El «wokefishing», una técnica peligrosa para ligar

En el mundo del internet hay ciberdelincuentes que estudian a sus víctimas primero. Así funciona el «wokefishing», una técnica con la que han caído varias jóvenes. Te prevenimos de ella a través del siguiente texto.
El «wokefishing», una técnica peligrosa para ligar
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 10 julio, 2023

Hay muchas mujeres en todo el mundo que están siendo víctimas de un tipo de ciberengaño relacional, una práctica tan molesta como indignante. En el wokefishing, el delincuente, por lo general, se hace pasar por alguien de mentalidad progresista y feminista para captar la atención. Estos sujetos atraen por una falsa conciencia social y sensibilidad en muchos ámbitos.

Son capaces de construir un «personaje» sólido, creíble y hasta inspirador; sin embargo, lo que hay detrás es un oscuro engaño. Después de unos meses, la máscara cae y, entonces, lo que experimentan muchas jóvenes es una profunda humillación. Se sienten instrumentalizadas y manipuladas. En el siguiente artículo te damos toda la información sobre esta nueva tendencia.

Cuando estés conociendo a alguien nuevo, es recomendable no revelarle todas tus inquietudes, privacidades, valores o inclinaciones ideológicas.

Wokefishing: origen y características

Wokefishing es un anglicismo que puede traducirse como «pesca despierta» y que define la práctica de un ciberdelincuente que estudia a sus víctimas y las capta, simulando tener ideologías afines. Este concepto apareció por primera vez en un artículo del New York Post, bajo un título de advertencia: «Hombres sombríos que fingen ser progresistas en las aplicaciones».

Fue la escritora Serena Smith, quien hizo eco de esta dinámica, al dar voz a la experiencia de miles de mujeres; en especial, las más jóvenes. En este mismo medio se describió el caso de una joven árabe de 19 años. Después de una breve relación con un hombre, acabó descubriendo que despreciaba su origen y su religión. De hecho, este individuo era un supremacista blanco que solo buscaba sexo con ella.

A la persona que hace uso de esta técnica se le denomina wokefisher, y su modus operandi es demostrar un falso progresismo y sintonía para lograr encuentros sexuales. Son prácticas que resultan muy dolorosas para las víctimas porque el impacto no termina al alejarse de estos individuos. Lo más doloroso llega después, en el proceso de sanación de la herida por haber sido utilizadas y engañadas.



¿En qué consiste?

La técnica del wokefishing parte de una premisa muy concreta: tener una misma afinidad política eleva la probabilidad de iniciar una relación romántica. Esta es una idea popular que navega con frecuencia entre la población. A pesar de ello, trabajos como el publicado en la revista Couple & family psychology destacan que hay excepciones y que no es una variable que se cumpla en todos los casos.

No obstante, es evidente que, a la hora de conectar con alguien a través de las aplicaciones de citas, tener una misma ideología es un punto a favor. Nos atrae, nos da confianza y eleva la probabilidad de que hagamos match con quien parece pensar igual que nosotros. Ahora bien, cuidado, porque podemos ser víctimas de una ciberestafa relacional.

De acuerdo con la información que se ha recopilado sobre esta técnica, se ha planteado el siguiente mecanismo de acción:

  • El wokefisher detecta a su víctima. El sujeto busca en las aplicaciones de citas o redes sociales aquellas mujeres que más le atraen por su físico.
  • El siguiente paso es estudiarlas. Procura obtener toda la información que puedan de ellas en el universo digital: internet, Instagram, Twitter, TikTok, etc.
  • A continuación, contacta con ellas mostrándose como alguien muy progresista. Se muestra como un hombre muy cultivado en el feminismo, en los derechos de la mujer, sensible con las minorías, el medio ambiente y muy preocupado por los derechos sociales.
  • Un wokefisher no tiene un interés económico, su fin es tener una nueva pareja sexual. En general, es frecuente que tengan varias víctimas captadas bajo esta modalidad.

Las víctimas más frecuentes de un wokefisher suelen ser las millenials y las jóvenes de la generación Z.

¿Cómo es el wokefisher y dónde actúa?

Un wokefisher se mueve por los universos digitales de las plataformas de citas como Bumble y Tinder. Les interesa en especial estas aplicaciones porque dan la opción de hacer un filtrado por afiliación política e ideológica. Es su territorio particular y donde echan su sofisticado anzuelo.

Si nos preguntamos por la personalidad que hay detrás de estos perfiles manipuladores, podemos intuir que muchos de ellos se definen por una tétrada oscura. Es decir, presentan rasgos elevados en psicopatía, narcisismo, maquiavelismo y, en ocasiones, sadismo.

