Técnica de la pendulación para manejar la angustia

La angustia de un trauma no solo se aloja en la mente, sino que también queda impreso en nuestro cuerpo. Un modo de abordar este tipo de sufrimientos es a través de una herramienta que hunde sus raíces en la terapia somática. ¿Quieres descubrirla?
Técnica de la pendulación para manejar la angustia
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 17 abril, 2024

¿Cuántas veces al día te dices «tengo que ser fuerte» o «tengo que poder con esto»? Puede que infinitas veces. Intentamos sacar fuerzas y aliento de nuestros estratos psicológicos más profundos casi a cada instante. Sin embargo, en ese intento, lo que hacemos también es reprimir nuestras emociones. Sofocamos la tristeza y las angustias para procurar seguir adelante y cargar con todo.

Las personas estamos programadas para sobrevivir y no tanto para ser felices. Según esta particular regla de tres, el cerebro siempre priorizará más luchar, vencer obstáculos y evitar el dolor a toda costa. Esto explica por qué nos cuesta gestionar las emociones difíciles, esas que al no ser entendidas y reguladas se adhieren a nuestro organismo en forma de innumerables molestias físicas.

Las personas que más suelen somatizar son aquellas que arrastran un trauma no resuelto. El sufrimiento se manifiesta con frecuencia en forma de ataques de pánico, palpitaciones, mareos, cefaleas, dolores musculoesqueléticos… Por no hablar de los efectos psicológicos. No es fácil desenredar las fuertes madejas de las heridas no sanadas.

Un recurso psicológico que podemos aplicar en estos casos es una técnica que parte de la terapia somática. Liberar la carga de la angustia en el cuerpo es posible gracias a esta interesante herramienta.

La pendulación es una técnica que desarrolló Peter Levine dentro del contexto de la terapia de la experiencia somática.

Hombre relajado con los ojos cerrados pensando en la Técnica de la pendulación
La técnica de la pendulación requiere que vayamos escaneando nuestro cuerpo en busca de áreas de dolor y áreas en calma.

¿Qué es la técnica de la pendulación?

La técnica de la pendulación es un recurso desarrollado por el doctor Peter A. Levine para la terapia de experiencia somática. Levine es una de las figuras de la medicina y la psicología que más han contribuido al estudio y el  tratamiento del trauma. Libros como Curar el trauma (2022) o Memoria y trauma (2018), son dos referencias de gran éxito de su trabajo.

El doctor Levine fue, además, consultor de estrés para la NASA. Sin embargo, si por algo es conocido, es por su trabajo en numerosos centros clínicos para abordar el dolor emocional. Su modelo terapéutico de la experiencia somática es, según una investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén, un recurso efectivo para el tratamiento del estrés postraumático.

Su enfoque para abordar los traumas está basado en la conciencia corporal. Es decir, no basta solo con ser conscientes y reflexionar sobre nuestros sufrimientos, angustias y malestar emocional. El trauma también se queda «enquistado» en el cuerpo, ocasionando tensiones, ataques de pánico, problemas del sueño, etc.

El objetivo no es otro que liberar, canalizar esa energía congelada. Y es ahí cuando la técnica de la pendulación entra en juego.

«El trauma reside en nuestro sistema nervioso, no en el evento que lo originó».

-Peter A. Levine-

¿Para qué sirve?

La técnica de la pendulacion tiene como objetivo llevar a la persona desde un estado de angustia hasta la homeostasis o el punto de calma. Sin embargo, el objetivo no es solo apaciguar el estrés o alcanzar un estado de relajación interna. No estamos ante un recurso de relajación, sino de sanación del trauma psicológico y para ello, hay que tener presente la íntima vinculación entre cuerpo y mente.

La meta es centrarnos en esas emociones difíciles que se adhieren a nosotros y entonces ir tolerándolas para desgranarlas y liberarlas muy poco a poco. El doctor Levine incide en la necesidad de actuar con delicadeza, sin prisas. Hay que contactar con cada gota de dolor emocional que hiperactiva el sistema nervioso central para ir sanándolo, evitando así intensificar el propio trauma psicológico.

¿Cómo llevarla a cabo?

La angustia que se deriva de un trauma se retroalimenta a diario por unos esquemas mentales, unas emociones asociadas y unos correlatos corporales que se derivan de dicho estado psicoemocional. El cuerpo duele porque el sistema nervioso central nos inmoviliza, porque está atenazado por las experiencias vividas y esa mente encallada en una experiencia pasada.

