Atiquifobia o miedo a fracasar, ¿cómo identificarlo y tratarlo?

¿Te paraliza la idea de cometer errores? ¿Sientes que tu desarrollo personal se limita debido al temor a fracasar? La atiquifobia define una realidad clínica extendida que puede tratarse con adecuadas herramientas.
Atiquifobia o miedo a fracasar, ¿cómo identificarlo y tratarlo?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 agosto, 2024

El miedo a fracasar forma parte de nuestro ADN psicológico. A nadie le agrada sentirse falible, errar en la consecución de sus metas o ver cómo se van al traste sus esfuerzos invertidos en un objetivo. Ahora bien, en ocasiones, hay personas que convierten esta preocupación normal en algo patológico. Sucede cuando dicha angustia se vuelve paralizante hasta el punto de afectar a la vida diaria. Se llama atiquifobia y hay que conocer bien este terror para superarlo.

Estamos ante un temor irracional y anormal al equívoco, a la derrota, al fallo. Detrás de esta realidad clínica puede estar desde la elevada autoexigencia y los sesgos cognitivos, hasta experiencias traumáticas del pasado. Un modo de abordar este trastorno de ansiedad es reformulando ciertos esquemas mentales y redefinir el concepto de fracaso. Te explicamos cómo.

¿Qué es la atiquifobia?

La atiquifobia subyace en el universo mental de muchas personas. Si te identificas con esta característica, lo primero que verás limitado es tu crecimiento personal. Lo más llamativo, si cabe, es que se trata de un fenómeno psicológico que empieza de manera temprana.

Una publicación divulgada en Advances in Applied Sociology explica su impacto entre los adolescentes. A través de cuestionarios evaluativos/descriptivos, casi todos admitieron que el miedo al fracaso les ha afectado causándoles estrés, dudas sobre sí mismos y ansiedad.

Esta fobia específica internaliza el fracaso como algo inherente a tu identidad. Hay, por tanto, una forma de indefensión aprendida asociada, a menudo, a otros factores debilitantes, como el perfeccionismo extremo. Es una tipología de ansiedad que bloquea todo intento por trabajar en lo que deseas y que te alimenta de narrativas distorsionadas. Te contamos más, a continuación.



¿Cómo se manifiesta?

Las dos características básicas de las fobias específicas son el miedo y la evitación. Por ello, uno de los síntomas más característicos del miedo a fracasar es la tendencia a la inacción. Tú deseas alcanzar tus metas y conquistar tus sueños, pero la angustia ante el fracaso te atrapa en la procrastinación. Toma nota de más manifestaciones.

Síntomas cognitivos

  • Perfeccionismo.
  • Autocrítica excesiva.
  • Diálogo interno crítico.
  • Miedo persistente al error.
  • Constantes distorsiones cognitivas.
  • Rumia que repasa los fracasos del ayer.
  • Interferencia de pensamientos ansiosos.
  • Ideas irracionales de que eres un fracasado/a.
  • Pesimismo o tendencia a pensar que todo saldrá mal.

Síntomas emocionales

  • Apatía.
  • Vergüenza.
  • Irritabilidad.
  • Desesperanza.
  • Autoestima baja.
  • Miedo al juicio externo.
  • Miedo persistente al error.
  • Sentimientos de inferioridad.
  • Malestar por no lograr las metas establecidas.
  • Parálisis emocional o incapacidad para tomar decisiones, debido a una intensa carga emocional.

Manifestaciones conductuales

  • Evitación
  • Procrastinación
  • Falta de iniciativa
  • Distracciones constantes
  • Abandono de ciertas tareas

Manifestaciones físicas

  • Fatiga
  • Taquicardia
  • Dolor muscular
  • Malestar digestivo
  • Alteraciones del sueño

«He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. Veintiséis veces me han confiado el tiro decisivo y he fallado. He fallado una y otra vez en mi vida. Y es por eso que tengo éxito».

~ Michael Jordan ~

¿Cuáles pueden ser las causas del temor al fracaso?

