Six sigma: qué es y cómo funciona

La metodología six sigma es una herramienta que puede ayudarte a mejorar el rendimiento en cualquier tipo de actividad. Tiene una aplicación sencilla y suele ser muy eficaz. En este artículo veremos de qué se trata.

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 11 julio, 2023

El six sigma es una metodología de trabajo que se usa para evaluar la eficiencia operativa dentro del ámbito laboral y, de esta manera, identificar y corregir errores. En un principio fue concebida para implementarla en grandes empresas, pero, en realidad, puede aplicarse en cualquier tipo de actividad, incluso en el ámbito laboral individual.

Por medio de un estudio publicado en la Revista Venezolana de Gerencia, se corroboró que esta metodología es eficaz, sobre todo para lograr que los procesos sean eficientes y persigan la calidad. Esto la hace una herramienta adaptable a tareas que se realizan siempre de la misma manera, como por ejemplo, la actividad contable o la elaboración de reportes periódicos.

Con algo de imaginación, esta metodología puede desarrollarse en todo tipo de labores y constituye una herramienta que cualquiera puede usar. Para que tengas más claridad sobre su funcionamiento y sus características, te invitamos a continuar con esta lectura.

Aplicar el six sigma

La metodología seis sigma —como también se le denomina— parte de la idea de que en todos los procesos de trabajo hay entradas y salidas. Las entradas corresponden a las acciones que una persona lleva a cabo, mientras que las salidas son el resultado de esas acciones. La idea central es que, controlando al máximo las entradas, también se logra tener bajo control las salidas.

En este sentido, esta metodología tiene como objetivo principal refinar los procedimientos de trabajo, para así sacar mejor provecho de todo el proceso. Su aplicación como tal es sencilla, la clave está en hacerla con buen criterio y profundidad. Para comenzar, solo debes llevar a cabo las siguientes actividades:

• Definir objetivos. Esto supone identificar una actividad o un área en la que exista un problema de eficiencia a solucionar. Una vez que hagas esto, establece de manera específica qué es lo que quieres cambiar.
• Evaluar el proceso a mejorar. Esta es la parte más importante del six sigma. Tienes que recabar toda la información posible acerca del problema que quieres solucionar; es importante que encuentres datos cuantitativos y cualitativos acerca del mismo.
• Analizar la información. Consiste en organizar toda la información acopiada, intentado establecer patrones. El objetivo final de esta etapa es precisar cuáles son las causas que dan origen al problema.
• Crear soluciones. Como ya tienes identificada cuál es la relación causa-efecto, con base en ello, debes buscar todas las soluciones que se te ocurran. Tómate tu tiempo. Después, evalúa cada una de ellas y dale una calificación de 1 a 5. Quédate con la que obtenga más puntaje.
• Hacer seguimiento. Implementa la solución elegida y evalúa cómo se comporta, de acuerdo con el objetivo que te propusiste al comienzo del proceso. Si el problema no se soluciona, realiza de nuevo todo el ciclo de análisis.

Los 5 principios de six sigma

El seis sigma también se vale de algunos criterios que resultan de gran importancia a la hora de aplicarlo. Dichos criterios se han puntualizado en los siguientes cinco principios:

1. Poner el foco en el destinatario. La optimización de una tarea, producto o servicio tiene sentido si se enfoca en satisfacer las necesidades o expectativas del destinatario final. Este puede ser tu jefe, un cliente específico, etc.
2. Usar los datos para detectar variaciones. Cuando estés analizando el proceso, sepáralo en pequeños pasos. Trata de utilizar algún sistema de medición para evaluar cada segmento. Esto te permitirá identificar con mayor facilidad dónde están los «cuellos de botella».
3. Mejora continua. El six sigma revela su verdadero potencial si sigues aplicándolo de manera continua. Si no logras tu objetivo, aplicarlo de nuevo puede hacer que funcione. Si lo logras, ve por más.
4. Inclusión. Al hacer el análisis o implementar la metodología siempre debes tomar en cuenta a todas las personas que participan del proceso. En algunas ocasiones, es necesario concertar las soluciones para que sean verdaderamente eficaces.
5. Flexibilidad y receptividad. Es importante que no te enamores de tus soluciones, sino que estés abierto a la mejora continua. De igual manera, escucha a los demás, en caso de que hagan algún cuestionamiento a tu labor.

Una herramienta versátil

Según un artículo publicado por Ingeniare. Revista Chilena de Ingeniería, diferentes tipos de organizaciones implementan el six sigma como una estrategia de negocios. Esta tendencia ha demostrado que esta metodología tiene como una de sus características la versatilidad.

Como ya lo habíamos anotado, puede aplicarse a cualquier tipo de actividad. De hecho, es muy útil si la empleas para resolver asuntos como mejorar la gestión del tiempo, reducir el número de errores en una actividad o un producto, aumentar tu rendimiento, entre otros.

Encuentra proyectos para aplicar el six sigma

Recuerda que tú también puedes aplicar el six sigma en proyectos personales, sobre todo en aquellas actividades repetitivas que realices. Lo más aconsejable es que al momento de aplicarlo anotes de forma ordenada la manera como implementaste cada paso. Esa información será de mucha utilidad cuando hagas una evaluación de soluciones.