¿Es verdad que la felicidad estimula el sistema inmunitario?

¿Pueden nuestros estados emocionales afectar la salud física? ¿Ser feliz, por ejemplo, refuerza un poco más tus defensas? La ciencia tiene las respuestas y te las describimos en el siguiente artículo.
¿Es verdad que la felicidad estimula el sistema inmunitario?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 26 junio, 2023

Saber si la felicidad estimula el sistema inmunitario siempre ha interesado a la ciencia. Sabemos que estados como el estrés y la ansiedad suelen afectar a nuestro bienestar físico de muchas maneras. Nos sentimos más cansados y es común experimentar problemas psicosomáticos, como cefaleas y malas digestiones.

Ahora bien, un trabajo publicado en Dialogues in Clinical Neuroscience va un poco más allá y resalta un nuevo término científico denominado «inmunología afectiva». Es decir, las respuestas emocionales e inmunitarias están relacionadas y fortalecen o debilitan la salud mental y fisiológica. Te invitamos a profundizar en el tema.

La buena regulación del estrés nos facilita mejorar la respuesta inmunitaria, al reducir los niveles de cortisol.

Sí, la felicidad estimula el sistema inmunitario, pero ¿cómo lo hace?

Somos conscientes de que en el día a día no siempre es sencillo ser felices. Lo que sí podemos experimentar son emociones de valencia positiva que median en el bienestar. Estados como la calma, la satisfacción y la serenidad inciden directo en nuestras defensas naturales. En otras palabras, lo mental condiciona lo fisiológico.

El dato de que la felicidad estimula el sistema inmunitario es un vínculo que la ciencia ve como significativo desde hace tiempo. Muestra de ello es lo que destacan un artículo en la Revista de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo.

Hay una correlación entre ser feliz y una buena respuesta inmunitaria. Esto se aprecia en indicadores como una mejor salud cardiovascular, menos estados inflamatorios e, incluso, un retraso del envejecimiento celular. Veamos qué mecanismos median en estos beneficios.



Menor nivel de cortisol

El cortisol es la hormona esteroidea que, si bien es clave en los procesos motivacionales, condiciona el bienestar.

En esas épocas en que derivamos en estados de estrés crónico o ansiedad persistente, la salud suele afectarse. Al respecto, la Universidad de Kentucky precisa en una investigación cómo tales estados desregulan el sistema inmunitario, pero dicho patrón no aparece en las personas más felices u optimistas. Analicemos algunos puntos, a continuación:

  • Tener un enfoque mental más relajado y optimista facilita reducir la producción de cortisol.
  • Los hombres y mujeres que manejan mejor el estrés presentan niveles más bajos de esta hormona.
  • Unos niveles más ajustados de cortisol, epinefrina y norepinefrina estimulan la respuesta inmunitaria.
  • En cambio, las personas con actitudes neutras o tristes presentan, según el anterior estudio, hasta un 32 % más de este compuesto en su organismo.

Personalidad, emociones positivas y la función inmunitaria

Cuando decimos que la felicidad estimula el sistema inmunitario, hay que precisar algo. Con frecuencia, esta emoción tiene un componente de gran intensidad y, también, de cierta brevedad. Todos sabemos que resulta complicado atesorar este estado de forma indefinida o más o menos estable en el tiempo.

Ahora bien, hay una serie de emociones de valencia positiva que son más duraderas y que edifican un tipo de actitud que favorece el bienestar. De hecho, disponemos de una investigación muy interesante en Aging & mental health que ilustra esta misma relación.

En dicha indagación, acotan que una personalidad optimista y un buen enfoque actitudinal permiten tener un envejecimiento más saludable. Estos factores median en la longevidad, en una mayor resistencia a la depresión y en un sistema inmunitario más fuerte. Las siguientes son emociones y rasgos de carácter que orquestan esta relación:

  • Resiliencia.
  • Sentido del humor.
  • Calma y templanza.
  • Buen manejo del estrés.
  • Esperanza y positividad.
  • Deseo de conexión social.

