Buscadores compulsivos de atención: características y causas

Detrás de todo buscador compulsivo de atención hay angustia psicológica y soledad. Son personas que agotan, reyes del drama en la mayoría de las veces. Es necesario entender y tomar conciencia qué esconde este tipo de comportamiento.
Buscadores compulsivos de atención: características y causas
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Los buscadores compulsivos de atención habitan en cualquiera de nuestros entornos. Puede ser el compañero de trabajo que siempre te está pidiendo cosas, ese amigo que actúa como el rey del drama, ese al que le pasa de todo y que reclama tu apoyo casi a cada instante. Son, como ya sabemos, personalidades agotadoras que consumen nuestra paz  y nuestras energías.

Aquellos que buscan nuestras miradas y recursos psicoemocionales jamás nos dirán en voz alta aquello de “mírame, estoy aquí”. Sin embargo, todas y cada una de sus conductas están orientadas hacia ese objetivo, el de reclamar presencia, atención y afectos hacia ellos. Así, en caso de no lograrlo o no conseguirlo al nivel que ellos desean, pueden aparecer los berrinches, los ultimátums y conductas claramente desreguladas.

No es fácil hacer vida cuando cerca de nosotros hay un reclamador obsesivo de atención. Pero tengámoslo en cuenta, tras este tipo de figuras se esconde en realidad una profunda angustia psicológica. Lo analizamos.

Chico representando a los buscadores compulsivos de atención

Buscadores compulsivos de atención ¿cómo son?

Por término medio, consideramos la conducta de la búsqueda de atención como algo poco agradable e incluso negativa socialmente. Sin embargo, una buena parte de la población practica esta conducta. Son muchos los que publican esa foto en Instagram o Facebook en busca de unos cuantos likes. No dudamos, por ejemplo, en enseñar a los demás nuestro teléfono móvil nuevo y sus sofisticadas funcionalidades.

También nos gusta explicar cómo se nos paró el coche en plena autovía, describiendo aquella vivencia como la proeza más épica del mundo, esperando con ello captar la máxima atención. Es cierto, a la mayoría nos gusta tener las miradas sobre nosotros de vez en cuando. Sin embargo, los buscadores de atención rozan lo patológico y hasta lo obsesivo.
Aparece ya por primera vez durante la adolescencia alcanzando picos más estables en la primera juventud. Casi sin darse cuenta, sus conductas dependientes y demandantes se vuelven más tiránicas e histriónicas, causando con ello múltiples desavenencias y problemas en un entorno que se siente agotado y casi al límite.

Conozcamos más datos al respecto.

¿Qué características definen a los buscadores compulsivos de atención?

La búsqueda de atención excesiva o desadaptativa es un componente central en determinados diagnósticos de trastornos de salud mental, en especial, en el trastorno histriónico de la personalidad y también en el trastorno límite de la personalidad. Por ello, a la hora de definir sus características es común que se superpongan los rasgos, siendo muy simulares con aquellos que definen estas condiciones psicológicas. Son las siguientes:

  • Se sienten incómodos en esas situaciones en las que no logran tener la atención de los demás. El hecho de no lograrlo los aboca a un estado de gran molestia y frustración.
  • No dudan en usar comportamientos seductores y hasta teatrales con tal de llamar la atención, de ser el centro de las miradas en cualquier momento, por inapropiado que sea.
  • Suelen ser muy superficiales. No son capaces de establecer relaciones sólidas de amistad o pareja. Toda relación es instrumental, con el fin de recibir afecto, reconocimiento y admiración de los demás.
  • Son, como suele decirse, los reyes o las reinas del drama. Todo lo que les sucede a ellos tiene mayor relevancia, es más grave o más destacable. Lo que nos suceda a nosotros en cambio, carece de importancia.
  • Monopolizan las conversaciones, las cuales a menudo acaban convirtiéndose en monólogos.
  • Son demandantes y dependientes. No dudan en reclamar cosas de manera constante, en esperar que los demás les resuelvan cualquier problema, por pequeño que sean.
  • Cuando no logran lo que desean, pueden derivar en rabietas, en explosiones de ira y frustración.

¿Qué hay detrás de los buscadores de atención?

Hemos señalado ya que una de las causas que pueden explicar el comportamiento de los buscadores compulsivos de atención es un trastorno de personalidad. Así, y por término medio, ese reclamo constante de atención, sumado a los comportamientos seductores y teatrales, están detrás del trastorno histriónico de la personalidad.

Ahora bien, muchos de los que exhiben conductas de búsqueda de atención están impulsados por una variedad de causas muy complejas. Estos serían algunos ejemplos:

  • La conducta de exhibición y reclamo de atenciones puede evidenciar un episodio maníaco en el contexto del trastorno bipolar. Todo ello suele ser el resultado de posibles abusos sexuales en el pasado.
  • Los buscadores compulsivos pueden evidenciar también el impacto de un trauma psicológico causado por la negligencia en la crianza.
  • Es más, disponemos de estudios como los realizados en el Centro de estudios cerebrales del Hospital Westmead de Australia en los que se señala algo importante. La desatención en la infancia altera el funcionamiento de regiones como la amígdala y la corteza prefrontal medial. Esto hace que experimenten mayor desregulación emocional, miedos constantes, ansiedad y necesidad constante de aquello que no tuvieron en la niñez: atención, reconocimiento, afecto…
chico representando a los buscadores compulsivos de atención

¿Cómo se trata este comportamiento?

A la hora de dar respuesta psicológica a los buscadores compulsivos de atención, es necesario conocer el origen de este comportamiento. Algo que debemos entender en todos los casos es que quien reclama atención no es feliz. Esa carencia parte de la angustia psicológica, del sentimiento de soledad y también de la posible herida de un trauma subyacente.

Es prioritario ser sensible a estas realidades y saber qué hay detrás de cada caso. Así, en este tipo de pacientes resulta efectiva la terapia cognitiva-conductual. No obstante, el terapeuta debe cuidar muy bien su papel y posición para no convertirse a ojos de la persona en ese salvador o figura que está ahí para nutrir y reforzar sus necesidades.

La finalidad terapéutica es clara en estas situaciones y es lo que debe procurarse:

  • Contrarrestar su estilo de pensamiento distorsionado en el que la necesidad de otros les tengan en cuenta para sentirse realizados.
  • Lograr aplicar un enfoque más realista a cada situación.
  • Manejar mejor las emociones.
  • Tener un mayor control sobre los pensamientos intrusivos.
  • Introducir conductas y hábitos más adaptativos.
  • Enseñar técnicas de resolución de problemas.
  • Entrenamiento en habilidades de asertividad.

Para concluir, aunque bien es cierto que la convivencia con este perfil de personalidad es compleja y hasta problemática. Pero debemos considerar la compleja anatomía que psicológica que se esconde tras ellos. Solicitar ayuda experta y comprometerse a ella es la mejor opción en todos los casos.


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