La técnica de la pendulación busca «mover» toda esa energía negativa desde la sobreexitación al sosiego. Desde el dolor al alivio. Implica regular la fisiología de la amenaza para llevarla hasta un estado de seguridad. Tal proceso no es sencillo, pero debemos intentarlo, entrenar mente, cerebro y cuerpo para tratar nuestros traumas.

Veamos ahora esos mecanismos:

1. Cuando sientas angustia, procura darle espacio y tolerarla

A veces nos llega un recuerdo. Puede que un estímulo, una experiencia o una situación determinada active en nosotros el pinchazo de la angustia, la losa de ese dolor que asfixia y paraliza. La primera etapa de la técnica de la pendulación requiere que tomemos contacto con el dolor emocional y lo describamos:

  • ¿Dónde lo sentimos? ¿En el pecho, en el estómago? ¿Nos cuesta respirar? Describámoslo.
  • Si sientes que la angustia te desborda, céntrate solo en una pequeña porción de ese dolor. La idea es que ese malestar sea manejable y no te abrume para poder trabajar con él.
  • La pendulación busca que nos familiaricemos también con la propiocepción, las vivencias kinestésicas y toda percepción subjetiva. No podemos olvidar que un trauma se asocia, a menudo, a muchos recuerdos físicos, como el olor, el gusto, los sonidos, etc.

2. Busca espacios sin dolor en tu cuerpo

Ya has tomado contacto con esas zonas de tu cuerpo que está atenazas por la molestia, la tensión o el dolor. Ahora, toma conciencia de esas áreas de ti que no experimentan ninguna alteración y que están en calma, relajadas. Puede que haya una zona de tu abdomen que no te duela, al igual que tus manos, tu frente o tu cuello.

Escanea tu cuerpo en busca de regiones en armonía y sin molestias y céntrate en ese sentimiento. Si no encuentras ninguna, focalízate en tu dedo meñique. En esos espacios nada duele, nada turba, todo es relajación.

3. Pendular, ir del dolor a la calma

La última etapa de la técnica de la pendulación es la más interesante. La tercera etapa consiste en «pendular» desde esas áreas tensionadas y dolorosas, hasta esas regiones relajadas de nuestro cuerpo. Debes ir desde la herida a la calma, desde ese pecho o estómago dominado por la ansiedad y la angustia, hasta esas áreas en las que todo es armonía.

Casi sin que te des cuenta, irás tolerando mucho más las emociones difíciles. El trauma se irá descongelando, para liberar esa energía emocional que te atenazaba y bloqueaba.

Emociones como la vergüenza, el miedo o la humillación son estados asociados al trauma original, que se adhieren en forma de energía en el sistema nervioso central durante años.

Rostro con luz en el interior simbolizando el efecto de la Técnica de la pendulación
La técnica de la pendulación parte de la idea de que la energía emocional de nuestros traumas altera el sistema nervioso, dejándolo en un estado de alerta permanente.

Conclusión

Según el doctor Peter A. Levine, todos tenemos un poder de curación innato que podemos activar. Porque como bien hemos señalado, aunque no estemos programados para ser felices, sino para sobrevivir, la resiliencia también es una parte integral del ser humano. Para sanar, según la terapia somática, no podemos desarraigarnos del cuerpo atendiendo solo la mente.

Pendular significa ir de una dimensión a otra, desplazarse de un punto fijo al otro, y a la inversa. En este caso, la mente debe logrará con lentitud y aplomo, ir tolerando el dolor emocional. Para ello, recordemos, hay que situar la atención en el mapa del cuerpo para convencerlo de que deje de actuar a la defensiva.

Debemos aliviar esas reacciones corporales que están siempre alerta y movilizadas para protegernos, convencer a nuestro organismo y al cerebro de que estamos a salvo. Es momento de sentirnos seguros.


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  • Barratt, B. B. (2013, January 10). The emergence of somatic psychology and bodymind therapy. London: Palgrave McMillan
  • Payne, P., Levine, P. A., & Crane-Godreau, M. A. (2015, April 14). Corrigendum: Somatic experiencing: Using interoception and proprioception as core elements of trauma therapy. Frontiers in Psychology
  • Levine, P.A. (2013). En una voz hablada. Cómo el cuerpo libera el trauma y restaura el bienestar, Buenos Aires: Alma Lepik.
  • Levine, P.A. (2013). Sanar el Trauma. Un programa pionero para restaurar la sabiduría del cuerpo, Madrid: Neo Person.

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