¿Qué es la terapia de juego y cómo funciona?
Si echaras tu mirada atrás, es probable que algunos de tus momentos más significativos de la infancia estén vinculados a jugar. Esa interacción simbólica con los más inusitados objetos o materiales genera en el cerebro humano una estimulación cognitiva y emocional de gran relevancia. Partiendo de ello, no es de extrañar que la psicología tenga en la terapia de juego una herramienta potente de intervención en el ámbito infantojuvenil.
Aunque es cierto que también tiene su eficacia en los adultos, es en los más pequeños con quienes se logra crear un entorno motivador para intervenir en un gran abanico de necesidades. Profundicemos un poco más en este tema.
¿En qué consiste la terapia de juego?
La terapia de juego o ludoterapia es un enfoque que permite expresar, procesar emociones y conflictos internos a través de la interacción con objetos. En esta intervención es clave la figura del terapeuta. Dicha alianza es la que facilitará el cambio y que se activen, poco a poco, adecuados recursos psicológicos. Hay que acotar que jugar es la herramienta principal y el habla un medio secundario.
Un trabajo divulgado en Materia Socio-Medica resalta esta estrategia como fundamental para prevenir y abordar los problemas de los más pequeños. La confianza que crea el psicólogo en cada sesión, así como la conexión emocional y el modelado, dan forma a esos mecanismos esenciales para intervenir en realidades tan complejas como los traumas.
Para profundizar El papel del juego en la sanación de traumas
Principios teóricos que la sustentan
Como bien explican las expertas Pamela Meersand y Karen J. Gilmore, en su libro Play Therapy: A Psychodynamic Primer for the Treatment of Young Children (2017), el psicoanálisis fue la primera corriente que vio el potencial de jugar como herramienta de intervención en los niños. Es casi como abrir una ventana para detectar sus ansiedades, miedos y fantasías, de ahí que se fueran asentando los juegos como terapia. Veamos ahora sus principios teóricos.
Juegos como medio de expresión
Los niños utilizan el juego como su principal medio de comunicación. A través de él exteriorizan pensamientos y sentimientos que no pueden verbalizar. Lo que logra este abordaje es ofrecerles nuevos mecanismos de expresión a través de simbolismos mediante la interacción con marionetas, dibujos, plastilina, casas de juguete, elementos de construcción, etc.
Jugar forma parte del desarrollo
Jean Piaget y Lev Vygotsky demostraron que el juego es un medio indispensable para el desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y sociales en los niños. Son recursos que les facilitan entender el mundo que les rodea. Por ello, en las sesiones, se les ofrecen diferentes materiales para que nos demuestren cómo procesan la realidad que les envuelve.
Relación terapeuta-paciente
Durante las consultas, el psicólogo especializado actúa como facilitador, proporcionando, en todo momento, un ambiente seguro. Es importante entender que ese vínculo, con base en un apego saludable, actuará siempre como un factor positivo primario para esos pequeños que transitan por dificultades contextuales, experienciales o de desarrollo.
Tanto el enfoque humanista como el psicoanálisis enfatizaban la creación de un espacio seguro y acogedor para el trabajo y el éxito terapéutico. Si ya de por sí es decisivo lograrlo en la terapia con adultos, en la infantojuvenil lo es más.
El juego como mecanismo para resolver conflictos
A través del juego, los niños pueden representar y trabajar conflictos internos, deseos, miedos y preocupaciones. Esta artesanía psicológica les permite procesar y resolver estos problemas de manera simbólica. Dicho principio está enraizado en la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud y en las ideas de Melanie Klein sobre el juego como una vía más que idónea para la expresión de la vida inconsciente.
¿Qué problemas atiende este tipo de terapia?
La ludoterapia es una intervención muy versátil y efectiva que se emplea para abordar una amplia variedad de realidades clínicas. Estas pueden incluir un gran espectro de realidades que van desde necesidades emocionales o conductuales hasta problemas del desarrollo. Las analizamos en detalle.
Trastornos emocionales
- Depresión: los trastornos depresivos son muy frecuentes entre la población infantojuvenil. Este tipo de abordaje facilita expresar sentimientos de tristeza, desesperanza o falta de interés en actividades que antes solían disfrutar.
- Trauma y trastorno de estrés postraumático (TEPT): tratar realidades tan duras como el abuso sexual, la violencia en todas sus formas o cualquier otro evento traumático es algo muy complejo. Sin embargo, jugar en terapia se alza como una herramienta muy útil en estos casos.