Las personas que mantienen una vida social activa, que pasan instantes felices con amigos y familiares, tienen, por término medio, un sistema inmunitario más fuerte.

Elevada producción de anticuerpos

Todos hemos escuchado y leído que la felicidad eleva la producción de neurotransmisores como la serotonina o la oxitocina. Es cierto que los estados mentales gratificantes producen endorfinas y que estas fortalecen el bienestar físico y mental. Pero es necesario considerar otro elemento.

La Universidad de Tel-Aviv realizó un estudio para corroborar que estados como la alegría, la felicidad o la positividad mejoran nuestra respuesta inmunitaria. En concreto, refieren que las emociones positivas elevan la producción de IgA (un anticuerpo) y reducen el cortisol.

La idea de que un estado de ánimo positivo nos ofrece una ventaja biológica, al mejorar la producción de anticuerpos, parece verificarse una vez más. Aún así, los expertos siempre defienden la pertinencia de ser prudentes y aportar más literatura científica en esta materia.



¿Cómo mejorar tu bienestar emocional para fortalecer la respuesta inmunitaria?

Llegados a este punto, sabemos que hay indicios de que la felicidad estimula el sistema inmunitario. Sin embargo, en nuestra actualidad, tan dominada por las prisas, el estrés y la incertidumbre, no es fácil mantener siempre este estado mental y emocional.

Por ello, insistimos, una vez más, en que la meta no está en ser felices cada día, sino en mantener una actitud positiva y resiliente. Y este objetivo lo logras con las siguientes recomendaciones.

Aprende a regular el estrés

Si deseas mantener unos niveles de cortisol lo más ajustados posible, es recomendable aprender técnicas para regular el estrés y son útiles las próximas claves:

  • Iníciate en el mindfulness.
  • Racionaliza tus preocupaciones.
  • Practica técnicas de respiración.
  • Habilítate en estrategias de resolución de problemas.
  • Regula tus emociones desahogándolas en canales como el arte, el deporte, etc.

Mantén una vida activa

El deporte y la actividad física incrementan los niveles de endorfinas, regulan el cortisol y ayudan a mejorar el ánimo. Mover el cuerpo armoniza la mente y, además, estimula el sistema inmunitario.

Cultiva la buena conexión social

El International Journal of Environmental Research and Public Health compartió un artículo con un dato relevante: la soledad es uno de los mayores enemigos para nuestra salud, debilita el sistema inmunitario, eleva los niveles de cortisol y enferma. Nuestra sociedad tiene un reto con este tema tan sensible.

Procuremos mantener buenas conexiones con el entorno, compartamos instantes con amigos y familiares, no dudemos en conocer gente nueva y estimulante. Somos seres sociales que necesitan vincularse y esto revierte en nuestra salud física y emocional.

Practica la resiliencia

Ser feliz cada día puede que no sea fácil, lo que no debemos perder son la esperanza y los propósitos, nuestros significados vitales. Ser resilientes define la capacidad para adaptarnos a los desafíos y aprender de ellos. Es, del mismo modo, mantener un ánimo positivo, abierto, flexible y orientado al cambio. Todo ello compone un ejercicio de gran valor.

No es fácil ser feliz cada día, pero sí podemos mantener un enfoque mental esperanzado y resiliente para disponer de una mejor salud física y mental.

La felicidad estimula el sistema inmunitario, cuida de tu bienestar

Antes de concluir, vale la pena destacar un detalle. Todos pasamos por instantes difíciles y por momentos de desánimo. Si llevas una época en que la tristeza, la apatía y la desesperanza te acompañan a diario, pide ayuda. El malestar emocional no solo genera cansancio y empeora la salud, sino que funda las bases de algún trastorno psicológico.

Solicita ayuda profesional si la necesitas. Volver a sentirte bien es posible, solo requiere hacer cambios y habilitarte en nuevas herramientas psicológicas. No dudes en dar el paso.


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