11 términos incorrectos de la psicología que seguimos usando

"Persona tóxica", "hormona del amor" o "terapia mente-cuerpo". Hay términos de la psicología popular que usamos con frecuencia, pero que en realidad carecen de evidencia científica. Hacemos un repaso de ellos.
11 términos incorrectos de la psicología que seguimos usando
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 07 abril, 2022

Este dato puede sorprendernos, pero hay múltiples términos incorrectos de la psicología que seguimos utilizando. Hacen referencia a ideas equivocadas, a neuromitos o términos pertenecientes a esa categoría que solemos denominar como “ciencia pop”. Es decir, expresiones del mundo psicológico popular que carecen de toda evidencia científica y referencias académicas.

Ideas como “el niño interior”, las “personas tóxicas” o el “lavado de cerebro” son claros ejemplos de esa imaginaría psicológica que se emplea de manera arbitraria, pero que carece de un respaldo válido. De este modo, es importante considerar que toda ciencia para que sea rigurosa requiere claridad y veracidad y esto pasa por cuidar el lenguaje. Por saber lo que decimos.

La psicología y la psiquiatría merecen transparencia y autenticidad. Al fin y al cabo, su finalidad es atender la salud y el bienestar mental de las personas y esto requiere no incentivar malentendidos. Tampoco promover ideas incorrectas que pueden hacer que mucha gente busque respuestas a sus problemas en auténticas pseudociencias, como puede ser la bioneuroemoción.

Mujer con una luz en la mente y los ojos cerrado representando los términos incorrectos de la psicología

¿Cuáles son los términos incorrectos de la psicología más comunes?

Hay quien señala que la odisea de separar la ciencia de la pseudociencia es una empresa tan compleja como heroica. Trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de Emory, inciden en que este hecho está muy presente en la psicología escolar. En el campo de la educación, ideas como “las inteligencias múltiples” siguen siendo un tema muy cuestionado.

Ahora bien, ¿qué hace que esta serie de ideas sesgadas, neuromitos o psicología pop calen tanto entre la población? Lo cierto es que este conjunto de teorías dudosas y sin rigor científico resultan atractivas. El hecho que, desde la biodescodificación, nos digan que las enfermedades tienen un origen metafísico puede ser esperanzador para algunos.

Es más, que alguien afirme que la violencia o que determinados trastornos tienen como origen un gen que nos predispone a ello, es tan reduccionista y simplista que facilita el no tener que pensar demasiado. Cuando en ciencia, y más en psicología, una realidad clínica está mediada por múltiples variables y no por un solo factor, como puede ser el genético.

La abundancia de términos en psicología ha propiciado que las universidades de Atlanta, Georgia y Nueva York realizaran un listado sobre los mismos. El objetivo no era otro que ofrecer información correcta para estudiantes e investigadores. Sin embargo, consideramos que es útil que todos conozcamos esos conceptos poco válidos, de esta manera será más complicado que nos confundan.

1. Antidepresivos

Este es uno de los términos incorrectos de la psicología más comunes. ¿Está mal dicho? ¿Cómo puede ser? Se preguntará más de uno.

Lo cierto es que algo como que un médico nos diga “te voy a recetar un antidepresivo” es una terminología que la ciencia considera incorrecta.

En un trabajo de la Universidad de Nevada, la Universidad de Santa Barbara y la Universidad de Bangor se dice que esta etiqueta es engañosa. ¿La razón? No hay evidencia de que estos fármacos resuelvan la depresión. No la hacen desaparecer; no son “anti-algo”.

Pueden mejorar el estado de ánimo, pero los trastornos del estado de ánimo requieren sobre todo de un enfoque psicológico. Por tanto, estamosante fármacos como los tricíclicos, que actúan inhibiendo la recaptación de serotonina y, aunque esto nos haga sentir mejor, no es suficiente para que la depresión desaparezca.