- Ansiedad: los chicos que experimentan ansiedad, ya sea generalizada, relacionada con situaciones específicas (como la ansiedad social) o derivada de miedos específicos (fobias), pueden beneficiarse de los juegos en las sesiones. Por ejemplo, en la revista International Journal of Nursing Education and Research describen su utilidad en la angustia que experimentan los niños hospitalizados.
Problemas de conducta
- Agresividad: jugar puede convertirse en una forma idónea para que los niños trabajen sus sentimientos de ira y frustración. También para que aprendan formas más apropiadas de aflorar estas emociones.
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH): es posible que la ludoterapia ayude a los niños con TDAH a mejorar la atención, la concentración y las habilidades para manejar la impulsividad y la hiperactividad.
- Desobediencia o problemas de control de impulsos: los niños y adolescentes que tienen dificultades para seguir reglas o manejar sus impulsos pueden beneficiarse del juego estructurado, ideal para asentar habilidades de autocontrol y cooperación.
Problemas sociales y familiares
- Inconvenientes de adaptación social: adaptarse a nuevos entornos, como un cambio de escuela o de residencia, resulta en ocasiones algo traumático para muchos niños. Esta forma de terapia actúa como una gran aliada.
- Duelo o pérdida: este modelo es un buen medio para que los niños procesen la pérdida de un ser querido, como un familiar o una mascota. Los terapeutas crean un entorno de seguridad, conexión y validación, para que manifiesten su dolor, su tristeza y posibles miedos.
- Dificultades en las relaciones interpersonales: la infancia y la adolescencia suelen ser complicadas. Los problemas para hacer amigos, compartir o entender las normas sociales quizás mejoren en un entorno terapéutico individual o en grupos de terapia de lúdica.
- Divorcio o separación de los padres: esta es sin duda una realidad muy frecuente. Hay muchos pequeños que lidian con el divorcio o la separación de sus padres de forma estresante. Jugar puede ser favorable para sacar su tristeza, confusión o enfado y también para entender mejor la situación.
Necesidades relacionadas con el desarrollo
- Trastornos del espectro autista (TEA): este modelo se aplica también para ayudar a los niños con TEA a mejorar sus habilidades sociales, de comunicación y de juego simbólico, así como para abordar conductas repetitivas o restrictivas.
- Retrasos en el desarrollo: los problemas del desarrollo del habla, de las habilidades motoras o del desarrollo cognitivo se benefician de la terapia con juegos. Los especialistas adaptan la intervención de acuerdo a las necesidades de los pacientes.
- Otros problemas psicológicos: la población infantil con problemas del desarrollo o con necesidades psicológicas, como los pequeños con síndrome de Down, es amplia y presenta necesidades muy particulares. Tal y como puntualizan en la Universidad Estatal de Wright, la ludoterapia es conveniente en el tratamiento de enfermedades mentales y problemas de conducta.
Adultos con conflictos internos
Si bien es cierto que asociamos siempre la terapia de jugar a la población infantojuvenil, cabe destacar que también beneficia a los adultos. En estos casos, se convierte en ese enfoque eficaz para acceder a emociones y pensamientos difíciles de expresar verbalmente.
A través de la terapia con muñecos, la dramatización o la caja de arena, los adultos exploran de manera segura y simbólica sus conflictos internos, traumas y deseos.
¿Qué beneficios aporta?
Hay un pequeño matiz que conviene clarificar. Los juegos en terapia no son solo una simple actividad con la que entretener a los pacientes. Nos encontramos ante una modalidad estructurada, sustentada en la ciencia y con una serie de finalidades. Saber distinguir lo que no es siempre resulta útil. Te precisamos ahora cuáles son sus beneficios y metas estipuladas:
- Fortalecer vínculos.
- Construcción de la autoestima.
- Reducir conductas problemáticas.
- Desarrollo de habilidades sociales.
- Mejorar la autorregulación emocional.
- Mediar en la resolución de conflictos internos.
- Favorecer una adecuada expresión emocional.
- Fomentar la creatividad y la flexibilidad cognitiva.
¿Cómo se aplica este modelo terapéutico?
La aplicación del juego en la terapia sigue un proceso estructurado que varía según el enfoque, las necesidades del niño y los objetivos del tratamiento. No obstante, hay algunos pasos generales en la mayoría de los casos. Lo primero es llevar a cabo una adecuada evaluación. A continuación, se tienen en cuenta los siguientes aspectos.
