8 hábitos que matan neuronas

¿Sabías que algunos hábitos matan neuronas y que el estilo de vida incide directamente en la salud mental? Conoce 8 hábitos que son potencialmente dañinos para el cerebro.
8 hábitos que matan neuronas
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 01 octubre, 2022

¿Sabías que algunas rutinas y estilos de vida matan neuronas? Y es que el cerebro es el órgano que permite que el resto del organismo funcione. Por ello, debemos cuidarlo. Una vida saludable, que incluya hábitos sanos, como relajarnos, hacer ejercicio, comer y dormir bien, etc., puede ayudarnos a prevenir una gran cantidad de problemas, entre los que se incluye la muerte neuronal.

Así, tanto el ejercicio físico como el cognitivo son importantes a la hora de cuidar nuestra salud general y nuestra salud mental. Pero ¿qué hábitos es mejor evitar si queremos proteger a nuestras neuronas? Te dejamos 8 de ellos, ¡aunque existen más!

Hábitos que matan neuronas

Como decíamos, cuidar el cerebro es cuidar la mente y la salud física en general. Y es que existen ciertos hábitos que matan neuronas y que, como consecuencia, debilitan y dañan nuestro sistema nervioso. ¿Cuáles son? Estos tienen que ver con el estrés, con dormir poco, con no estimular nuestro cerebro… Sin embargo, hay más. Aquí os dejamos algunos de ellos.

Neuronas conectadas

1. El estrés

El estrés es uno de los principales hábitos que matan neuronas. El estrés se define como un sentimiento de tensión física y emocional; consiste, a su vez, en un mecanismo que se activa cuando una persona debe afrontar situaciones que exceden sus recursos personales. Es decir, aparece cuando nos sentimos sobrepasados.

Este mecanismo, sobre todo, si aparece de forma prolongada en el tiempo (estrés crónico), puede llegar a matar neuronas, ya que cuando estamos estresados, el organismo libera una gran cantidad de cortisol (la hormona del estrés). Esta hormona se utiliza para desviar recursos a los procesos biológicos requeridos para afrontar situaciones urgentes.

Pero, ¿qué ocurre cuando el organismo libera grandes cantidades de cortisol y además de forma prolongada? Que las neuronas quedan desatendidas y el sistema inmune queda debilitado.

2. Consumir azúcar

Ingerir grandes cantidades de azúcar también se ha relacionado con la muerte neuronal (además de con otros problemas de salud). De esta forma, el azúcar en exceso retrasa la absorción de otros nutrientes e interrumpe las actividades cerebrales. Y es que, como todo en la alimentación, lo ideal será llevar a cabo un consumo responsable; tomar azúcar no es dañino, pero hacerlo en exceso sí lo es.

3. Falta de estimulación

La falta de estimulación (ya sea física, sensorial o cognitiva, aunque especialmente estas dos últimas), es decir, la monotonía, también es un hábito que mata neuronas.

En este sentido, pensar es la mejor manera de estimular el cerebro. Esto incluye hacer ejercicios mentales, estudiar, escribir, leer un libro, etc. Son actividades que ayudan a nuestro cerebro a “trabajar” y a prevenir patologías graves.

“El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender”.

-Anónimo-

4. La deshidratación

Estar continuamente deshidratados es otro de los hábitos que matan neuronas. Así, cuando tengamos sed, es importante saciarla cuanto antes. ¿Por qué? Porque, si no, el organismo empezará a extraer agua de las células del cuerpo y eso aumenta la probabilidad de que algunas de ellas se destruya (incluidas las neuronas).

5. Fumar (y las drogas)

Este hábito tóxico, además de dañar tu salud, también puede destruir tus neuronas. El tabaco es una droga que, como muchas otras, es capaz de generarnos una importante adicción.

Además, puede dañar las neuronas de forma permanente e incluso matarlas. Esto ocurre también con muchas otras drogas.

6. La contaminación

Respirar en entornos contaminados no solo daña el sistema respiratorio, sino que también puede matar neuronas. Esto es así porque el cerebro es uno de los órganos del cuerpo que más recursos consume; cuando inhalamos (al respirar), sobre todo en ambientes contaminados, absorbemos una gran cantidad de partículas tóxicas.

Y estas partículas llegan al cerebro (a pesar de que la barrera hematoencefálica nos proteja de algunas de ellas). Por eso, va tan bien salir de las grandes ciudades de vez en cuando (y sobre todo, vivir en ambientes naturales como el campo).

7. La falta de sueño

Dormir poco, o dormir mal, también es uno de los hábitos que matan neuronas. En este sentido, muchas investigaciones han relacionado la falta de sueño prolongada con la muerte neuronal, así como con la disminución de algunas partes del cerebro (como por ejemplo el hipocampo).

A largo plazo, estos daños pueden ocasionar problemas de memoria, dificultades de concentración, etc.

Hombre despierto en la cama

8. Comer en exceso

Ingerir alimentos en abundancia provoca la ralentización de la circulación y limita el transporte del oxígeno hacia el cerebro. Además, si consumimos alimentos ricos en grasa no saludables, podemos inflamar nuestros tejidos. No moderar las porciones altera la función nerviosa y disminuye la capacidad de memorizar de forma inmediata. Es más, un estudio encontró que la obesidad y la demencia están asociadas con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer (EA) y cambios neurodegenerativos subyacentes

Hábitos que matan neuronas: cuidar la salud mental

Cuidar nuestra mente implica cuidar el cerebro. Y es que, como vemos, la vida que llevamos incide directamente en la salud cerebral. El cerebro está conectado con nuestra realidad y con nuestros hábitos, y una vida saludable nos puede proteger de muchas dolencias.

En este sentido, sabemos que muchos de los trastornos que afectan a la salud cerebral tienen su origen en factores hereditarios, la edad o algún tipo de lesión; sin embargo, hábitos como los explicados también pueden influir en su aparición, ya que las neuronas necesitan funcionar adecuadamente para que nuestro cerebro también lo haga.

“Si el cerebro humano fuese tan simple que pudiésemos entenderlo, entonces seríamos tan simples que no podríamos entenderlo”.

-Emerson M. Pugh-


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