¿Cómo puedo prepararme para la muerte de un ser querido?

Nadie está preparado para dejar ir a un ser querido. Si estás ahora mismo en esta dura circunstancia, te brindamos unas claves básicas para transitar por este momento de la mejor manera. 
¿Cómo puedo prepararme para la muerte de un ser querido?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 07 agosto, 2023

«¿De qué forma puedo prepararme para la muerte de un ser querido?». Son muchas las personas que llegan a consulta psicológica con esta pregunta, abrumadas por las emociones difíciles, por los miedos y una angustia que les impide poder reaccionar. Son vivencias bastante duras. Tener que realizar lo que en psicología conocemos como «duelo anticipado» no es fácil para nadie.

En estas circunstancias, debes estar preparado de cara a las etapas que llegarán. Esto implica disponer desde una adecuada información sobre la enfermedad de tu familiar hasta saber aplicar herramientas eficaces de gestión emocional. Recuerda siempre que tu tristeza, e incluso la ira que sientes por la presente vivencia, son estados normales y comprensibles.

A continuación, te describimos las estrategias que más pueden ayudarte en este delicado proceso.

Estamos aquí en la Tierra para aprender nuestras propias lecciones. Nadie puede decirte cuáles son las tuyas; es parte de tu viaje personal el descubrirlas.

~ Elisabeth Kübler-Ross (Una luz que se apaga, 1969) ~

Prepararme para la muerte de un ser querido: 8 claves

Se ha escrito mucho sobre el duelo posterior a la muerte de alguien que apreciamos, pero no tanto al respecto de cómo dejar ir a un enfermo terminal. Tal vicisitud reviste al ser humano de sentimientos encontrados y de un dolor difícil de describir. Cuando no puedes detener el declive de alguien a quien amas, debes estar listo para afrontar un proceso vital bastante complejo.

En un estudio publicado en la revista Omega se destaca que los profesionales de la salud mental atienden un gran número de personas que atraviesan esta misma realidad. Son experiencias en las que el apoyo social y un afrontamiento proactivo son esenciales. Nadie está preparado para despedirse de alguien que quiere, pero con las herramientas adecuadas encontrarás las fuerzas.

A continuación, te describimos esas estrategias que te servirán de ayuda, de guía y también de confort.



1. Permítete sentir y comprende el duelo anticipado

Nuestra sociedad no entiende bien los duelos anticipados y el sufrimiento silenciado asociado con ellos. Sin embargo, esta etapa, a pesar de su dureza, te brinda oportunidades con las que poder dar un cierre más sosegado. Es una pequeña ventaja frente a quien, por ejemplo, pierde a su ser querido de forma abrupta sin tener opción a una despedida.

Tal y como señalan en un artículo de BMC Palliative Care lo que más impacta en estos procesos es la propia incertidumbre y el peso del cuidado. No saber lo que puede suceder y en qué momento son las principales preocupaciones. Si estás ahora mismo en esta misma tesitura, toma nota de unas consideraciones en las que reflexionar:

  • Cada persona lidia con el duelo anticipado de una manera particular.
  • Apóyate en tu círculo cercano durante esa etapa.
  • Permítete sentir todas las emociones, no las reprimas.
  • Comparte esos sentimientos con quien sepa escucharte.
  • Tienes derecho a llorar, descansar y delegar tareas de cuidado en los demás.
  • Recuerda que también es normal experimentar enfado o ira por esa vivencia.

2. Habla con tu ser querido y exprésale tus sentimientos

Si te preguntas «cómo puedo prepararme ante la muerte de un ser querido», ten en cuenta un detalle. Lidias con una vivencia demasiado dura, es cierto, pero tienes una pequeña ventaja a tu favor: puedes despedirte de esa persona. No es necesario que tengas una «conversación final», se trata, en realidad, de aprovechar cada instante con esa figura cuando está receptiva:

  • Explícale lo importante que ha sido esa persona en tu vida.
  • Exprésale lo que sientes por él/ella con claridad, cercanía y afecto.
  • Recuérdale momentos en común en los que te sentiste feliz a su lado.
  • Si hay asuntos que deben perdonarse o resolverse, aprovecha la oportunidad.
  • Si consideras que es necesario aclarar ciertas realidades o vivencias del pasado, es el momento.
  • Dale muestras físicas de cariño, como caricias, abrazos, besos o cualquier otro tipo de demostración afectiva.

3. Crea instantes significativos

Es evidente que, si esa persona sufre una enfermedad neurodegenerativa, no podrás tener esos diálogos más íntimos. Es más, como matizan en Culture, Medicine and Psychiatry los duelos anticipados con familiares que sufren demencia empiezan mucho antes. De algún modo, uno deja ir a esa persona de una forma mucho más lenta, pero el sufrimiento es igual de turbador.

En estos casos, hay otros mecanismos para crear y promover esa conexión emocional profunda. Haz que el tiempo que compartas con esa persona sea especial y muy significativo. Realiza actividades sencillas, pero estimulantes, que se ajusten a las aficiones y pasiones de tu familiar.

