Tropezar con la misma piedra, hábitos y costumbres

Tropezar con la misma piedra, hábitos y costumbres
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Yamila Papa

Última actualización: 05 agosto, 2019

“El hombre es el único ser que se tropieza dos veces con la misma piedra” dice una frase que seguro has escuchado. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando nos encariñamos tanto con la piedra que terminamos cayéndonos de nuevo?

“Siempre cometo el mismo error, “no sé por qué me pasa lo mismo todo el tiempo”, “me prometo que será la última vez y vuelvo a caer en la tentación”. Esto se puede aplicar en muchas situaciones de la vida, como por ejemplo, un olvido, una separación o una adicción.

Los seres humanos somos animales de costumbres. Quizás equivocarte se haya convertido en un hábito y es por ello que has optado por tomar la piedra del suelo, y llevarla contigo a donde vayas.

Nos solemos quejar de la rutina y de hacer siempre las mismas cosas porque nos aburrimos… ¿y si empezamos a pensar en lo que repetimos de manera inconsciente y nos hace sufrir o estar tristes?

Si ya dijiste que no ibas a volver a mentir, ¿por qué lo hiciste?, si juraste que no regresarías con tu novio después de la última pelea, ¿por qué has salido corriendo cuando te llamó pidiendo perdón por enésima vez?, si al comenzar al año tu meta fue dejar de fumar, ¿por qué hace unos días volviste a comprar cigarrillos?

“No me di cuenta”, “esta vez es la definitiva”, “yo tengo el control de la situación”, son las excusas más frecuentes. No nos gusta salir de nuestra zona de confort, nos sentimos seguros aunque no seamos felices, conocemos a la perfección cada centímetro de nuestra estabilidad y nos refugiamos a la sombra de la piedra que nos hace caer una y otra vez.

Quizás, podríamos imaginar que estamos en una gran jaula, con las limitaciones y falta de libertades que eso implica, pero también con la estabilidad suficiente como para quedarnos a vivir allí mucho tiempo.

No nos damos cuenta de que mientras estemos en ese lugar, las cosas pasarán una y otra vez. La rutina de levantarse, desayunar, ir al trabajo, regresar a casa, mirar la televisión, bañarse, dormir… es más o menos similar a todas las personas. Hasta que en un momento, decimos “basta”.

La vida pasa a ser una sucesión de momentos similares y no nos percatamos de ello. La señal de alarma aparece cuando nos encontramos ante una situación que nos duele o nos incomoda. Nos ponemos a pensar, ¿eso no me había ocurrido antes? Es como si fuéramos un imán que atrae una y otra vez lo mismo. Si sólo fueran cosas buenas, ¡bienvenido sea! Pero esto no es así en todos los casos.

Tropezar con la misma piedra: la imitación que nos ha marcado toda la vida

 

Seguro que has pasado por más de una situación donde te has equivocado una y otra vez con la misma persona, la misma actividad, el mismo pensamiento, el mismo trabajo… ¿por qué ocurre esto? Una explicación psicológica tiene que ver con la educación que hemos recibido desde pequeños.

De niños nos explicaron cómo hacer las cosas imitando a otro. Hemos visto a nuestra madre cepillándose los dientes para hacer lo mismo, nos hemos fijado en nuestro hermano mayor para aprender a andar en bicicleta, en cómo la maestra escribía las letras en la pizarra… así como también podríamos haber aprendido a no ser cariñosos, a gritar o llorar cuando queremos conseguir algo, a discutir por todo, etc.

Cada interacción que tenemos con alguien, sea de nuestro entorno íntimo o no, nos va moldeando hasta convertirnos en lo que somos cuando crecemos. Así, vamos incorporando en nuestra mente sucesivas instrucciones sobre cómo hacer cada cosa sin cuestionarlo.

Por lo tanto, encariñarse con la piedra que nos hizo caer, tiene que ver con dos cuestiones importantes. Por un lado, el miedo a salir de la zona de confort donde nos encontramos y por el otro, la costumbre de hacer las cosas por repetición, tal cual nos lo han enseñado en el pasado.

Para romper estos hábitos, el primer paso consiste en imaginar que nuestra vida no está delimitada por un recinto como una jaula o una pecera y luego, darnos cuenta de que existen miles de maneras diferentes de hacer lo mismo, con resultados aún mejores de los que hemos conseguido hasta el momento.

Hacer más de lo mismo, no nos aportará resultados distintos. Hay que cambiar de estrategia.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.