Trabajo tóxico: 15 señales de alarma

Existen diversas señales que nos indican que estamos en un trabajo tóxico. A continuación, te mostramos las más comunes.
Trabajo tóxico: 15 señales de alarma
Sara Clemente

Escrito y verificado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.

Última actualización: 07 octubre, 2022

¿Llegas a casa y no puedes desconectar del trabajo? ¿Sueñas con tu jefe o con ese proyecto que tenías que haber acabado? ¿Te sientes incapaz de dejar de pensar en el informe que tienes que hacer mañana? Quizá no te has planteado aún que puedes tener un trabajo tóxico.

La mayoría de las personas hemos deseado más de una vez no ir a la oficina y quedarnos disfrutando de un día libre. Esto no es una señal de alarma, es algo natural. Sin embargo, manifestar sentimientos negativos de manera muy frecuente cuando piensas en tu empleo, sí es preocupante. ¿Cuáles son las señales de alarma de que estás en un trabajo tóxico?

A continuación, te las decimos.

15 señales de que tienes un trabajo tóxico

Si te sientes identificado con la mayoría de estas situaciones, significa que estás en un trabajo tóxico.

1. Conectado 24 horas

¿Sigues consultando e-mails cuando llegas a casa, los fines de semana o los días libres? Permítete alejarte de las tecnologías y disfruta de lo que te rodea. Quizá por estar demasiado centrado en tu empleo, te estás perdiendo muchos momentos más valiosos.

En ocasiones, nos vemos tan absorbidos por el día a día que no somos capaces de dar a cada cosa la importancia que tiene. Hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar. Si estás en un empleo que te esclaviza las 24 horas del día, algo tiene que cambiar.

Trata de ir desprendiéndote de esa dependencia poco a poco. Y comunícaselo a tu jefe. Prueba con apagar el móvil nada más salir del trabajo o no abrir el correo electrónico a no ser que estés en la oficina. Tu sueño también mejorará.

Mujer trabajando por la noche

2. Mal ambiente de trabajo

Es imposible llevarse bien con todo el mundo, pero también lo es no congeniar con nadie. Es normal que con algunos compañeros tengas más afinidad que con otros. También es lógico que haya alguien a quien tengas más atravesado y no quieras compartir un café con él. Lo que no es bueno es estar rodeado de gente negativa, conspirativa, deprimida o envidiosa.

Un mal ambiente de trabajo puede llevar a una empresa líder en su sector a la mismísima ruina. No es baladí y puede convertir lo que desde fuera se ve como un empleo ideal en un auténtico trabajo tóxico. ¡Huye de los vampiros emocionales!

3. Problemas de comunicación

La comunicación es clave en cualquier empresa, no solo para que los proyectos salgan adelante, sino también para evitar mal entendidos y solventar conflictos.

Además, cabe tener en cuenta que la comunicación dentro de una empresa no solo refiere a la interacción con clientes y proveedores, sino a la que existe dentro de la misma organización, entre los distintos departamentos y trabajadores.

Por tanto, si la comunicación falla en cualquiera de estos niveles, es muy probable que te encuentres en un trabajo tóxico, pues los conflictos estarán a la orden del día.

4. Trabajo para 5 décadas

Un pico de trabajo no dura años. Si vas acabando tareas y proyectos importantes, pero tu lista de responsabilidades y quehaceres no mengua, algo anda mal. O bien se te han añadiendo tareas sin tu conocimiento o es necesario que comuniques que necesitas un respiro.

A veces, tras terminar un informe sumamente importante o cerrar una gran operación tras la que llevas trabajando meses, es inminente un descanso. Al menos, para que recuperes el aliento y puedas volver a soportar esa presión de nuevo.

Da igual si eres directivo o te encuentras en la escala laboral más baja. Todo el mundo necesita etapas de trabajo menos estresantes. Y más, tras meses de gran desgaste.

5. Jefe acosador

Si te hace ver que tu trabajo es prescindible, se burla de sus empleados abiertamente, pierde el interés en conversaciones con personas a su cargo, te desacredita a diestro y siniestro o te grita de forma constante… Sí, tienes un jefe acosador.

En estos casos, ignorarlo es casi imposible, por tanto, lo ideal es que establezcas límites emocionales y te conviertas en un espejo: refleja sus palabras y no permitas que lleguen a afectarte.

Jefe tóxico gritando a su empleado

6. Rechazo al diferente

La discriminación por motivos de sexo, edad, religión o preferencia sexual es sinónimo de trabajo tóxico. Si la situación se hace verdaderamente insoportable, es imperante actuar. Puedes comunicárselo a un superior o a las personas responsables de recursos humanos, para que tomen medidas.

Si aun así, la situación permanece igual, es conveniente que busque ayuda y asesoría legal externa.

Por supuesto, si te han pedido falsificar documentación, has sido testigo o víctima de acoso sexual o de cualquier otro tipo de violencia en el trabajo, su trabajo no solamente es dañino sino que puede esconder comportamientos delictivos.