2. Determinación genética

En psicología hay que ser prudentes a la hora de señalar que determinados trastornos tienen una determinación genética. Por ejemplo, esto es algo común en trastornos como la ansiedad o la depresión. No falta quien señala aquello de “sufro depresión porque mi madre también la tuvo en su día”.

En la actualidad, solo la esquizofrenia es la que cuenta con un índice mayor de determinación genética. Sin embargo, todo problema de salud mental está mediados por muchas más variables que trascienden a los genes.

3. Trastorno de personalidad múltiple

El término de “trastorno de personalidad múltiple” se usa con excesiva frecuencia; sobre todo en el cine. Sin embargo, hace más de dos décadas que esta definición ha desaparecido, ahora hablamos de “trastorno de identidad disociativo”. A día de hoy, no ha podido verse ningún paciente que albergue de manera clara y bien desarrollada dos o más personalidades.

4. Terapias mente-cuerpo

Las terapias mente-cuerpo utilizan enfoques como la relajación, la meditación, el reiki o la biorretroalimentación. Para la ciencia estos enfoques son erróneos porque asumen que la “mente” está materialmente separada del “cuerpo”. Ese enfoque dualista carece de sentido y respaldo científico.

5. Persona autista

Por desgracia, es una etiqueta común. No hay personas autistas, hay personas con autismo, es decir hombres y mujeres que están dentro de un espectro.

6. Síndrome de Asperger

Entre los términos incorrectos de la psicología que seguimos usando está el síndrome de Asperger. Hasta no hace mucho se consideraba que era un trastorno con entidad propia. Sin embargo, con la publicación del DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) del 2013, este concepto fue eliminado y pasó a formar parte del trastorno del espectro del autismo (TEA).

Tal y como hemos señalado, el autismo es una condición que forma parte de un espectro. Y en él hay personas con buenas competencias verbales, con una autonomía normal y que solo evidencian ciertos problemas en la interacción y cierta rigidez mental.

imagen para representar los términos incorrectos de la psicología

7. Lavado de cerebro

Esta expresión apareció durante la Guerra de Corea, popularizando la idea de que mediante determinadas técnicas psicológicas se pueden cambiar las creencias de una persona. En la actualidad, no hay evidencia de que un “lavado de cerebro” cambie nuestras ideologías, creencias, personalidad, etc.

8. Desequilibrios químicos

Es popular la idea de que la depresión (u otros trastornos psicológicos) son el producto necesario de un desequilibrio químico. Sin embargo, la evidencia no es clara a favor de esta idea. Las industrias farmacéuticas insisten en la presencia de dichas alteraciones en los neurotransmisores para poder validar la necesidad de recurrir a los fármacos.

9. El hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho

En la actualidad, se asume la idea de que el hemisferio izquierdo es el analítico y el derecho el holístico. El uno es científico y el otro artístico. Sin embargo, esto es un neuromito más. Ambos hemisferios están conectados por cientos de miles de axones y trabajan juntos en casi cualquier tarea.

10. Detector de mentiras

¿Quién no ha oído hablar del detector de mentiras tan usado en algunos países? Bien este es otro de los términos incorrectos de la psicología, porque en realidad no “detecta mentiras”. Lo que mide es la excitación psicofisiológica, lo cual podría evidenciar en qué momento la persona eleva su nerviosismo ante las preguntas que se le plantea.

Por ello, es necesario denominarlo de manera correcta: polígrafo.

11. Oxitocina

El término nos encanta: “molécula del amor”. Sin embargo, llamar a la oxitocina molécula del amor es caer en el simplismo y el reduccionismo.

Este elemento, que actúa de hormona, tiene múltiples funciones. Es más, hay estudios que nos dicen que la oxitocina mediaría en los comportamientos violentos en las relaciones de pareja. Por tanto, lo recomendable es ajustar un poco la visión que tenemos de este neurotransmisor.

Para concluir, tal y como podemos ver, muchos de nosotros seguimos usando palabras y expresiones que quizá no son científicas ni válidas. No deja de ser un dato curioso que vale la pena tener en cuenta.


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