Siempre hay alguien mirándote: el panóptico de Foucault

La teoría del panóptico de Foucault se refiere a los mecanismos de vigilancia y control que gravitan sobre toda la sociedad y que han llevado a un profundo temor de apartarse de las normas o de las disciplinas establecidas.
Siempre hay alguien mirándote: el panóptico de Foucault
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 08 diciembre, 2018

Se conoce como el panóptico de Foucault a una tesis del filósofo francés sobre el poder, el control y la dominación. En estricto sentido, un panóptico es un edificio en el cual está apostado un puesto de vigilancia que cubre todo el lugar. Esto quiere decir que quien vigila puede observar todo lo que hacen quienes están allí. Sin embargo, el vigilante no es visible para los demás.

En la teoría del panóptico de Foucault se trabaja un concepto análogo, pero desde un punto de vista más simbólico y abstracto. A su juicio, en la sociedad opera un mecanismo similar al de panóptico originario, que básicamente correspondía a las instalaciones de una cárcel.

Sin embargo, los mecanismos de vigilancia y de control en la sociedad son mucho más sofisticados e imperceptibles. Hay focos de observación de todo lo que hacemos, pero estos pasan desapercibidos o son aceptados sin mayor resistencia. Eso es lo que propone la teoría del panóptico de Foucault: somos constantemente vigilados y controlados.

Todo sistema de educación es una forma política de mantener o de modificar la adecuación de los discursos, con los saberes y los poderes que implican”.

-Michell Foucault-

El panóptico de Foucault y la sociedad disciplinaria

Para Foucault, el devenir de la historia nos ha llevado a construir una sociedad disciplinaria. Esto es, una sociedad que se mueve alrededor de los mandatos y las obediencias. El factor que hace posible todo esto es la vigilancia, que corresponde precisamente al panóptico de Foucault.

En la sociedad disciplinaria lo que se busca es uniformar el comportamiento de la gente. Para lograrlo, se implementan una serie de premios y castigos. Se premia a quien se ajusta a la norma y se castiga a quien se aparta de ella. Si todos los individuos tienen una mente más o menos igual, es más fácil ejercer control sobre ellos. A la vez, la forma de controlarlos es uniformando sus mentes.

Un ejemplo de esto son los exámenes de estado que se realizan en muchos países. Estos se le aplican a todos los estudiantes y otorgan una puntuación. De acuerdo con esa puntuación, se adquieren o se pierden privilegios. Esa medición uniforma a todos y determina un lugar dentro del sistema. Es también una forma de vigilancia sobre el aprendizaje, sin que esté probado que sea una forma idónea de medir el conocimiento.

Michel Foucault

La vigilancia invisible

La teoría del panóptico de Foucault establece que las instancias que vigilan son invisibles para los vigilados. Se trata de un poder abstracto e impreciso, que se aplica a través de muchos agentes. Pensemos por ejemplo en una empresa. Quizás un empleado jamás va a ver personalmente al dueño de la misma, pero este ejerce control sobre él a través de una serie de instancias. A veces los jefes inmediatos, a veces las cámaras que hay dentro de las instalaciones, etc. El empleado es visible para el dueño, porque controla su tiempo y sus movimientos, pero no ocurre lo mismo en sentido inverso.

Uno de los aspectos recalcados por Foucault es precisamente ese control sobre el tiempo y los movimientos. Se ejerce en la escuela, en el trabajo y en diversas instituciones y espacios. Las gentes deben transitar por determinados espacios y por otros no. Deben sentarse o mantenerse de pie. También deben regular su tiempo de acuerdo a como lo señalen diversos poderes.

Quizás muchos piensen que esto es perfectamente normal y que es adecuado que sea así, para que exista orden social. Sin embargo, no en todas las épocas de la historia, ni en todas las sociedades existe esa obsesión por el control y la disciplina.

Autocontrol y autocensura

Foucault preconizaba que había llegado un momento en el que no era necesario el castigo físico para obligar a la gente a actuar como sus amos querían. La sociedad actual lo ha normalizado todo. Ha determinado lo bueno y lo malo, en muchos casos de forma totalmente arbitraria. Esto termina invadiendo hasta los aspectos más íntimos de una persona, lo cual incluye la sexualidad.

Hombre manipulando marionetas

Es tan poderoso el mensaje simbólico que se emite a todos desde las grandes instituciones (escuela, estado, medios de comunicación, etc.) que las mismas personas que están siendo controladas colaboran con el ejercicio del poder. Se “autocontrolan” y se “autocensuran”. Temen a una sanción, a una exclusión.

Foucault no alcanzó a ver los impresionantes desarrollos de la tecnología en términos de vigilancia. El tema ha superado el alcance de sus temores. La informática hace posible un seguimiento constante de cada uno de nosotros. Lo sabemos y eso nos hace sentir un temor impreciso. Hay un gran deseo de no ser diferentes a los demás, de uniformarnos. Así, el gran poder parece consolidarse cada vez más.


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  • Jay, M. (2007). ¿ Parresía visual? Foucault y la verdad de la mirada. Estudios visuales: Ensayo, teoría y crítica de la cultura visual y el arte contemporáneo, 4, 7-22.


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