Trotskismo, la corriente política dentro del marxismo

Las ideas de Trotski contemplan el movimiento marxista clásico, pero también marcan diferencias. Conoce aquí el origen de esta línea de pensamiento revolucionario contra la Rusia estalinista.

Escrito y verificado por el filósofo Matias Rizzuto.

Última actualización: 01 abril, 2024

Dentro del amplio espectro del pensamiento marxista, el trotskismo representa una corriente crítica distinguida por sus interpretaciones y aplicaciones específicas de las teorías de Marx.

Desarrollado por León Trotski, figura clave de la Revolución Bolchevique, enfatiza el papel del proletariado en el proceso revolucionario y la administración de un Estado socialista.

Comprender este movimiento es esencial para profundizar en el pensamiento político, pues no solo destaca la diversidad dentro del marxismo, sino que también arroja luz sobre los conflictos ideológicos y prácticos que dan forma al curso del socialismo en el mundo.

¿Qué es el trotskismo?

Esta ideología se integra con el marco marxista, a través de su fundamento en la filosofía materialista dialéctica, la teoría del valor-trabajo y la convicción de que la clase obrera es el agente del cambio.

Sin embargo, difiere en su enfoque de la naturaleza y el desarrollo del proceso revolucionario, afirmando que, en las sociedades capitalistas atrasadas, las tareas completas y genuinas de una revolución democrática solo pueden lograrse mediante la conquista directa del poder por el proletariado.

La corriente se define por su defensa de la estrategia de la revolución permanente, su oposición al socialismo bajo el liderazgo de Iósif Stalin y su crítica a la burocracia que, según Trotski, llegó a dominar la Unión Soviética, traicionando los principios democráticos e internacionalistas de la Revolución de Octubre.

Quién fue León Trotski

En 1879, León Trotski nació en Yanovka, Ucrania. Se unió al Partido Obrero Socialdemócrata Ruso cuando era joven y emergió como una figura destacada en las revoluciones de 1905 y 1917. Su papel como líder del Ejército Rojo, durante la Guerra Civil, y sus posiciones en el primer gobierno soviético fueron cruciales para el desarrollo de las ideas que más tarde formarían el trotskismo.

Los eventos que influyeron en el desarrollo de esta ideología incluyen su actuación en la Revolución de Octubre (segunda fase de la revolución rusa), su liderazgo en el Ejército Rojo, la lucha contra la creciente influencia de Stalin dentro del Partido Comunista y su eventual exilio.

Para 1930 publicó su libro La revolución permanente, donde criticó la posibilidad de que la burguesía sea revolucionaria y planteó al imperialismo como una fase superior del capitalismo. Allí sostiene que lo único que puede lograr dicha revolución es la lucha proletaria.

Luego de exiliarse continuó con sus críticas y algunos de sus partidarios fueron acusados de separatismo y ejecutados, entre 1936 y 1938, en los Juicios de Moscú. Más tarde, en 1940, el político sería asesinado en México por un agente estalinista, lo que subrayó el profundo conflicto político-ideológico entre el trotskismo y el estalinismo.

Cómo se originó este movimiento político

Esta corriente comenzó a tomar forma tras la oposición de Trotski a las políticas del gobierno de Stalin, su crítica a la élite burocrática que llegó al poder en la URSS y su expulsión de la Unión Soviética en 1929.

Tal período marcó la cristalización del movimiento en un conjunto coherente de principios políticos e ideológicos que buscaban revivir el espíritu revolucionario, democrático e internacionalista de la Revolución Bolchevique.

Características principales

La corriente de pensamiento de Trostki se inspiraba en características que abarcaban desde la democracia centralista hasta contribuciones feministas. Veamos en detalle:

• Aportes al feminismo: fue pionero en proponer ideas para la liberación de las mujeres. Defendió la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida social.
• Revolución permanente: plantea que el socialismo no puede limitarse a un solo país, sino que debe extenderse para ser viable, en especial, hacia los países desarrollados.
• Crítica al estalinismo: se opuso a la burocratización y al autoritarismo del régimen soviético bajo el liderazgo de Stalin. Defendió la democracia obrera dentro del partido y del Estado, con mecanismos de control y participación popular.
• Transformación cultural: en su libro Literatura y revolución (2014), Trotski critica el arte tradicional por llevar marcas de las clases dominantes. Allí sostiene que esta debe ser un instrumento de lucha por la justicia social y la transformación del mundo.
• Teoría del desarrollo desigual y combinado: exploró la evolución del capitalismo en países coloniales y semicoloniales. Para el movimiento no existe un desarrollo lineal, por ello la revolución debe tener en cuenta las características específicas de cada nación.
• Educación como herramienta de emancipación: considera la educación como una herramienta fundamental para la emancipación de la clase trabajadora. Así, debe permitir a las personas comprender su propia realidad social y desarrollar las herramientas necesarias para transformarla.
• Centralismo democrático: abogó por una mayor democracia interna en los partidos de izquierda, recomendando la elección de representantes revocables y la rotación de cargos para evitar la concentración de poder. Enfatizó la importancia del debate y la crítica interna para fortalecer la organización.

Rivalidad entre el trotskismo y el estalinismo

Las diferencias ideológicas están marcadas por la insistencia de Trotski en la necesidad de una revolución internacional y un Estado controlado por los trabajadores; en contraste con el enfoque de Stalin en la construcción del socialismo en un solo país, sin necesidad del apoyo foráneo.

Los dos movimientos reivindicaban su lealtad a los principios leninistas, pero diferían en su interpretación y aplicación. El de Trotski llamaba a una revolución proletaria mundial y criticaba el centralismo burocrático del estalinismo.

Este último enfatizaba la consolidación del socialismo en la Unión Soviética como base para el socialismo internacional, a menudo, a expensas de los principios democráticos y la solidaridad extranjera.

En la práctica, estas diferencias se manifestaron en los métodos de gobierno, con Trotski abogando por los consejos obreros (soviets) y la participación democrática en el proceso político; en tanto, el régimen de Stalin se caracterizó por ser autocrático y la supresión de la disidencia política.

Diferencias y semejanzas del trotskismo con el marxismo clásico

El cimiento de esta política es el marxismo clásico, aplicando sus principios a las condiciones específicas del siglo XX, en particular en países que no habían experimentado una revolución democrático-burguesa.

Mientras que el marxismo esboza la necesidad histórica de la revolución proletaria; la ideología de Trotski especifica el mecanismo de esta en las sociedades capitalistas atrasadas, a través de la teoría de la revolución permanente.

Ambas corrientes ven a la clase obrera como el agente clave del cambio. Sin embargo, el trotskismo difiere en su insistencia por una transición ininterrumpida de las etapas democráticas a las socialistas de la revolución, en los países con capitalismo subdesarrollado. Esta es una postura no explicitada en el pensamiento marxista clásico.

Una pieza fundamental del siglo XX

La política de León Trotski ocupa un espacio crítico dentro del pensamiento marxista, ofreciendo una perspectiva única sobre la teoría y la práctica de la revolución socialista.

Su énfasis en el internacionalismo, el papel del proletariado en la consecución y el mantenimiento de un Estado socialista y la crítica del centralismo burocrático, proporcionan ideas valiosas para comprender las complejidades del socialismo del siglo XX.