Terapia psicodélica: qué es y cómo funciona

La terapia asistida con psicodélicos se muestra efectiva en el estado de ánimo de las personas con estrés postraumático. Cuando estas sustancias son prescritas de manera facultada, contribuyen a operar un cambio emocional valioso en el contexto de la intervención. Descubre más en el siguiente artículo.
Terapia psicodélica: qué es y cómo funciona
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 24 abril, 2023

La terapia psicodélica es una intervención prometedora con un amplio respaldo científico. Instituciones como el centro Johns Hopkins, por ejemplo, abordan desde hace años la investigación de este enfoque; en concreto, de la psilocibina. Los expertos apuntan a que este tipo de recurso podría revolucionar el campo de la salud mental.

Los ensayos clínicos para el tratamiento psicológico iniciaron en los años 90, con resultados interesantes. Ahora mismo, se sabe que tienen la capacidad de aliviar síntomas de la depresión, la ansiedad y las adicciones. Cabe señalar, eso sí, que la administración de estas sustancias se lleva a cabo por profesionales y en entornos controlados. Sigue la lectura para informarte más.

El tratamiento psicodélico con psilocibina puede aliviar el trastorno depresivo mayor en adultos, durante una media de 30 días.

¿En qué consiste la terapia psicodélica?

Esta es una técnica empleada por la psiquiatría en la que se usan sustancias psicodélicas para el tratamiento de diferentes condiciones mentales. Quizás lo primero que viene a la mente son drogas que, como el LSD, surgieron entre los años 50 y 60 y que acabaron ilegalizadas. Se vinculan, incluso, a más de una práctica espiritual con raíces históricas profundas.

Ahora bien, la ciencia lleva décadas realizando estudios regulados y aprobados por instituciones médicas. Por ejemplo, hay ensayos evidenciando que la psilocibina es un alcaloide con un gran potencial para la salud mental. Así, parece que estos hongos procedentes de regiones tropicales servirían como antidepresivos.

Un trabajo de la Universidad de Maryland, en Baltimore, destaca cómo la aparición de estos tratamientos supondría un cambio en el abordaje de muchos trastornos.

Cabe señalar que, en ocasiones, los enfoques tradicionales para la depresión mayor o el estrés postraumático no son del todo efectivos. En estos casos, es posible que la administración segura de compuestos psicodélicos marque la diferencia entre el éxito y el fracaso de la intervención.



¿En qué áreas han mostrado beneficios la terapia psicodélica?

Gracias a los ensayos de instituciones médicas, universitarias y farmacológicas cada vez se conocen más los beneficios de estas sustancias. Su microdosificación genera transformaciones en los mecanismos cerebrales que se traducen en la calma del dolor emocional, un mayor enfoque mental y un cambio en la percepción. Las siguientes son las áreas en las que se identifican mejoras significativas:

  • La terapia psicodélica sería útil para personas con adicciones.
  • Se notan avances en pacientes con depresión persistente y ansiedad.
  • También hay datos relevantes en pacientes con cáncer terminal que sufren una elevada angustia existencial. Con este tratamiento se favorece su estado de ánimo.
  • Una investigación publicada en The Lancet destacó que el tratamiento con metilendioximetanfetamina reduce los síntomas de estrés postraumático en militares, policías y bomberos, por ejemplo.

La ilegalización de los psicodélicos en los años 60 provocó una estigmatización de los mismos. Fue hasta los años 90 cuando se retomó una exploración profunda de estas sustancias, gracias a una nueva biotecnología focalizada en mejorar los tratamientos para la salud mental.

hongos de la Terapia psicodélica
La psilocibina, alcaloide obtenido de un tipo de hongos, se alza como la sustancia más usada en la terapia psicodélica.

Tipos de terapia asistida con psicodélicos

La terapia psicodélica incluye diferentes sustancias que tienen detrás un auténtico corpus de investigación científica. Aunque algunas entidades reguladoras generan cierta inercia legal y bloquean avances, ya se cuenta con un cambio de mentalidad en el área.

En los próximos años esta forma de tratamiento se normalizaría. Por ahora, las diferentes opciones que existen son las detalladas a continuación.

