¿Cómo suele ser la estructura familiar de un agresor sexual?

La estructura y las dinámicas familiares inciden en la aparición de conductas delictivas como la agresión sexual. Conoce qué elementos influyen y qué caracteriza a las familias de este tipo de personas.
¿Cómo suele ser la estructura familiar de un agresor sexual?
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 06 julio, 2023

Los agresores sexuales no son un grupo homogéneo. Aunque similares en ciertos puntos, la actividad delictiva no es siempre la misma, ni lo son los rasgos de personalidad o el perfil de la familia. No hay datos o contextos que permitan determinar quiénes cometerán este tipo de actos. Pero es interesante saber que la estructura familiar de un agresor sexual tiene aspectos característicos.

Primero, hay que centrar el foco en la familia, ya que esta impacta en las experiencias tempranas y en la formación de la personalidad. Según el connotado psicólogo familiar, Salvador Minuchin, las interacciones entre sus miembros, las dinámicas y los aprendizajes transmitidos de padres a hijos determinan en gran medida el modo en que ese menor se desenvolverá en la sociedad.

Pero, ¿qué tipo de estructuras familiares afectan de manera negativa? ¿Existe un perfil psicológico típico del núcleo de un agresor sexual? Lo analizamos a continuación.

¿Cómo influye la familia de un agresor sexual?

De manera general, cuando hablamos de personas con una psicopatología, se tiende a enfocar de forma principal en sus rasgos, problemas y desviaciones. No obstante, desde una perspectiva sistémica se considera que quien presenta el «síntoma» o la problemática es el resultado visible de un sistema disfuncional.

Desde este prisma, a la hora de analizar o interactuar con un agresor de esta clase, tendremos que considerar su contexto, entorno, relaciones y cómo aquellos factores influyen en su conducta. En ese sentido, la estructura familiar del agresor sexual juega un papel crucial, en especial en la época de la infancia 

Pero, ¿qué aspectos del sistema familiar son los que predominan? Según recoge un artículo publicado en la Revista Electrónica de Psicología Ajayu, los siguientes son los principales:

  • Alianzas y coaliciones: se trata de asociaciones entre dos o más miembros de la familia, con la intención de dañar a otro.
  • Organización jerárquica: se refiere a los distintos niveles de autoridad dentro de la familia y a qué miembros la ostentan.
  • Desvinculación: es la capacidad de emanciparse de manera emocional de los progenitores y actuar de forma libre, sin buscar agradarles o rendirles cuentas.
  • Triángulos relacionales: en un vínculo diádico, se incluye a un tercero para solapar o encubrir un conflicto subyacente. Por ejemplo, la madre que toma al hijo como aliado frente al padre.
  • Roles y funciones de cada miembro: se asume que cada persona cumple un papel en la familia y, aunque flexibles, son roles claros y bien definidos. Por ejemplo: los padres cuidan de los hijos, los hijos respetan a los padres o los hermanos se tratan con cariño entre sí.
  • Límites y fronteras: cada persona tiene su individualidad, pero existe un equilibrio en la cercanía que permite interactuar sin perder el propio papel. Si los límites son difusos, encontramos familias amalgamadas; cuando son demasiado rígidos, hay familias desvinculadas, menciona un informe de la Organización Panamericana de la Salud.


Así suele ser la estructura familiar de un agresor sexual

Se considera que, en los sujetos que repiten patrones de agresión sexual, existe una vulnerabilidad causada por la ruptura de los lazos entre padres e hijos, tal como lo destaca un artículo del Anuario de Psicología Jurídica. Es decir, que la ausencia de vínculos sanos y sólidos interfiere y determina ciertas conductas derivadas de diversas experiencias, sobre todo correspondientes a la niñez.

Varios estudios, como el publicado en International Journal of Offender Therapy and Comparative Criminology, encuentran que los agresores sexuales, de forma general, proceden de familias desadaptativas o disfuncionales, con madres que sufrieron abuso físico durante la infancia y padres que abusan del alcohol o las drogas.

Por otro lado, la investigación también sugiere que muchos de estos delincuentes quizás provienen de núcleos en los que vivieron abuso sexual.

Se entiende que tales experiencias conducen a los comportamientos de agresión sexual a través de la hipermasculinidad (exageración de los estereotipos asociados a lo masculino), la compulsividad sexual y la fantasía misógina, señala un análisis compartido en Sex Abuse: Journal of Research and Treatment.

Claves sobre la estructura familiar de un agresor sexual

Ahora bien, respecto a los elementos mencionados, los cuales responden a la conformación de la estructura familiar, se encuentran coincidencias significativas en varios aspectos, según la referida publicación de la Revista Pisicológica Ajayu. Enseguida, miremos cuáles son:

  • Son comunes las triangulaciones y alianzas.
  • La relación con la madre puede ser amalgamada o indiferente, pero de manera excepcional, saludable.
  • Suelen pertenecer a familias desligadas, con relaciones desvinculadas y con un entorno de crianza violento y negligente.
  • El padre suele ser violento, irresponsable e inmoral, mientras la madre muestra actitudes indiferentes y sumisas ante la violencia.
  • La jerarquía familiar está centrada en un solo miembro, por lo general, el padre, y no hay equilibrio de poder entre el hombre y la mujer.
  • La desvinculación no es posible porque el hijo, debido al maltrato o negligencia sufridos, alberga sensaciones de rabia y desamparo hacia los padres.


Las instituciones y su intervención en el entorno familiar violento

En definitiva, la investigación, respecto a la estructura familiar de un agresor sexual, sugiere que un ambiente de crecimiento violento, junto con padres negligentes y unas dinámicas familiares poco saludables, juegan un importante papel en el desarrollo de esta conducta delictiva.

Esto cobra relevancia cuando el tema se aborda desde la prevención, pues es imprescindible que las instituciones públicas y privadas tomen medidas para frenar o impedir la violencia familiar.

Además, es pertinente que estas brinden atención urgente en esos casos en donde se visualicen patrones conflictivos, los cuales influyen de manera directa en potenciales sujetos afectados por un ambiente poco sano para su desarrollo psicosocial.


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