Lorazepam: para qué sirve, dosis y efectos secundarios

El lorazepam es un medicamento muy usado para el tratamiento de ciertos cuadros clínicos. En este artículo analizaremos para qué sirve, cuáles son las dosis recomendadas y los efectos secundarios más frecuentes.
Lorazepam: para qué sirve, dosis y efectos secundarios
Franciele Rohor de Souza

Revisado y aprobado por la farmacéutica Franciele Rohor de Souza.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 27 septiembre, 2023

El Lorazepam es una benzodiazepina. Se emplea como sedante y como ansiolítico de acción rápida. Es un medicamento de alta potencia. Se usa para tratar trastornos de ansiedad y síntomas relacionados con la misma. También puede tener efecto positivo sobre el insomnio. Además, tiene prescripción puntual para las convulsiones.

¿Cómo actúa?

Este medicamento actúa sobre el sistema nervioso central para producir efectos sedantes y relajación muscular. Su mecanismo de acción se relaciona con unos receptores de las neuronas que están especializados para interactuar con una sustancia natural: el ácido gamma-aminobutírico (GABA). Así lo explica una publicación del año 2022.

El GABA es un neurotransmisor inhibidor que regula la excitabilidad neuronal en el cerebro. Cuando se libera de forma natural, se reduce la actividad eléctrica de las neuronas, lo que tiene un efecto calmante.

Lorazepam, así como otras benzodiazepinas, se unen a los receptores GABA para que el neurotransmisor tenga más afinidad y actúe con mayor potencia. El efecto final será una mayor entrada de iones de cloruro en las células, lo que redundará en relajación.

Por lo tanto, lorazepam aumentará la inhibición neuronal y se traducirá en:

  • Sedación: con relajación y somnolencia.
  • Reducción de la ansiedad.
  • Efectos anticonvulsivos.
  • Relajación muscular.

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Formas de presentación

Lorazepam se comercializa en diferentes presentaciones. Algunas son más comunes, como las tabletas, pero también hay ampollas para la aplicación intravenosa o intramuscular, como describe StatPearls. Si bien estas últimas suelen ser para compra hospitalaria o clínica, algunos pacientes (con epilepsia, por ejemplo), tienen indicación de poseer ampollas en su poder para una aplicación rápida, si tienen tendencia a crisis que puedan poner en riesgo su vida.

Las presentaciones comerciales comunes del fármaco son las siguientes:

  • Tabletas: en diferentes dosis, generalmente graduadas en miligramos (mg). Son una forma oral de administración.
  • Solución oral: es líquida. Útil para personas que tienen dificultades para tragar tabletas o que requieren dosis específicas.
  • Ampollas: para situaciones médicas de emergencia o cuando se necesita una acción rápida.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) exige que lorazepam se comercialice con una advertencia destacada o box warning en su empaque. Se trata de advertencias graves emitidas por la organización para advertir a los usuarios sobre riesgos graves con el fármaco, que no solo son demandadas a esta benzodiacepina, sino a muchas otras, como reseña una publicación de Alcoholism & Drug Abuse Weekly.

Con lorazepam, el box warning se refiere a la posibilidad de adicción y uso indebido. Además, también se advierte sobre la combinación con opioides. Todas estas situaciones aumentan el riesgo de efectos secundarios mortales en los usuarios.

¿Para qué se indica lorazepam?

Este medicamento sirve para diversas problemáticas. Siempre será un médico quien haga la prescripción, ya que no es de venta libre y la dosis debe ajustar con cuidado para evitar efectos adversos. En concreto, las indicaciones generales de lorazepam son las que abordaremos a continuación:

Trastornos de ansiedad

La dosis inicial suele ser de 2 mg a 3 mg por vía oral y se puede repetir 2 a 3 veces al día. La dosis máxima es de 10 mg por día. Se prefiere un uso a corto plazo. Esto se debe a que su efectividad puede disminuir con el tiempo y aumenta el riesgo de dependencia.

Para el tratamiento a largo plazo de los trastornos de ansiedad se suelen preferir otros medicamentos, como los antidepresivos, ya que hay dudas sobre el daño que podría acarrear lorazepam como efecto secundario, según refiere un reporte de 2013.

Insomnio

En pacientes menores de 65 años se recomienda una dosis de 0,5 a 2 mg al acostarse. Por otro lado, en mayores de 65 años, la dosis sugerida es de 0,5 a 1 mg al acostarse. El efecto sedante y relajante muscular podría contribuir a conciliar el sueño, sobre todo, en el insomnio ocasional relacionado con el estrés.

Lo ideal sería emplearlo cuando otros enfoques no farmacológicos hayan fallado, como la higiene del sueño o la terapia cognitivo-conductual. Según un estudio, lorazepam podría mejorar la calidad de vida de quienes padecen insomnio.

Catatonia psicógena

La catatonia es un trastorno neuropsiquiátrico poco común, pero grave, que se caracteriza por una serie de síntomas motores anormales, como inmovilidad, posturas extrañas, rigidez muscular, mutismo y negativa a comer o beber.

Puede ser causada por esquizofrenia o trastorno bipolar. En estos casos, el fármaco se administra en forma intravenosa o intramuscular para una acción más rápida. La dosis es de 1 mg a 2 mg, y se puede repetir en 3 horas, luego nuevamente en otras 3 horas.

Agitación en el paciente de la unidad de cuidados intensivos (UCI)

La dosis intravenosa para la agitación es de 0,02 a 0,04 mg/kg peso (dosis única máxima de 2 mg). Para mantenerla se recomienda una dosis de 0,02 a 0,06 mg/kg cada 2 a 6 horas.