Debido a que este fenómeno es similar al catfish, podemos citar un estudio publicado en Computers in Human Behavior, donde se analiza las características de sus practicantes. En general, son personajes que aplican una estrategia tramposa para ganarse a sus víctimas, sin preocuparse por los efectos de ese engaño. Además, también se asociaron a ellos las siguientes características:

  • Son hábiles en el dominio de la mentira.
  • Su meta primordial es conseguir una pareja sexual.
  • Presentan con frecuencia rasgos machistas y racistas.
  • Presentan una baja empatía y claras finalidades instrumentales.
  • Por lo general, no comparten ni una de las ideologías que dicen defender.
  • Son meticulosos. No dudan en formarse en determinadas posiciones ideológicas para cautivar.

El wokefishing supone un daño sobre los valores fundamentales de la mujer, además de una clara instrumentalización de su cuerpo.

Efectos del wokefishing: secuelas y tratamiento

La práctica del wokefishing inició de manera aproximada en el 2020, a raíz de la pandemia. Desde entonces, ha dejado tras de sí miles de víctimas. Quien piense que esta realidad no deja secuelas, se equivoca, pues no es un simple engaño ni una broma sin trascendencia de alguien que simulaba ser otra persona. Se trata de acciones concretas que dañan la confianza y la salud mental de otro ser humano.

Las mujeres que padecieron esta dinámica sufrieron un atentado contra sus valores fundamentales y fueron utilizadas sexualmente. Esto, como podemos suponer, tuvo un efecto en sus vidas.

No se debe olvidar que, tal y como lo afirma un trabajo publicado en Journal of Police and Criminal Psychologytoda estafa en internet se vale siempre de la manipulación psicológica, la cual tiene un coste.

¿Qué experimentan las víctimas de un wokefisher?

Las víctimas de un wokefisher pueden mantener una relación con estos estafadores a lo largo de unos pocos meses o un año. Las consecuencias son más intensas cuando sienten afecto por estos individuos, dado que pueden aparecer secuelas mentales como las que enlistamos a continuación:

  • Hay un daño moral.
  • Se sienten instrumentalizadas sexualmente.
  • Hay una combinación de ira y vergüenza.
  • Estas experiencias pueden derivar en depresiones.
  • El efecto que siempre surge es la herida de la traición.
  • Se cuestionan a sí mismas por haber caído en el engaño.
  • Lamentan haber estado con alguien que era justo lo opuesto a sus ideologías.
  • Algunas mujeres sufren acoso cibernético tras haber roto con el wokefisher.
  • Hay jóvenes que no se atreven a compartir sus experiencias por temor a ser juzgadas como ingenuas.

De igual manera, es importante destacar que cualquier mujer puede ser víctima de estos individuos que usan como gancho una posición política o ideológica. Es una dinámica que lleva ya algunos años en funcionamiento y que sigue engañando a muchas jóvenes.



¿Qué hacer tras vivir estas situaciones?

Si hemos sido víctimas de un wokefisher, no debemos dudar en comentarlo con otras mujeres para concienciar sobre esta práctica. De momento, las estafas relacionales no se consideran un delito, debido a que, por lo general, no hay una pérdida monetaria. Al día de hoy, la mentira y la manipulación, a no ser que tengan un elevado coste en la salud mental de la víctima, no están penadas por la ley.

Hablarlo con nuestro entorno y compartir la experiencia con otras personas que hayan pasado por lo mismo nos servirá de ayuda. Por otro lado, si el coste psicológico de esta vivencia es muy elevado, no hay que dudar en solicitar apoyo profesional médico.

¿Cómo protegernos del wokefishing?

Lo más decisivo es saber que existe esta realidad y reconocer que en las aplicaciones de citas, que usan millones de personas cada día, hay presencias deshonestas. Si bien esto es algo que todos tenemos presente, las tácticas se vuelven cada vez más sofisticadas. Nunca está de más seguir las siguientes estrategias:

  • Evitemos dar una confianza inmediata a nuestros «ligues» en las aplicaciones de citas.
  • Procuremos no dar una información detallada sobre todo lo que nos gusta en redes sociales. Un wokefisher estudia nuestros perfiles.
  • Si hemos hecho match con alguien y este inicia conversaciones vinculadas al feminismo, medio ambiente y derechos sociales, debemos estar alerta.
  • Al wokefisher se le desenmascara con preguntas y cuantas más, mejor. No dudemos en plantearle las más diversas cuestiones sobre nuestra posición ideológica. No tardaremos en detectar vacíos, desconocimientos, mentiras, errores, distorsiones o incomodidades.

Si has sido víctima de un wokefisher, no hay que titubear en compartirlo con otras mujeres para que tengan en cuenta este tipo de prácticas engañosas.

Prevención, la mejor arma ante esta técnica

En la actualidad estamos, por así decirlo, ante un mecanismo de manipulación cibernética que va un paso más allá del clásico catfish. Es decir, si en este fenómeno teníamos a alguien que creaba un perfil falso para engañar a una víctima, ahora, además, se usa un gancho muy sofisticado: el de la posición ideológica o política.

Esto nos debe alertar sobre el océano que son las redes sociales, donde hay quienes dejan anzuelos para pescarnos con sus trampas. Seamos hábiles, desconfiemos, seamos ese pez ágil que sabe qué corrientes seguir y qué arrecifes evitar.


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