Castigo de Corea del Norte para quienes vean películas y series extranjeras
El régimen comunista de Corea del Norte considera como un acto ilegal que la población consuma contenidos audiovisuales extranjeros. A causa de ello, no hay acceso a internet y los canales de televisión son controlados por el Estado.
La persecución inició en el año 2002 cuando las autoridades detectaron que una gran cantidad de películas provenientes de otros países se estaban filtrando. De esa manera, llevaron a cabo una operación militar para eliminar todo el contenido e interceptaron alrededor de 20 mil CD en Pyongyang, la ciudad capital.
Sin embargo, con el pasar del tiempo el material extranjero se siguió difundiendo y el gobierno empezó a condenar a la población. Debido a ello, en un principio el castigo de las personas era ir a trabajar de 1 a 3 años en unos campos de concentración.
No obstante, al descubrir que se seguían hallando películas ajenas, fueron endureciendo los hostigamientos. Tanto así que, una gran cantidad de personas han llegado a ser fusiladas en las vías públicas.
El objetivo de esta crueldad era que los ciudadanos presenciaran lo que les podía suceder si decidían ver una película extranjera. Por esa razón, todos estaban obligados a asistir a los fusilamientos y el que no iba era denominado un traidor que también sufría consecuencias extremas.
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Las razones de estas prohibiciones en Corea del Norte
Los gobernantes de Corea del Norte siempre han puntualizado que no puede existir ningún tipo de oposición contra su régimen. Debido a ello, establecen que las películas extranjeras son un elemento nocivo que puede transmitir actos de resistencia y por eso no son aptas para su país.
Por otro lado, manifiestan que a través de las películas se puede fomentar la idea de vidas ostentosas. De esa manera, afirman que los materiales extranjeros transmiten ideas capitalistas que pueden poner en riesgo al comunismo que ellos tienen establecido.
Además, la intención de los mandatarios de Corea del Norte es que la población no conozca cómo se vive en otros territorios. Así, creen que pueden evitar que se detecten falencias tales como el déficit económico, las carencias de alimentos y las restricciones de la libertad.
Los gobernantes con esta decisión tratan de evitar que las personas adquieran costumbres autóctonas de los países contrincantes. Esto para impedir que los rivales interpreten que sus sistemas son más exitosos y permiten una mejor calidad de vida.
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La severa ley que surge en la actualidad
Esta realidad está cada vez más lejos de terminarse, pues durante este año el gobierno de Kim Jong-un diseñó una ley que aumenta la represión. En esta se plantea que además de prohibirse las películas extranjeras, se restringe la ropa, los peinados y el lenguaje proveniente de otros territorios.
Asimismo, se planteó que las personas a las que se les encuentre una gran cantidad de medios de comunicación serán sometidas a la pena de muerte. Esto, por intermedio de un fusilamiento severo.
Por su parte, los individuos que sean sorprendidos mirando películas extranjeras o teniendo comportamientos inadecuados tendrán que permanecer presos en los campos de concentración. La pena estipulada hasta el momento es de 15 años.
La ley establece que toda la población tiene que vigilar que no se presente ningún incumplimiento. De esta manera, determina que si un trabajador actúa de manera ilegal, los jefes inmediatos también tendrán que pagar un castigo.
Por último, el presidente aseguró que si los jóvenes rompen las medidas establecidas, los padres se tratarán como culpables. A raíz de ello, las autoridades norcoreanas siguen apelando al miedo para dominar a su población y es toda una incertidumbre lo que pueda suceder en el futuro.
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- Anta Félez, José Luis, Moral y cotidianidad en los campos de concentración del nacismo. Athenea Digital. Revista de Pensamiento e Investigación Social [Internet]. 2004; (6):1-12.