Estado epiléptico

Lorazepam es un antiepiléptico de acción rápida. Para estos casos, se administra por vía intravenosa en un entorno médico. Los pacientes que lo reciben deben ser monitorizados de cerca para evaluar la respuesta.

En general, por vía intravenosa, la dosis es de 0,1 mg/kg peso (dosis máxima de 4 mg), a una velocidad máxima de 2 mg por minuto. Se puede repetir entre 5 a 10 minutos si el estado epiléptico no cesa. De todos modos, también el diazepam es útil en el estado epiléptico, según refiere una revisión sistemática. Por lo tanto, la elección de uno u otro dependerá de la disponibilidad en el momento de aplicación.

Delirio por abstinencia de alcohol

El delirio por abstinencia de alcohol, también conocido como delirium tremens, es una complicación potencialmente grave que puede ocurrir en personas que han estado consumiendo alcohol de manera crónica y luego dejan de hacerlo de forma abrupta. Se caracteriza por confusión, agitación, alucinaciones, taquicardia, hipertensión arterial y, en algunos casos, convulsiones.

El lorazepam y otras benzodiazepinas se utilizan por sus propiedades sedantes y ansiolíticas. Por vía intravenosa, se recomienda una dosis de 1 a 4 mg cada 5 a 15 minutos hasta que el paciente esté tranquilo. Puede repetirse cada hora según sea necesario. Para una dosis intramuscular se sugiere una dosis de 1 a 4 mg cada 30 a 60 minutos hasta que la persona se tranquilice.


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Efectos secundarios de lorazepam

Los efectos secundarios de este fármaco pueden clasificarse en frecuentes y comunes, y en graves, como indican desde los Servicios Nacionales de Salud de Gran Bretaña. Esto no significa que los primeros deban subestimarse ni mucho menos, pero se diferencian del segundo grupo en las consecuencias que pueden acarrear, como aclararemos a continuación.

Las reacciones adversas más frecuentes son las siguientes:

  • Sensación de sueño o adormecimiento. Por esta razón, no es compatible la toma del fármaco con actividades que requieran atención, como conducir o manejar maquinaria pesada.
  • Mareos y problemas de equilibrio o de coordinación de movimientos corporales.

También puede suceder que aparezcan otros efectos adversos de lorazepam, menos frecuentes, pero tampoco muy raros:

  • Alergia cutánea.
  • Dolor de cabeza.
  • Reducción del deseo sexual.
  • Fatiga y debilidad corporal generalizada.
  • Problemas para memorizar información nueva o sentimientos de confusión y desorientación.

Estos efectos secundarios tienden a desaparecer tras unas semanas de uso. Son mucho más frecuentes al inicio de la prescripción. De todas maneras, la persistencia de los mismos debe llevar a una consulta con el médico.

Reacciones adversas graves o severas

Estas reacciones secundarias a lorazepam no son reportadas con mucha frecuencia, pero su aparición puede poner en riesgo la vida. Por eso, en varios países, el fármaco debe comercializarse con advertencias notorias en su empaque. Las siguientes son reacciones adversas graves que ameritan una consulta de urgencia:

  • Insuficiencia respiratoria. Sobre todo, una reducción de la frecuencia y del ritmo respiratorio, con posibilidad de suspensión total del acto de respirar.
  • Hipotensión. Su presencia puede acarrear desmayos y consecuencias derivadas de los mismos.
  • Adicción: el uso continuado por muchas semanas y el empleo de dosis superiores a las recomendadas, puede generar dependencia y abuso del fármaco. Esta adicción se manifestará con los signos clásicos de la misma y podría conducir a síndrome de abstinencia en el caso de suspender las tomas de manera brusca. El abuso es más probable en aquellas personas que también tienen uso problemático de alcohol o de opiáceos. En el caso de los opiáceos, el problema es mayor y el riesgo se incrementa, porque la combinación es capaz de conducir a la muerte.
  • Convulsiones: fueron reportadas de diferentes tipos, incluyendo movimientos puntuales de un miembro o ataques similares a los epilépticos, con compromiso de grandes masas musculares.
  • Ideación suicida: el lorazepam ha sido discutido como tratamiento de personas diagnosticadas con depresión. Diferentes reportes clínicos han revelado que los usuarios podrían tener una tendencia mayor al intento de suicidio. De todas maneras, las estadísticas revelan que los intentos de suicidio con este medicamento tienen menor tasa de mortalidad que los que se realizan con antidepresivos, por ejemplo.
Por todas estas razones, el uso de lorazepam no puede hacerse sin seguimiento profesional. Las dosis correctas, el tiempo adecuado de uso y de retirada del fármaco, así como la posibilidad de una consulta rápida en caso de detectar problemas, son esenciales.

¿Cuándo consultar a un médico?

El lorazepam es un medicamento que sólo puede ser recetado por un profesional habilitado para ello. No te automediques, y menos con un fármaco que puede tener efectos secundarios tan potentes. Si lo estás tomando, mantente en la dosis pautada, a menos que sea tu médico el que te lo indique.

Es muy importante que lleves un control adecuado sobre tu progreso en visitas regulares para ver si el fármaco está funcionando o hay que realizar cambios en la dosis. Discute con el profesional la duración total del tratamiento y el plan que se implementará para la retirada, llegado el momento. Es posible comenzar con otras medidas complementarias un tiempo antes de la retirada, para reducir el riesgo de abstinencia.


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