Decía Charles Dickens que «todo fracaso te enseña algo que necesitabas aprender». A la mayoría nos han dicho esto mismo cada vez que se truncaba uno de nuestros sueños u objetivos. Sin embargo, las personas que sufren este temor no ven el fracaso como un hecho inevitable en la vida. Lo procesan como una realidad que define al «yo», un factor inherente a su persona y que les debilita.

Por otro lado, si te preguntas qué puede originar esta condición clínica, las fobias específicas responden con frecuencia a factores genéticos, familiares, ambientales o de desarrollo. Ahora bien, este tipo de miedo irracional implica unas particularidades que te interesará conocer.

Experiencias negativas del pasado

  • Traumas psicológicos: una parte de nuestros traumas son consecuencia directa de las heridas emocionales profundas. Ejemplo de ello es sufrir el rechazo de alguien que amabas, padecer una humillación pública por un error, etc. Esta es una de las causas de la atiquifobia más recurrente.
  • Fracasos significativos: la mayoría llevamos en nuestra mochila más de un fracaso en cualquier ámbito vital. En ocasiones, determinadas experiencias en esta materia pueden vivirse de manera angustiante. Fallar en ese examen que te impidió entrar en la universidad que deseabas o quedar en evidencia tras un error en el trabajo, son un ejemplo de ello.
  • Crítica severa: ¿creciste en una familia donde eran frecuente las críticas? ¿Te invalidaban en todo lo que hacías? ¿Eran muy exigentes contigo y no te sentías capaz de casi nada? ¿Tuviste otra figura de autoridad como algún profesor que te juzgaba por tus errores? Este tipo de dinámicas impactan de modo desgastante en la visión que tienes de ti y en las narrativas asociadas al fracaso.

Factores psicológicos

  • Trastornos de ansiedad: la atiquifobia, como todas las fobias específicas, se vincula con frecuencia a trastornos de ansiedad más amplios. A veces, de forma subyacente, existe un trastorno de ansiedad generalizada o un trastorno obsesivo-compulsivo. El buen diagnóstico es clave en estos casos.
  • Baja autoestima: por lo general, esa falta de aprecio, de confianza y de seguridad en uno mismo, suele erigir un amplio abanico de problemas psicológicos. Así, es muy común que el miedo a equivocarte y fracasar esté orquestado por esa ausencia de autovaloración en las propias habilidades y la sensación persistente de no estar a la altura.
  • Perfeccionismo: lo señalamos con anterioridad. Las personas que tienen estándares muy altos no toleran el fracaso. No lo aceptan ni lo ven como una experiencia de la que aprender. Esta actitud tiende a desembocar en una ansiedad intensa ante la posibilidad de no cumplir con sus propias expectativas. También en el fenómeno conocido como parálisis por perfección.

Factores culturales y sociales

  • Estigmatización del fracaso: en ambientes donde el fracaso se estigmatizada o penaliza, muchos podemos desarrollar un miedo intenso a cometer fallos. Esto es común en ambientes laborales o educativos muy competitivos.
  • Expectativas sociales: seguro que lo habrás notado. En nuestra cultura existe una gran presión para tener éxito y evitar el fracaso a toda costa. La misma puede contribuir con el miedo a fracasar, al hacer que las personas sientan que el error no es una opción permisible.
  • Comparaciones sociales: ¿quién no lo ha hecho alguna vez? Todos nosotros nos comparamos para obtener información e incluso para aprender. No obstante, en ocasiones, esta conducta puede ser dañina e invalidante. Compararse con los demás y percibir que uno no está a la altura de los estándares sociales alimenta el temor a fracasar.


¿Qué tratamiento existe para la atiquifobia?

Un saboteador implacable de tu crecimiento humano es el miedo al fracaso. Verás la vida pasar desde un espacio pequeño en el cual se escapan tus sueños, tu potencial, metas personales y profesionales. Tal escenario duele y poco a poco, desarrollas una imagen de ti más negativa. ¿Qué hacer, por tanto, si queremos superar el temor a fracasar? El primer paso es tomar conciencia del problema.

