Trastorno de desrealización, la sensación de vivir en un sueño

Trastorno de desrealización, la sensación de vivir en un sueño
Francisco Pérez

Escrito y verificado por el psicólogo Francisco Pérez.

Última actualización: 30 junio, 2018

Si alguna vez has sentido que estabas volviéndote loco, que estabas como en un sueño o en una burbuja, puedes haber sufrido un episodio de desrealización. Las características esenciales del trastorno de desrealización son episodios persistentes o recurrentes de desrealización. Ahora después veremos en qué consisten.

A menudo se pueden dar también episodios de despersonalización. En los episodios de despersonalización aparece una sensación de irrealidad o extrañeza, así como un distanciamiento de uno mismo en general o de algunos aspectos del yo. La sensación es como la de estar fuera de uno mismo, como si uno fuera un observador externo.

Episodios de desrealización: la sensación de vivir en un sueño

Los episodios de desrealización se caracterizan por una sensación de irrealidad o distanciamiento. También puede aparecer la sensación de no estar familiarizados con el mundo, ya sean individuos, objetos inanimados o todos los alrededores. La persona puede sentirse como si estuviera en una niebla, un sueño o una burbuja. O como si existiese un velo o una pared de cristal entre el individuo y el mundo que le rodea. El entorno puede verse como artificial, sin color o sin vida.

Mujer sufriendo ansiedad

La desrealización está acompañada normalmente por distorsiones visuales subjetivas. Estas distorsiones visuales pueden ser: visión borrosa, agudeza visual aumentada, campo visual ampliado o reducido, bidimensionalidad o planitud, exageración de la tridimensionalidad, alteraciones en la distancia o tamaño de los objetos (p. ej., macropsia o micropsia).

También pueden ocurrir distorsiones auditivas, silenciándose o acentuándose las voces o los sonidos. No olvidemos que para diagnosticar un trastorno de desrealización es necesaria la presencia de un malestar clínicamente significativo. También puede aparecer un deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

¿Me estaré volviendo loco?

Las personas con trastorno de desrealización pueden tener dificultades para describir sus síntomas. Pueden llegar a pensar que están “locas” o “volviéndose locas”. Otra experiencia frecuente es el temor a un daño cerebral irreversible.

Un síntoma común asociado es una alteración subjetiva del sentido del tiempo (p. ej., pasas demasiado lento o demasiado rápido). Otro síntoma común es la dificultad subjetiva para recordar vívidamente las memorias del pasado y para ser dueño de las mismas, tanto personal como emocionalmente.

Los síntomas corporales tenues, como la saturación de la cabeza, el hormigueo o la sensación de desmayo, no son tampoco infrecuentes. Las personas pueden sufrir una preocupación obsesiva y una rumiación marcada.

Esta rumiación hace referencia a que las personas pueden obsesionarse sobre si realmente existen o controlan sus percepciones para determinar si parecen reales. También son características asociadas con frecuencia a diferentes grados de ansiedad y depresión.

Se ha observado que las personas con este trastorno tienden a tener una hiporreactividad fisiológica a los estímulos emocionales. Sustratos neuronales de interés con el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, el lóbulo parietal inferior y los circuitos de la corteza prefrontal-límbica.

Chica con trastorno desrealización

¿Cómo se desarrolla y cuál es el curso del trastorno de desrealización?

La edad media de inicio de los síntomas del trastorno de desrealización es de 16 años. Sin embargo, el trastorno puede comenzar a principios o mediados de la infancia. Solo una minoría no recuerda haber tenido síntomas.

Menos del 20 por ciento de los casos aparecen después de la edad de 20 años. Sólo el 5 por ciento después de los 25 años. La aparición en la cuarta década de la vida o más tarde es muy infrecuente. Por otro lado, el inicio del trastorno puede ser extremadamente repentino o gradual. La duración de los episodios puede variar mucho ampliamente, desde breves (horas o días) a prolongados (semanas, meses o años).

Mientras que para algunas personas la intensidad de los síntomas puede aumentar y disminuir considerablemente, otras refieren un nivel constante de intensidad. En casos extremos puede aparecer durante años o décadas.

Los factores internos y externos que afectan a la intensidad de los síntomas varían entre las personas, aunque se documentan algunos patrones típicos. Las exacerbaciones se pueden provocar por el estrés, por el empeoramiento del humor o de los síntomas de ansiedad, por las circunstancias estimulantes o sobreestimulantes nuevas y por los factores físicos, como la falta de sueño.

Como vemos, el trastorno de desrealización puede ser sumamente desagradable para quienes lo sufren. La sensación principal es la de estar volviéndose loco o vivir en un sueño, alejado de la realidad. Esto puede impulsar a estas personas a buscar ayuda médica. Afortunadamente, a pesar de ser muy desagradable, no es peligroso.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.