Hoy es el día de dejar atrás la envidia
La envidia es una emoción que, a veces, aparece sin que seamos conscientes ¿A qué afecta? A nuestras relaciones interpersonales en las que nos resultará muy difícil conectar con los demás.
Admirar a alguien o desear llegar hasta donde ha llegado una persona cercana a nosotros no tiene nada que ver con la envidia.
La envidia es desear lo que el otro tiene, pero esto no es suficiente. El envidioso busca, además, destruir a esa persona.
“La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten”
-Arthur Schopenhauer-
¿Has sentido dolor y rabia por algo que un amigo ha logrado y tú no? Entonces, conoces perfectamente la emoción de la envidia, pero esto se acaba hoy.
La envidia es muy destructiva y debemos aprender a dejarla atrás para sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás.
¿Los demás son mejores que yo?
Esta es una pregunta que todos nos deberíamos hacer: ¿Por qué vemos a aquellos que han conseguido lo que nosotros no hemos logrado como mejores que nosotros?
Debemos pensar que nadie es igual y la diferencia es lo que nos hace únicos. Nadie es mejor que tú por haber logrado eso que tú tanto desearías conseguir también.
Estar seguros de nosotros mismos es lo que nos llevará a alcanzar todo lo que nos propongamos. Quizás nuestro compañero haya llegado ya a la meta, pero nuestro camino puede ser muy diferente.
Confía en tus posibilidades y no ceses en tu intento de conseguir lo que quieres, pero, ¡ojo! No consigas aquello que los demás han alcanzado por el mero hecho de envidiar sus logros.
“La envidia es una declaración de inferioridad”
-Marlene Dietrich-
Tú tienes tus propios recursos para llegar a donde desees. Debes aprender a explotar todo lo que te hace diferente. Probablemente, tengas ciertas habilidades que aquellos a los que envidias no tienen, ¿por qué envidiar entonces? ¿por qué querer ser como el resto?
Juzgar a los demás, meterse en la vida del resto no te ayudará a alcanzar tus metas. Céntrate en ti mismo, confía y esfuérzate por conseguir tus sueños. Tienes muchos recursos a tu alcance, solo te falta diseñar la estrategia que mejor vaya contigo.
Piensa que nadie merece tanto tu atención como tú mismo y que, para lograr aquello que deseas, debes mirarte a ti mismo y olvidarte de los pasos que estén dando las personas que tienes a tu alrededor.
Si tienes que competir, hazlo contigo mismo
Estamos acostumbrados a competir, algo que fomenta la aparición de la envidia. Lograr algo antes que nadie, provoca que tengamos que mirar a quien tenemos más cerca e intentemos copiar su misma estrategia.
Pero, esto no nos garantiza el éxito. Es más, ¿pisotear a los demás te va a hacer feliz? Realmente, no. Te sentirás solo en tu victoria, pues habrás destrozado todas aquellas relaciones que habrías podido tener. Todo eso, por el afán de ser el mejor.
Eres diferente y conoces tus límites, supérate dentro de tus posibilidades
sin mirar a quienes tienes a tu alrededor
Con esto, la mejor actitud es competir contra nosotros mismos. ¿Qué serías capaz de hacer por lograr el 10? ¿Pisotear a quien sea? Esta no es la actitud, ya que no te compensa. Eso no es lo que quieres realmente, ¿te vas a sentir realizado?
Piensa en lo que verdaderamente quieres y céntrate en ti. Los demás tendrán sus sueños, pero tú tienes los tuyos propios. No permitas verte arrastrado por metas que no son las tuyas propias.
Esto no significa que no “imites” ciertas actitudes de aquellos que han logrado lo que tú tanto deseas. Por ejemplo, si deseas alcanzar una meta, en vez de pensar cómo pisotear a tu adversario más fuerte, ¿por qué no empiezas a fijarte en lo que él está haciendo?
Pensar en esto, te ayudará a no buscar la solución fácil. Esa de la que no obtendrás el beneficio deseado. Invierte toda esa energía en superarte cada día. Solamente así, lograrás todo lo que te propongas.
Admira, pero no envidies.
Aprende, pero no destruyas
Utiliza tus recursos, aprende de tus errores y sigue todo recto el camino que te llevará a tus metas. Sigue los pasos de aquellos que ya han conseguido llegar a lo que tú deseas, pero no te olvides que tu camino no será el mismo pues cada uno es diferente y único.