El tratamiento que existe para la atiquifobia es multifactorial. Por un lado, es decisivo que introduzcas en tu vida nuevos enfoques mentales y herramientas. Por otro, es indispensable contar con una adecuada evaluación psicológica. Comprender la razón de esta fobia y valorar la posible presencia de otras realidades clínicas resulta esencial. Profundicemos en ese abordaje.

Reformular narrativas

Muchas de las creencias que te acompañan ahora mismo y que filtran tu forma de ver la vida provienen de tu educación. Es momento de analizar tu concepción del fracaso y reconstruirlo de un modo más saludable. Entiende, primero, que el miedo a fracasar es una emoción humana universal. No habrá terribles consecuencias si te equivocas, no se terminará el mundo por ello.

Si tu temor reside en decepcionar a los demás o dejar ver que eres falible, reconstruye este enfoque. Integra en tu mente que fracasar es el peldaño que te pueden llevar al bienestar y al éxito. Es más, equivocarte y cometer errores son actos que solo te competen a ti. Lo que piense tu entorno no debe condicionarte.

Nuevas herramientas

Los cambios y las mejoras no llegan si no introduces en tu día a día nuevos recursos de afrontamiento. Todo miedo paralizante e irracional se desactiva con enfoques mentales más flexibles y con acercamientos progresivos hacia aquello que te aterra. Valora adoptar alguna de las siguientes estrategias para lograr esos pequeños avances a tu favor:

  • Journaling (diario personal): mantener un diario para registrar pensamientos y sentimientos sobre el fracaso ayudaría a identificar patrones y desencadenantes, facilitando así el proceso de reflexión y cambio.
  • Metas pequeñas y motivadoras: clarifica de nuevo tus metas, sueños y deseos y procura que se ajusten a tus valores, que sean motivadoras. Después, desmenuza esos objetivos en otros más pequeños y manejables para reducir tu ansiedad y aumentar la sensación de logro.
  • Apoyo social: no permitas que tus miedos irracionales te conduzcan al aislamiento, a la soledad y la evitación constante. Mantener conexiones con amigos y familiares que te ofrecen apoyo y comprensión, puede proporcionarte una base sólida para enfrentar el terror al fracaso.
  • Exposición gradual: las fobias requieren siempre de un acercamiento progresivo a todo aquello que te genera miedo. En el caso de la atiquifobia, es recomendable que salgas de la inactividad al establecimiento de metas, a llevar a cabo actividades con las que aprender a tolerar errores.
  • Cambia tu diálogo interno: construye una charla mental más positiva y orientada al crecimiento y no tanto al miedo y la devaluación. En lugar de invalidarte cuando cometes un error, háblate con compasión y convéncete de que, al fracasar, ganas la oportunidad de aprender algo nuevo.

Terapia psicológica

La terapia cognitivo-conductual suele ser una de las más indicadas para el tratamiento de las fobias específicas. Te permitirá, en este caso, identificar y modificar pensamientos distorsionados, así como patrones de comportamiento relacionados con el miedo al fracaso.

Asimismo, la terapia de aceptación y compromiso se centra en ayudar a las personas a aceptar sus emociones negativas en lugar de evitarlas, y a comprometerse con acciones que estén alineadas con sus valores personales. Es un modelo muy interesante que guía para tolerar los errores y encajarlos en un necesitado marco de aprendizaje.

El fracaso no define tu valor

El miedo a tropezar, errar, meter la pata y, en esencia, fracasar, es una emoción universal. Si atraviesas una época en que no dejas de perder oportunidades por la angustia asociada a la derrota, es momento de empezar a promover cambios. Aplicar una mentalidad de crecimiento para dejar a un lado la de estancamiento requiere autoconfianza y valentía.

A través del coraje cotidiano para enfrentar tus miedos y la resiliencia para aprender de los contratiempos, el fracaso puede convertirse en un paso hacia el éxito y la autorrealización. Solo necesitas reformular creencias limitantes y traspasar, poco a poco, tu burbuja de autoprotección. A veces, hay que desafiar los temores e ir a beber a la charca de los leones. Solo así recuperas tu grandeza perdida. ¡Inténtalo!


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