Tiempo y organización
Una sesión típica puede tener una duración de entre media hora y 45 minutos. Siempre dependerá de las necesidades/características de la persona. Asimismo, los padres o tutores también tienen un papel destacado. Tanto es así que es esencial que se establezcan varias sesiones con el terapeuta.
Por otro lado, durante el tiempo compartido, se procura crear un entorno cálido, cercano y seguro, de modo que el niño o adolescente se sienta cómodo para jugar. En estos escenarios se apela a diversos metodologías o alternativas.
Recursos
- Caja de arena.
- Juegos de mesa.
- Juegos de LEGO.
- Juegos con cartas.
- Jugar con muñecas.
- La casa de las muñecas.
- Bloques de construcción.
- Obra de teatro de marionetas
- Arte: dibujos, pintura y demás
- Obra de teatro de la fiesta del té
- Juegos de estrategia como ajedrez o damas
Tipologías
Terapia no directiva o centrada en el niño
Desarrollada por Virginia Axline, también se conoce como terapia de juego centrada en el cliente. En este enfoque, se da al niño total libertad para jugar sin ninguna guía o interferencia del terapeuta.
Terapia de juego directiva
Esta metodología es más estructurada y está dirigida en todo momento por el psicólogo. Es el profesional quien elige los juegos o actividades específicas que abordarán los problemas concretos u objetivos estipulados.
Terapia filial
En la terapia filial se involucra a los padres o cuidadores, entrenándolos para que participen de forma activa en las sesiones con los niños. El objetivo es fortalecer el vínculo progenitor-hijo, mejorar la comunicación y resolver problemas familiares a través de esta metodología.
Terapia de juego Gestalt
Como dato interesante te gustará saber que en la actualidad disponemos también de un modelo basado en la Gestalt. Es la Gestalt Play Therapy desarrollada por la doctora en psicología Violet Solomon Oaklander. En este enfoque, se guía al niño para que integre y mejore la percepción sobre sí mismo y sus experiencias traumáticas.
El juego es un canal para orientar su mente hacia el aquí y ahora y reducir la angustia de su psique. Los terapeutas formados en la gestáltica procuran en todo momento ir más allá de la sintomatología o el trastorno del niño, para tratarlo como un todo, como una entidad holística. A continuación, listamos los objetivos que se buscan:
- Trabajar la autorreflexión.
- Favorecer el autocuidado.
- Integrar en el niño la autocompasión.
- Intervención somática (expresión corporal).
No te vayas sin leer Los niños en terapia también juegan
La terapia de juego es una herramienta versátil
Llegados a este punto, insistimos una vez más en que este modelo terapéutico no consiste solo en darle unos lápices de colores o una caja de arena con muñecos al niño o al adulto. La terapia de juego es una herramienta poderosa y versátil que permite a individuos de todas las edades (en especial a los más pequeños) explorar y resolver problemas en un entorno seguro.
Si piensas en recurrir a ella por cualquier realidad personal, busca siempre a especialistas en este modelo. A través de un proceso estructurado y guiado por un profesional, se pueden alcanzar buenos resultados. Con tiempo y el apoyo del entorno, se lograrán esos fines terapéuticos tan necesarios en toda etapa de la vida.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Astramovich, R. L., Lyons, C., & Hamilton, N. J. (2015). Play therapy for children with intellectual disabilities. Journal of Child and Adolescent Counseling, 1(1), 27-36. https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/23727810.2015.1015904
- Koukourikos, K., Tsaloglidou, A., Tzeha, L., Iliadis, C., Frantzana, A., Katsimbeli, A., & Kourkouta, L. (2021). An overview of play therapy. Materia Socio-Medica, 33(4), 293-297. https://www.ejmanager.com/mnstemps/16/16-1642455717.pdf?t=1724608695
- Meersand, P., & Gilmore, K. (2017). Play Therapy: A Psychodynamic Primer for the Treatment of Young Children. American Psychiatric Publishing.
- Pajapati, K. K., Samprasad, K., & Doss, K. J. J. (2019). A study to assess the effectiveness of play therapy on anxiety among hospitalized children (6–12 years), at selected hospital rajkot. International Journal of Nursing Education and Research, 7(2), 218. https://www.indianjournals.com/ijor.aspx?target=ijor:ijner&volume=7&issue=2&article=018
- Senko, K., & Bethany, H. (2019). PLAY THERAPY: An illustrative case. Innovations in Clinical Neuroscience, 16(5-6), 38-40. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6659989/