Escuchar música juntos, ver alguna película que le guste, estar con las mascotas, dar un paseo por la playa o el campo (si es posible) les permitirá originar anclajes emocionales más allá de las palabras. Son fotografías mentales que no se olvidan y perviven para siempre en el corazón.

4. Infórmate sobre su situación y considera los cuidados paliativos

Las estrategias a la hora de afrontar el adiós a alguien que quieres integran dimensiones emocionales y también materiales o logísticas. En este sentido, es necesario que te informes sobre qué necesidades tendrá a lo largo de sus últimos días.

Si bien es algo bastante duro, es decisivo saber cómo puede cursar su estado y cuáles son los síntomas para comprender cuándo está llegando su momento. Por otro lado, también es ideal que consideres, con el resto de la familia, dónde quieren que pase sus últimos momentos. Recuerda que los cuidados paliativos pueden darse en el domicilio y en centros especializados.

Dile a tu ser querido que lo quieres. Esas palabras siempre son poderosas y sanadoras, sobre todo, cuando llega la dura tarea de dejarlo partir. Y, recuerda, exprésate aunque la persona ya no responda físicamente; lo más probable es que aún pueda escucharte. Así que hazlo, habla desde tu corazón.

5. Empieza a pensar en cómo será la vida sin esa persona

Lo sabemos, te puede parecer injusto, frívolo y hasta desesperante. Sin embargo, el duelo anticipado debe abrirte un espacio para que puedas prepararte ante la idea de cómo será la vida sin tu ser querido. Es una realidad que debes aceptar para que, cuando llegue el momento, esa nueva etapa no sea tan difícil y ya tengas una parte recorrida.

Visualiza cómo será tu realidad sin esa figura y piensa qué cambios deberías hacer. Reflexiona en los vacíos que dejará y la manera en que procurarás sanar dichos rincones vitales.

6. Habla con tu ser querido sobre la muerte

Si te preguntas «cómo prepararme para la muerte de un ser querido», hay un aspecto que debes considerar. Las conversaciones sobre la mortalidad son temas que casi siempre se esquivan. Sin embargo, cuando se lidia con una enfermedad o un estado clínico terminal, tanto tus seres cercanos como tú se beneficiarán de este tipo de diálogos.

Es cierto que te puede costar y que cada uno tiene su estilo de afrontamiento, pero es necesario abordar el tema.

Pregúntale a tu familiar sobre ese momento y qué ideas, sensaciones o creencias tiene al respecto. Aborda el tema del funeral y la ceremonia que desea tener. Asimismo, la espiritualidad, la religión o el amor que recibe de su entorno son soportes que siempre le servirán de fuerza y consuelo a lo largo de esa etapa final.

Por otro lado, en estos contextos también son de mucha ayuda los libros de la psiquiatra Elisabeth Kübler Ross. Una luz que se apaga (1983), Lecciones de vida (2000) o La muerte: un amanecer (1989) son trabajos valiosos en este tema.

7. Apóyate en tu entorno

Hacer frente al final inevitable de un ser querido altera por completo la estabilidad de un sistema familiar. Algo que debes saber es que, en estos escenarios, cada cual maneja de un modo particular dicha experiencia. Hay quien necesitará desahogar sus emociones, otros optarán por la contención y, después, están los que no saben cómo responder o qué hacer.

En los duelos no hay una manera «correcta» de reaccionar. Por ello, hay que priorizar el apoyo mutuo. Es más, en un artículo de BMC Palliative Care insisten en la relevancia de la unión de todos los miembros en esa fase de paliativos. No dudes, por tanto, en tener siempre la cercanía de los tuyos y en estar pendiente, a su vez, de ellos. Esa calidez conjunta les permitirá afrontar mejor la situación.

8. Pide ayuda psicológica si lo necesitas

Pedir ayuda psicológica está bien. Admitir que esa vivencia te supera y no sabes qué hacer con tanto dolor también está bien. La vulnerabilidad física y emocional a la que te somete esa etapa final de la persona que quieres es algo complicado. Ir a terapia psicológica te dará herramientas para manejar de forma más óptima el duelo anticipado y lo que vendrá después.

Solicitar ayuda especializada es un acto de valentía que te dará, sin duda, las fuerzas que necesitas.



Decir adiós, algo para lo que nadie está preparado

Dejar ir y decir adiós duele en cada rincón de tu ser. Es como perder una parte de ti y sentirte perdido en una dimensión extraña, sin el amarre de esa persona amada. Ahora bien, cuando te vuelvas a preguntar «cómo debo prepararme para la muerte de un ser querido», ya tendrás algo claro. Improvisarás la mitad de las cosas, pero lo harás bien.

Mientras llega el momento, cuidarás a tu familiar con amor inmenso, y ese afecto compartido, acompañado de las palabras finales, te servirán de ayuda para dar el cierre.

Hay despedidas que no deberían suceder nunca, sin embargo, cuando la vida te sitúa en ese andén, no tienes otra opción. Permitirás que esa figura se vaya, pero seguirá viva en tu memoria y en el espacio más privilegiado de tu corazón.


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