento

En 1943 publica 6 obras. Una de ellas es sin duda Temor y Temblor donde profundiza en un tema que será recurrente en la mayoría de sus obras: su amor por Regine. En esta obra navega en la culpa, el dolor y el devoto sentido de obediencia a su religión. Justo en ese mismo año, descubre al volver a Copenhague, que la joven acaba de casarse con Fritz Schegel.

Ese hecho borra por completo cualquier segunda oportunidad. Algo que él mismo había impedido, se alzaba ahora como una realidad aún más dura e insondable. Los meses que vinieron después de aquello fueron también muy fructíferos, desde un punto de vista literario y filosófico.

Cuadro de Kaspar Friedrich

Destacan, por ejemplo, sus trabajos centrados en la crítica de las teorías de Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Libros como Migajas filosóficas, El concepto de la angustia y Etapas del camino de la vida nos hablan de esos pensamientos y realidades emocionales que experimenta la persona que se enfrenta a la adversidad. Algo en lo que fue todo un especialista.

Soren Kierkegaard y su hermano Peter fueron, poco a poco, los únicos supervivientes de una familia caracterizada por la tragedia. El padre les recordó siempre que estaban malditos, que sobre ellos pesaba la sombra del pecado y que, por ello, todos se irían tempranamente del mundo. Irónicamente esa “profecía” se cumplió. Porque él mismo acabaría falleciendo también de forma temprana a los 42 años.

Nunca quedó muy clara cuál fue la causa de su muerte. Se sabe que presentaba algún tipo de invalidez, que su salud nunca fue buena. No obstante, ello no evitó que nos dejara un nutrido y excepcional legado literarios y filosófico. A su vez, es interesante destacar un detalle: Soren Kierkegaard incluyó a Regina en su testamento.

El legado de  Soren Kierkegaard

A William James le gustaba citar muy a menudo una de las frases más conocidas de Soren Kierkegaard  “vivimos hacia adelante, pero entendemos al revés”. Fue el filósofo y teólogo danés de la subjetividad. Así, y aunque en un primer momento nos parezca que todo lo que nos dejó estaba impregnado por cierta negatividad y desesperación, cabe decir que no fue así.

Nos enseñó que vivir es saber elegir. Nos hizo ver que en cada elección se va conformando nuestra existencia para definir quién somos y qué vamos dejando atrás. Asimismo, también quiso esforzarse en que las personas comprendiéramos el sentido de la angustia y el sufrimiento. Todo ello forma parte de la vida y el único modo de aliviar el dolor es, según Kierkegaard, mediante la fe.

Frases escritas con pluma

El escritor de los pseudónimos y el existencialismo

Soren Kierkegaard llevó a cabo gran parte de su trabajo bajo diversos pseudónimos como Victor Eremita,  Johannes de Silentio, Anti-Climacus, Hilarante Bookbinder o Vigilius Haufniensis. Hacerlo de este modo cumplía en realidad un fin muy concreto: representar distintas formas de pensamiento.

Esta estrategia definía lo que el llamaba “comunicación indirecta”. De ese modo, podía explorar puntos de vista diferentes a los suyos y llegar así de una forma más rica y profunda al lector. A su vez, uno de los propósitos de Kierkegaard era también enseñar de qué modo podría llevar la vida una persona, estableciendo así tres tipos de existencia:

  • La primera esfera es la esfera estética. Esta definía un modo de existencia centrado en el placer, el hedonismo o el nihilismo.
  • La esfera ética da forma a una existencia donde el individuo es capaz de responsabilizarse de sí mismo. Aquí uno puede diferenciar el “bien y mal” y ser consecuente con esos principios.
  • La esfera religiosa era la más elevada para Kierkegaard. En ella, el ser humano logra una relación personal con Dios desde la que alcanzar propósitos más nobles.

El filósofo de la angustia, el filósofo de la autoironía

Figuras como Albert Camus no dudaron en definir a Soren Kierkegaard como el filósofo de la autoironía. Fue ese teólogo que defendió la fe por encima de todas las cosas, pero que no dudó nunca en atacar a la iglesia danesa. Fue ese joven que rechazó al amor de su vida, pero que no dejó ni un día de amar a la muchacha que le sirvió de musa absoluta en gran parte de sus obras.

Asimismo, exaltó siempre la necesidad de cultivar un espíritu religioso, sin embargo él mismo vivió inmerso en una esfera estético-ética.

Otro aspecto que le definió fue ese concepto que marcaría la obra de grandes escritores posteriores como Kafka, Unamuno o el filósofo Ludwig Wittgenstein. Nos referimos a la angustia. Ese sentimiento que según Fernando Savater nunca pasará de moda. Porque ese estado (en danés: b egrebet angest)  define también una experiencia donde, de pronto, tomamos conciencia de que hay más opciones. De que somos libres para saltar al vacío o bien dar un paso atrás y buscar otros caminos.

Siempre hay alternativas al sufrimiento, pero el sufrimiento por sí mismo también nos ayuda a crecer.  Las enseñanzas de Soren Kierkegaard como vemos, siempre estarán presentes.


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  • Garff, Joakim (2007) Søren Kierkegaard: A Biography.  Princeton University Press

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