1. Psilocibina

La psilocibina es el compuesto activo de los hongos y la sustancia más indagada en el campo terapéutico con psicodélicos. En un trabajo de la revista Nature Medicine se destaca el potencial de este alcaloide como antidepresivo; pero lo cierto es que no se conocen bien los mecanismos por los que logra este beneficio.

2. LSD

La dietilamida de ácido lisérgico provoca una actividad cerebral más dinámica. Esto figura un paso hacia los cambios de conducta y de pensamiento. El LSD es eficaz en el tratamiento de las adicciones y para pacientes con enfermedades terminales que sufren una gran ansiedad.

3. Ayahuasca

La ayahuasca altera la conciencia y su sustancia principal, la N,N-dimetiltriptamina o DMT, actúa como un gran alucinógeno. Exploraciones como la publicada en la revista Psychopharmacology destacan que esta forma de terapia regularía de manera positiva el estado de ánimo.

La implementación terapéutica de la ayahuasca —en entornos clínicos muy vigilados— señala beneficios en las adicciones del alcohol, la cocaína y el tabaco.

4. MDMA

La metilendioximetanfetamina o MDMA, conocida como éxtasis o Molly, es un tipo de droga sintética psicoactiva que influye sobre la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Produce bienestar, reduce la ansiedad y eleva la energía. En el futuro innovaría en los tratamientos para el estrés postraumático.



¿Cómo se aplican las terapias psicodélicas?

Los organismos que, en la actualidad, más estudian el área son el Centro Nacional de Información Biotecnológica y la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. De momento, no existe una regulación clara y estandarizada sobre cómo se administra la terapia con psicodélicos.

La ingestión de estas sustancias se lleva a cabo mediante la microdosificación; es decir, en dosis muy bajas, las cuales suelen ir de desde una décima parte o incluso una vigésima parte de una dosis normal. No obstante, es necesario considerar las siguientes guías:

  • Hay una supervisión constante de los posibles efectos.
  • Se cumple un proceso de selección y admisión médica para identificar a las personas que más pueden beneficiarse de este enfoque.
  • La administración de las sustancias psicodélicas se lleva a cabo por un profesional especializado en esta técnica y en un entorno clínico.
  • La sustancia psicodélica se administra de nuevo con dos o cuatro semanas de diferencia. Se ha visto, por ejemplo, que los efectos de la psilocibina en el tratamiento de la depresión suelen durar un mes.

La Revista de Psicofarmacología acota que, al margen de las experiencias positivas con las microdosis de psicodélicos, son pertinentes indagaciones futuras centradas en los riesgos, por muy pequeñas que sean las cantidades suministradas. Recomiendan estudios preclínicos que abarquen parámetros biológicos y cognitivos.

Aunque se revela que los métodos terapéuticos con psicodélicos sugieren beneficios en diversas áreas de la salud mental, todavía no es posible describir con precisión los cambios que produce en el organismo para que se deriven los efectos señalados.

Cerebro iluminado de azul simbolizando los efectos de la Terapia psicodélica
Algunos trabajadores de Silicon Valley probaron la terapia psicodélica, viendo cómo mejoraba su productividad.

Una terapia en ciernes, pero con lagunas y contraindicaciones

La terapia con psicodélicos no es para todos y, por ello, se ejecuta un riguroso análisis en cada caso. Existen contraindicaciones, tanto psicológicas como fisiológicas. De este modo, hay pacientes que suelen excluirse por ser más susceptibles a dichos efectos; son los listados enseguida:

  • Personas con esquizofrenia.
  • Pacientes con antecedentes de epilepsia.
  • Psicosis y gran desregulación emocional.
  • Pacientes con problemas cardiovasculares.

Por tanto, estamos ante un enfoque de gran interés científico, pero que aún se encuentra en sus fases iniciales. Los ensayos clínicos son esperanzadores, sin embargo, es importante tener en cuenta que todavía se desconocen sus mecanismos exactos de acción. Esto hace que los tratamientos estén muy personalizados y supervisados en cada momento.

Es muy seguro que, en los próximos años, se disponga de un recurso polivalente y útil en el campo de la salud mental.


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