7. Absentismo generalizado

Es habitual que las personas tengan que ir al médico, se pongan enfermas o que les surja algún imprevisto por el que se vean obligadas a faltar al trabajo. Pero si existe por norma general un elevado grado de absentismo laboral entre los trabajadores, esto es una clara señal de alarma de que tienes un trabajo tóxico.

Y no solo nos referimos a una falta física, sino también a otra de índole psicológica. La primera se refiere a la ausencia a su puesto de al menos 3 días cada mes. La segunda, es una forma de absentismo mental, aquella por la que estando presente en la oficina, se emplea la mayor parte del tiempo en hacer actividades no laborales.

Mesa de trabajo con ordenador

8. No hay protección del empleado

Si estás en una empresa en la que no existen posibilidades de ascender, no hay rotación de puestos ni un plan de carrera real para los trabajadores, puede que tu compañía no esté velando por tu protección. Seguramente sea porque están más centrados en los intereses propios, tales como aumentar su cartera de clientes o ahorrar costes, y minando los de sus empleados.

Además, el problema se agrava cuando no existe ningún departamento o grupo de personas que vele por el bienestar de los trabajadores. En este caso, si eres una persona con iniciativa y se atreve a dar un paso al frente, es bueno que expreses tus disconformidades y propongas soluciones.

9. Disconformidad con lo que haces

Si bien las mayoría de señales corresponden a la estructura de la empresa y al clima que existe en ella, también es cierto que existen variables personales que hacen que nuestro trabajo sea tóxico.

En este caso, si no te gusta lo que estás haciendo y sólo estás allí por el dinero, el trabajo se convierte en una fuente de malestar que termina perjudicando tu salud.

Si esta es tu situación, lo ideal es replantearse las cosas y buscar alternativas que te hagan sentir más satisfecho. A veces, no querer salir de la zona de confort, nos limita experimentar una mejor calidad de vida.

10. No te identificas con los objetivos de la empresa

El sentido de pertenencia de los empleados aumenta significativamente la satisfacción laboral y la productividad de los mismos. Por desgracia, todavía existen organizaciones que no fomentan esta experiencia en sus trabajadores, y muchas veces recurren al castigo o las amenazas para que éstos realicen sus tareas como se debe.

En estos casos, los trabajadores no se sienten parte de la empresa y rechazan los valores y políticas de la misma; lo que les lleva incluso a la renuncia.

Por tanto, si no te sientes identificado con la organización en la que trabajas, es probable que estés en un trabajo tóxico.

11. Confusión con respecto al rol de trabajo

Existen trabajadores que no saben exactamente qué funciones corresponden a su puesto de trabajo, y muchas veces esto se debe a la mala comunicación dentro de la empresa.

El ejemplo cásico es cuando se contrata a un empleado pero no se le informa debidamente cuál será su papel dentro de la organización. Entonces, se genera una situación ambigua donde desconoce quiénes son sus superiores, quiénes son sus subordinados, y qué espera la empresa de él.

En estos casos, el empleado experimenta mucha incomodidad y estrés.

12. Síndrome de Burnout

Se trata de una afección que está perjudicando a muchos trabajadores en la actualidad. Se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico y mental, que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del empleado.

Sus causas pueden ser varias, que van desde un exceso de trabajo hasta una insatisfacción por el rol dentro de la empresa. A la larga, este síndrome puede derivar en problemas de salud más severos.

13. Asignación de tareas absurdas o poco constructivas

La insatisfacción laboral no solo proviene del exceso de trabajo o las malas relaciones laborales. También puede derivarse del sentimiento de sobre cualificación por lo que se hace. Es decir, hacer tareas las cuales no suman al desarrollo profesional ni personal.

Esto es típico ejemplo de aquellos puestos que realizan tareas monótonas y simples.

14. Alta tasa de rotación

Si las personas que trabajaban anteriormente fueron despedidas o renunciaron al poco tiempo, es muy probable que te encuentres en un trabajo tóxico. Es por ello que, en las entrevistas de trabajo, es importante que el candidato pregunte por qué está abierta la posición.

Pues, si la persona que estaba antes se fue porque fue promovida, eso demuestra que la organización está interesada en fomentar el crecimiento profesional del equipo. Pero, si los antiguos trabajadores decidieron irse por disconformidad o fueron despedidos, entonces es muy probable que el puesto no sea tan agradable ni beneficiosos.

15. Todos los trabajadores están desmotivados

Otro indicador de trabajo tóxico es la evidente desmotivación de los demás miembros del equipo. En este caso, hablamos de personas que están constantemente quejándose de lo que hacen y creen que acudir a su puesto supone un suplicio.

Para concluir, te aconsejamos que, antes de dejar cualquier empleo, aunque tengas sospechas de que es un trabajo tóxico, es bueno tomar medidas paliativas. Es decir, buscar soluciones a través del diálogo y la concordia. Si tras varias intentonas esto no resulta efectivo, entonces sí deberías cambiar de trabajo.


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